lunes, 12 de agosto de 2019

Los secretos de la Piedra Zanata podrán averiguarse con termografía infrarroja

PIEDRA ZANATA
Expertos norteamericanos examinarán en marzo del próximo año, bajo los auspicios de la Universidad de La Laguna, la ‘joya’ aborigen descubierta hace casi tres decenios
Expertos norteamericanos que realizarán una estancia en la Universidad de La Laguna (ULL) en marzo de 2020 pretenden examinar la Piedra Zanata, que se estima por muchos como el eslabón perdido de nuestra civilización prehispánica, pieza hallada en los años 90 y que se expone en el Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife.
En un principio se cree que la piedra es auténtica y que contiene reveladoras inscripciones bereberes, pero podría contener otros signos inapreciables al ojo humano y a los microscopios, que saldrían a la luz mediante la aplicación de termografía infrarroja (IRT en sus siglas en inglés).
El profesor Chet Van Duzer, formado en Stanford (EE.UU.) y que ahora trabaja para organizaciones culturales de todo el mundo desde Providence (EE.UU.), hará una estancia en marzo de 2020 en la Cátedra de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de La Laguna, que dirige la profesora Maravillas Aguiar Aguilar. La Cátedra quiere aprovechar su presencia en la Isla para realizar un estudio a fondo de la piedra, cuyo hallazgo, al principio de los 90, supuso una gran conmoción en la sociedad isleña. Hasta el punto de que su estudio y la posibilidad de su autenticidad costó la vida al recordado catedrático Rafael Muñoz, que fue el primer autor que analizó la piedra, junto al especialista y exdirector del Museo Arqueológico Rafael González Antón, que también apoyó fuertemente su valor histórico.
Sobre el sistema multiespectral, que era el otro procedimiento de estudio posible, se duda de si puede ser eficaz en objetos no pigmentados (por ejemplo, lo es absolutamente en la recuperación de los mapas antiguos), aunque existe otra técnica, la citada termografía IRT, que permite recuperar, por ejemplo, los seriales y dibujos de las armas antiguas que han sido borrados por el tiempo. Este puede ser el camino para arrancar a la Piedra Zanata, que tiene forma de pez y luce otro pez interior con inscripciones bereberes, todos sus secretos escondidos, si los hubiera.

ESPECIALISTAS

La Universidad de La Laguna consultará a otros expertos que colaboran con el profesor Chet Van Duzer, que actualmente trabaja en la John Carter Brown Library, de la Universidad de Brown, como el especialista Gregory Heyworth, que ya ha emitido su opinión provisional sobre la posibilidad de someter la piedra a la tecnología IRT, sin dañarla. Puede que tenga que ser trasladada a los Estados Unidos, aunque esta es solo una hipótesis. Al menos el experto ha preguntado, este viernes pasado, si la piedra puede viajar.
La profesora Maravillas Aguiar, que el DIARIO DE AVISOS entrevista mañana lunes en la sección Conversaciones en Los Limoneros, se muestra muy ilusionada con este asunto. Como ella misma dice, “la Piedra Zanata puede ser una gran mentira o una gran verdad, no lo sabemos, pero hay que averiguarlo porque tenemos obligación de saber el origen de nuestro pueblo guanche”.
Estamos ante una interesantísima posibilidad de arrancar todos los secretos a la Piedra Zanata, que tanta controversia despertó desde el momento de su hallazgo en un lugar que no ha sido revelado para no dar pie a expolios y búsquedas por parte de profanos. Y, desde luego, dar un espaldarazo definitivo a la teoría de nuestra procedencia bereber, aceptada plenamente por unos científicos y cuestionada por otros pocos.

CANARIAS HALLA SU ESLABÓN PERDIDO

El periódico El País publicó el 21 de septiembre de 1992 un reportaje, firmado por Carmelo Martín y que reproducimos a continuación, en el que se destacaba el histórico descubrimiento de la Piedra Zanata y de su grabado rupestre.
El hallazgo de una piedra que mide unos 20 centímetros de largo, con una inscripción en escritura tifinagh (alfabeto con más de 20 siglos de antigüedad) que consta de apenas tres signos grabados, ha revolucionado estos días la arqueología canaria. Según el Museo Arqueológico y Etnográfico de Tenerife, que ha expuesto la valiosa piedra, se trata del “mayor descubrimiento de la historia de Canarias sobre el origen de los primeros pobladores”. Estos, los guanches, eran, según el escueto mensaje rupestre, bereberes, concretamente miembros de la tribu zanata, y arribaron a las islas hace más de 1.700 años, durante su huida de la dominación romana en el norte de África.
La noticia fue desvelada por las autoridades insulares de la mano de los investigadores en el Cabildo de Tenerife, con carácter de gran acontecimiento. A lo largo de la semana ha resucitado el interés por los guanches, que eran hasta ahora los grandes desconocidos, entre historiadores, antropólogos, arqueólogos, filólogos, intelectuales y políticos. El director del citado museo, Rafael González Antón, autor, junto a varios colaboradores, del hallazgo en un yacimiento ritual del norte de Tenerife, ha sentenciado, con la piedra en la mano, que “por primera vez contamos con una prueba fehaciente del origen bereber de los guanches”. En los últimos años tal hipótesis se había impuesto entre la comunidad científica, pero sin un testimonio irrefutable que lo avalara. El catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de La Laguna Rafael Muñoz Jiménez ha logrado descifrar los símbolos representados en la piedra, que traducidos de la escritura tifinagh, consisten en tres consonantes (Z, N y T) y significan zanata. Los zanatas forman una de las principales tribus bereberes del África blanca. La importancia de este hallazgo es que se trata del primer resto arqueológico del archipiélago que revela un gentilicio bereber. En otras palabras, los guanches dejaron escrita su nacionalidad, pero hasta ahora no había salido a la luz este eslabón perdido. “Tenemos ya el carné de identidad de los guanches”, afirma González Antón.
El misterio que rodeaba dicho origen dio pie a una rica mitología, en la que, según los griegos, Hércules viajó a las islas a robar las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, mientras los romanos las bautizaron como afortunadas. El guanche ha pasado, incluso, por superviviente del continente desaparecido de la Atlántida. Ahora resurge como uno de los vestigios más remotos de una cultura milenaria, la bereber, a la que algunos expertos atribuyen el origen de la humanidad. El estudio sobre el guanche se revaloriza a la luz de este hallazgo. En el I Congreso Internacional sobre Momias, celebrado en febrero pasado en Tenerife, fue solicitada la declaración de patrimonio de la humanidad para los aborígenes canarios. Dentro del Proyecto Cronos del museo tinerfeño ha sido posible aislar el ácido desoxirribonucleico (ADN) de los guanches, cuya comparación con el de los bereberes permitirá cerrar aún más el círculo de dicho paralelismo, según indicó Conrado Rodríguez Martín, conservador del citado museo arqueológico.
El escritor Juan Manuel García Ramos reflexiona con alborozo sobre el hito recién alumbrado. “Es la confirmación de una probabilidad; estamos ante la piedra roseta de los orígenes del archipiélago”, señala. El hecho no espanta a un europeísta convencido como el presidente del Gobierno autónomo, Jerónimo Saavedra, para quien estamos ante “un hecho cultural de primera magnitud que contribuye a clarificar las raíces étnicas de nuestros ancestros”.




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