viernes, 22 de febrero de 2019

Así fue el descubrimiento de los Atlantes de Tula



En el estado de Hidalgo se localiza la zona arqueológica de Tula, capital de la población tolteca y que es reconocida por sus famosos pilares en forma de guerreros que reciben el nombre de Atlantes o Gigantes de Tula. El descubrimiento de la ciudad se dio en 1940, durante unas excavaciones realizadas por el arqueólogo Jorge Ruffier Acosta, quien halló un pozo de saqueo sobre el templo de Tlahuizcalpantecuhtli y los cuatro Atlantes de Tula. Esculturas de un promedio de 4,60 metros de altura formadas por cuatro bloques de piedra basáltica – el primer bloque corresponde a las piernas y pies, el segundo y el tercero forman el tronco, y el cuarto representa la cabeza – que encajan milimétricamente unos con otros, los Atlantes de Tula son representaciones de guerreros Toltecas, ataviados con un tocado de plumas, un pectoral de mariposa, átlatl, dardos, un cuchillo de pedernal y un arma curva.

De acuerdo con los investigadores, el pueblo tolteca llegó a esta zona después de la caída de Teotihuacán, donde fundaron una ciudad semejante a ésta pero en menor escala. Los Atlantes de Tula son una muestra del gran trabajo arquitectónico de ésta misteriosa cultura.  A pesar de las múltiples leyendas y creencias sobre estas edificaciones, para los estudiosos del tema, la función de los Gigantes de Tula sólo fue arquitectónica ya que se piensa eran utilizados para sostener el techo del Templo de Tlahuizcalpantecuhtli.

Tula hoy se encuentra en el estado mexicano de Hidalgo. Pero durante el llamado Posclásico de las civilizaciones prehispánicas Tula fue la gran capital de la cultura tolteca, una de las más esplendorosas que habitaron el Altiplano Central de México. Y, ¿cuánto duró el periodo Posclásico? Desde el año 900 hasta 1521, fecha en la que el país quedó bajo el gobierno del rey de España. Los toltecas crearon una cultura muy avanzada en su tiempo, tanto desde un punto de vista social como técnico, y por ello no ha de extrañar la grandiosidad de vestigios arqueológicos como los Atlantes de Tula. Unas esculturas de proporciones enormes que se han convertido en el icono de los toltecas



Los Atlantes de Tula son una prueba monumental del cuantioso patrimonio arqueológico que atesora México. Se podría pensar que allí el pasado prehispánico solo se manifiesta con los grandes yacimientos de los mayas o los mexicas, ahora conocidos como mexicas. Pero hay mucho más. Por ejemplo, este increíble complejo arqueológico legado por la civilización tolteca.
Los cuatro Atlantes de Tula son unas esculturas labradas en dura piedra basáltica y que alcanzan los 4,50 metros de altura. Lo que le da una presencia imponente y un aspecto intimidador a cada figura. Y es que cada una de ellas tiene grabados elementos que se identifican con bravos guerreros toltecas. Una altura tan considerable hace que cada uno de los Atlantes de Tula se componga de cuatro bloques. Uno primero en la parte baja representa las piernas del guerrero. Mientras que el segundo y el tercero son el tronco. Y por último, el cuarto es la cabeza. Cuatro bloques que tienen una unión perfecta entre ellos.
En el estado de Hidalgo se localiza la zona arqueológica de Tula, capital de la población tolteca y que es reconocida por sus famosos pilares en forma de guerreros que reciben el nombre de Atlantes o Gigantes de Tula. El descubrimiento de la ciudad se dio en 1940, durante unas excavaciones realizadas por el arqueólogo Jorge Ruffier Acosta, quien halló un pozo de saqueo sobre el templo de Tlahuizcalpantecuhtli y los cuatro Atlantes de Tula. Esculturas de un promedio de 4,60 metros de altura formadas por cuatro bloques de piedra basáltica – el primer bloque corresponde a las piernas y pies, el segundo y el tercero forman el tronco, y el cuarto representa la cabeza – que encajan milimétricamente unos con otros, los Atlantes de Tula son representaciones de guerreros Toltecas, ataviados con un tocado de plumas, un pectoral de mariposa, átlatl, dardos, un cuchillo de pedernal y un arma curva. De acuerdo con los investigadores, el pueblo tolteca llegó a esta zona después de la caída de Teotihuacán, donde fundaron una ciudad semejante a ésta pero en menor escala. Los Atlantes de Tula son una muestra del gran trabajo arquitectónico de ésta misteriosa cultura.  A pesar de las múltiples leyendas y creencias sobre estas edificaciones, para los estudiosos del tema, la función de los Gigantes de Tula sólo fue arquitectónica ya que se piensa eran utilizados para sostener el techo del Templo de Tlahuizcalpantecuhtli.
Aspectos





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