viernes, 20 de julio de 2018

Xochiquetzal: la diosa azteca de la belleza, el placer y el amor a la que se ofrecían sangrientos sacrificios

Portada - Xochiquetzal con una flor (Códice Fejérváry-Mayer, página 29) Fuente: Dominio público

Según los aztecas, Xochiquetzal era la diosa de la belleza, el placer y el amor. Ella se asocia comúnmente a cosas bellas como las flores, las plantas, el canto y la danza, algo muy distinto de la mayoría de los dioses aztecas, que están normalmente asociados a la guerra y el sacrificio. Sea como fuere, se cree que Xochiquetzal habría sido una poderosa diosa que no se podía tomar a la ligera. Uno de los rituales que giran en torno a ella tiene que ver con sacrificios humanos y el desollamiento de la piel de la víctima.

Flor de plumas preciosas

El nombre ‘Xochiquetzal’ podría traducirse con el significado de ‘Flor de plumas preciosas’, y esta diosa era conocida también como Ichpochtli, que significa ‘doncella’. Los aztecas creían que los dominios de Xochiquetzal eran el amor, la belleza y el placer, y que la diosa era la patrona de los amantes y las prostitutas, así como de los artesanos, entre ellos pintores, plateros y tejedores. La asociación de Xochiquetzal con las flores es evidente en su iconografía, en la que la diosa es representada habitualmente con un ramo de flores en la mano. Como alternativa, también es representada con herramientas para tejer en sus manos, lo que da testimonio de su autoridad sobre las artes del hogar.
Códice Ríos, ilustración de Xochiquetzal. (Dominio público)

Raptada por el dios de la noche

En el sistema de creencias de los aztecas, Xochiquetzal era la hija de Tlazoltéotl, diosa relacionada con los conceptos opuestos de la inmundicia y la purificación. Xochiquetzal tenía un hermano gemelo, Xochipilli, quien, como ella, estaba asociado con la belleza y las artes. Algunas fuentes sostienen que el padre de Xochiquetzal era Piltzintecuhtli, el dios del sol naciente, mientras que otras afirman que fue su primer marido. En cualquier caso, se sabe que la diosa estaba casada con Tláloc, dios de la lluvia y el agua . En algún momento del mito, sin embargo, Xochiquetzal es raptada por Tezcatlipoca, dios de la noche, y es obligada a casarse con él.
Xochiquetzal (centro) y su hermano gemelo Xochipilli representados en el Códice Borgia. (Dominio público)
El mito continúa con Tezcatlipoca llevando a la diosa a su reino mientras ninguno de los dioses se atreve a rescatarla. Pero Tláloc acepta este desafío y viaja a los dominios de Tezcatlipoca para exigir la devolución de su esposa. El dios del agua tuvo éxito en su empresa, ya que Tezcatlipoca aceptó devolverle a Xochiquetzal y no molestar a la diosa de nuevo, con las condiciones de que Xochiquetzal tuviera prohibido viajar a la tierra directamente y permaneciera en Tamoanchán, el paraíso de los dioses aztecas.
Tamoanchán tal y como aparece representado en el Códice Borgia. (Dominio público)
Tamoanchán tal y como aparece representado en el Códice Borgia

El paraíso azteca

Tamoanchán es bastante diferente al concepto de paraíso que encontramos en la cultura occidental. En este paraíso azteca había un árbol que representaba al mundo entero. Este árbol se llamaba Xochitlicacan, “Árbol floreciente” y se cree que tenía miles de flores multicolores, cada una de las cuales era un amuleto de amor. Aparte de eso, sin embargo, este paraíso era un paraje desolado y vacío, con vientos fríos que cortaban la carne como cuchillos de obsidiana.
Volviendo a Xochiquetzal y sus dos maridos, se cumplieron las condiciones de Tezcatlipoca, y el dios, a cambio, honró su promesa
Esta supuesta representación de Xochiquetzal del Códice Ríos sólo tiene plumas. (Dominio público)

Un sangriento ritual en honor a la diosa

Aunque Xochiquetzal era para los aztecas la diosa de las cosas bellas de la vida, también era una deidad muy poderosa por propio derecho. En un mito, Xochiquetzal muestra su poder convirtiendo a uno de sus sacerdotes en un escorpión.
Además, Xochiquetzal era una de las deidades aztecas honradas durante el Tóxcatl, un festival anual celebrado durante el mes azteca del mismo nombre (correspondiente aproximadamente a nuestro mes de mayo). Antes de las celebraciones, se elegía a una virgen para que encarnara a la diosa y se casara con un guerrero elegido que representaba a Tezcatlipoca. Esta unión, sin embargo, duraba sólo un año.
Durante la festividad de Tóxcatl, la doncella que encarnaba a Xochiquetzal era sacrificada y su piel desollada. Un sacerdote de la diosa se ponía entonces la piel de la mujer y se sentaba en un telar. Mientras el sacerdote fingía tejer, los devotos de Xochiquetzal danzaban alrededor de él y confesaban sus pecados a un ídolo de la diosa. Después de esto, se autoinfligían heridas en la lengua para dejarlas sangrar como ofrenda y expiaban sus pecados en un baño ritual.







Autor: Wu Mingren
Articulo publicado en...https://www.ancient-origins.es/noticias-mitos-leyendas-americas/xochiquetzal-la-diosa-azteca-la-belleza-el-placer-el-amor-la-que-se-ofrec%C3%ADan-sangrientos-sacrificios-004832

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