La figura de la Serpiente forma parte de los relatos mitológicos de una gran cantidad de culturas ancestrales. En muchos casos, si bien con distinto nombre, representa a un mismo personaje central con el rol de creador del mundo, hacedor de la humanidad y dador del conocimiento, entre otras atribuciones y logros.
Asimismo, representa la dualidad de las fuerzas opuestas: el orden y el casos, lo femenino y masculino, la creación y la destrucción, etc. La serpiente es también el símbolo que identifica a la energía Kundalini, concepto vinculado al despertar de la conciencia en el hinduismo.
En muchos otros casos la serpiente aparece bajo la figura del “dragón” (del latín draco, y este del griego, drákon, ‘serpiente’), un ser mitológico que también se encuentra presente en una cantidad de culturas.
Existe una infinidad de relatos ancestrales y representaciones de todo tipo (como grabados, tallados, pinturas, artesanías, tejidos, etc.) sobre la Serpiente. Podemos encontrarla en la Torá, en los mitos de Sumer, en el antiguo Egipto, en las ancestrales culturas de India (energía Kundalini), en China y también en las culturas de mesoamérica (Olmeca, Teotihuacán, Maya y Mexica) y andina (Moche, Chavín, Chachapoya), entre muchas otras.
La serpiente no se caracteriza precisamente por ser un animal que despierte mucha ternura, como un conejo, o que sea un leal compañero, como un perro, o que pueda ser domesticado para ayudar en la tarea del hombre, como el caballo. Sin embargo, fue la serpiente, como ningún otro animal, quien fue inmortalizada como el emblema de la vida, el conocimiento y la salud en todas las civilizaciones.
¿Como es posible que la figura de la serpiente y su simbología esté presente en culturas tan distantes, las cuales supuestamente nunca tuvieron contacto entre sí?
Es entendible en el caso de culturas emparentadas, o aquellas influenciadas por conquistas o migraciones, pero ¿como pudo este mito llegar a todos los rincones del planeta?
Ver publicación: Símbolos con serpientes
A continuación se presenta un detalle de la presencia de la serpiente en distintos roles, a través de la mitología de diversas culturas:
- La serpiente como dador del conocimiento
- La serpiente como hacedor de la humanidad
- La serpiente como creador del mundo
- La serpiente como monstruo marino primigenio
- La Serpiente Emplumada
- La serpiente y la energía Kundalini
- Las serpientes en oposición y equilibrio
- La serpiente como vara de apoyo o guía
- Mitos de serpientes en culturas varias
La serpiente como dador del conocimiento
La figura de la serpiente tiene, en el relato bíblico, un rol clave en el destino de la humanidad. En la Torá, al igual que en una infinidad de culturas ancestrales, la serpiente aparece como facilitadora del conocimiento.
En la Torá, Dios le prohíbe a Adán y a Eva comer del fruto prohibido, y le impone de antemano el castigo del incumplimiento con la muerte. Según la tradición, la serpiente “engaña” a Eva diciendo que Dios no quiere que coman del fruto prohibido porque de hacerlo, serían como El, accediendo al conocimiento del bien y el mal, pero que en realidad no morirían:
Gén.2.17. mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Gén.3.1./3.5 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Finalmente la pareja come del fruto – léase, acceden al “conocimiento” – y si bien terminan siendo desterrados del Paraíso, ni ella ni él mueren, lo que apoya la idea de que en realidad la serpiente decía la verdad.
En los mitos sumerios, Enki detenta el epíteto de ushumgal, que significa “gran serpiente-dragón”. Enki, una deidad acuífera, encarna al dios de la sabiduría, señor de la construcción, las artes, el diseño y la creación, representado por el símbolo de la serpiente.
En un poema sumerio denominado “Adapa y el Viento Sur”, se describe que Adapa (el hombre modelo “creado” por Enki), quien obtuvo el «conocimiento» concedido por Enki, más no el don de la vida eterna:
Una considerable comprensión perfeccionó para él…
La sabiduría [le había dado]…
A él le había dado Conocimiento;
La Vida Eterna no se la había dado.
La sabiduría [le había dado]…
A él le había dado Conocimiento;
La Vida Eterna no se la había dado.
Y esto es coincidente con lo que ocurre en el relato de la Torá, en el que Adán y Eva obtuvieron el “conocimiento” al comer del fruto de ese árbol, más no accedieron a la “vida eterna” por no comer el fruto del árbol de la vida, pese a que, llamativamente, también se encontraba en el “huerto” y encima no estaba prohibido:
Gén.2.9. Y El Eterno Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio
del huerto, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
del huerto, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
También podemos encontrar en la tradición sumeria una vinculación entre la serpiente y la “vida eterna” en el poema de Gilgamesh. Hacia el final del poema, Siuzudra le dice:
…(Te) revelaré, oh Gilgamesh, una cosa oculta, y un secreto de los dioses te diré: Hay una planta, como el cambrón es su… Sus espinas pincharán tus manos como la rosa. Si tus manos obtienen la planta, serás joven de nuevo.
En cuanto Gilgamesh oyó esto… bajó a lo profundo, donde estaba la planta, y la tomó… esta planta es una planta contra la decadencia, por la que un hombre puede reconquistar el aliento de su vida… Entonces, yo mismo (la) comeré y así volveré al estado de mi juventud».
Después de veinte leguas… Gilgamesh vio un pozo cuya agua era fresca. Bajó a bañarse en el agua. Una serpiente olfateó la fragancia de la planta; salió del agua y arrebató la planta. Al retirarse mudó de piel.
En este poema, la serpiente le quita a Gilgamesh la planta de la juventud eterna, y con ella la posibilidad de ser “inmortal”, de la misma forma en que la serpiente bíblica lo hace implícitamente al tentar a Eva a comer del árbol del conocimiento más no el de la vida.
En la mitología china, Nüwa es una divinidad central la que en la mayoría de las veces se la presenta como la protectora y maestra de los hombres. Se le atribuye a la diosa Nüwa haberle dado la sabiduría a los seres humanos y la creación de los primeros instrumentos musicales para el desarrollo de la música, el canto y la danza.
Nüwa habría sido la esposa y/o hermana de Fuxi, y ambos son considerados los creadores originales de la raza humana, además de ser sus primeros maestros.
Cuando Nüwa hubo hecho a los seres humanos, Fuxi les enseñó las habilidades necesarias para tener una existencia civilizada.
Fuxi es, de acuerdo a la tradición china, el creador de la escritura, de la administración de las tierras y de los mercados. Fuxi enseñó a sus súbditos a cocinar, a pescar con redes y a cazar con armas de hierro. Institucionalizó el matrimonio y ofreció los primeros sacrificios.
Se los describe a ambos con cuerpo humano de la cintura para arriba, y de la cintura para abajo como un dragón con cola de serpiente.
La serpiente como hacedor de la humanidad
Enki es, de acuerdo a la mitología sumeria, quien creó a la humanidad con un procedimiento que hoy llamaríamos de fertilización asistida.
En el relato mítico Enuma Elish, Enki se propone crear al hombre mezclando sangre y huesos, para que esté al servicio de los dioses:
“Entretejeré sangre y ensamblaré huesos.
Suscitaré un ser humano, Hombre será su nombre.
En verdad, construiré al ser humano denominado Hombre.
Estará encargado del servicio de los dioses; que ellos puedan estar en paz.
Suscitaré un ser humano, Hombre será su nombre.
En verdad, construiré al ser humano denominado Hombre.
Estará encargado del servicio de los dioses; que ellos puedan estar en paz.
En el Poema de Atrahasis, Enki continúa describiendo la fórmula “mística” de la creación del Hombre, procedimiento que estuvo a cargo de la diosa Nintu, en el que se lee que tomaron la sangre de un dios, la mezclaron con arcilla y luego todos los demás dioses escupieron sobre ella:
Entonces, se inmolará un dios,Antes de que los dioses sean purificados mediante la inmersión.
Con su carne y su sangre, Nintu mezclará la arcilla:
De este modo el dios y el hombre estarán asociados, reunidos en la arcilla,
¡Y, a partir de este momento, nosotros estaremos ociosos!
Con su carne y su sangre, Nintu mezclará la arcilla:
De este modo el dios y el hombre estarán asociados, reunidos en la arcilla,
¡Y, a partir de este momento, nosotros estaremos ociosos!
(…) Después de que Enki hubiese amasado esta arcilla,
Llamó a los Anunnaku, los grandes dioses,
Y a los Igigu convertidos, ellos también, en grandes dioses,
Que escupieron sobre la arcilla.
Llamó a los Anunnaku, los grandes dioses,
Y a los Igigu convertidos, ellos también, en grandes dioses,
Que escupieron sobre la arcilla.
Análogamente, los textos míticos mexicas traen una versión muy similar a la sumeria. El Códice Chimalpopoca relata el mito mexica de la creación de la humanidad actual, el 5to Sol, a cargo de Quetzalcóatl, la “Serpiente Emplumada” (el dios supremo mesoamericano), quien dio vida a los huesos de los muertos mezclándolos con su propia sangre/semen.
Se consultaron los dioses y dijeron: “¿Quién habitará, pues que se estancó el cielo y se paró el Señor de la tierra? ¿quién habitará, oh dioses?” … Luego fué Quetzalcóhuatl al infierno (mictlan, entre los muertos); se llegó a Mictlanteuctli y a Mictlancíhuatl y dijo: “He venido por los huesos preciosos que tú guardas.” Y dijo aquél: “¿Qué harás tú, Quetzalcóhuatl?” Otra vez dijo éste: “Tratan los dioses de hacer con ellos quien habite sobre la tierra.”…
Subió pronto, luego que cogió los huesos preciosos: estaban juntos de un lado los huesos de varón y también juntos de otro lado los huesos de mujer… Luego los juntó, los recogió e hizo un lío, que inmediatamente llevó a Tamoanchan. Después que los hizo llegar, los molió la llamada Quilachtli: ésta es Cihuacóhuatl, que a continuación los echó en un lebrillo precioso. Sobre él se sangró Quetzalcóhuatl su miembro; y en seguida hicieron penitencia todos los dioses: Apanteuctli, Huictlolinqui, Tepanquizqui, Tlallamánac, Tzontémoc, y el sexto de ellos, Quetzalcóhuatl. Luego dijeron: “Han nacido los vasallos de los dioses.”…
Es casi literal la identificación de Enki con Quetzalcoatl, como dioses responsables de la creación de la humanidad. Asimismo, el mismo procedimiento de mezclar huesos/la carne con la sangre/semen de los dioses para formar la materia de la vida es prácticamente idéntico.
De igual manera, existe un gran paralelismo entre la diosa Nintu y Cihuacóatl, como responsables de todo el proceso de la mezcla. Nintu, “Dama del alumbramiento”, es la diosa sumeria de la fertilidad, dadora de vida de dioses y del Hombre. También era llamada Ninhursag (Dama de las montañas sagradas), Ninmah (gran Dama), y Mammu o Mami, antecesora de «mamá».
Por su parte, Cihuacóatl, “Mujer Serpiente” (en náhuatl), es la diosa del nacimiento, patrona de los médicos, de los sangradores, de las parteras, de los cirujanos y de los que daban remedios para abortar, guía recolectora de las almas. También era llamada Quilaztli, Yaocíhuatl (mujer guerrera y amante de los guerreros), Tonatzin (nuestra madre) y Huitzilnicuatec (cabeza de colibrí).
Asimismo, el Popol Vuh, libro sagrado de los Mayas Quichés, menciona que en un tercer intento de creación de la humanidad, los dioses “Serpientes Emplumadas” encontraron una materia sagrada, el maíz, que mezclaron con la sangre de la serpiente y del tapir (animales sagrados y simbólicos de la fecundidad y del agua), para formar un hombre nuevo consciente de los dioses y de su misión en la tierra.
Volviendo a la deidad china Nüwa, más allá de los muchos roles que se le dieron, como madre, diosa, esposa, hermana, líder tribal o incluso emperador, ella aparece esencialmente como la creadora de la humanidad.
La serpiente como creador del mundo
En cuanto a la creación del mundo, el mito babilónico de la creación Enuma Elishretrata un acto de violencia en el que la diosa/monstruo Tiamat es asesinada por el dios Marduk quien luego la desmembra, creando al mundo con sus partes.
(…) Tiamat y Marduk, los más sabios de los dioses, avanzaban uno contra otro…
Cuando ella abrió la boca, Tiamat, para devorarlo
él le clavó el Viento del Mal para que no cerrara los labios.
Los feroces Vientos de tormenta cargaron entonces su vientre;
su cuerpo se dilató; la boca se le abrió aún más.
A través de ella le disparó él una flecha, le desgarró el vientre;
le cortó las tripas, le desgarró la matriz.
Teniéndola así sojuzgada, su aliento vital él extinguió…
Cuando ella abrió la boca, Tiamat, para devorarlo
él le clavó el Viento del Mal para que no cerrara los labios.
Los feroces Vientos de tormenta cargaron entonces su vientre;
su cuerpo se dilató; la boca se le abrió aún más.
A través de ella le disparó él una flecha, le desgarró el vientre;
le cortó las tripas, le desgarró la matriz.
Teniéndola así sojuzgada, su aliento vital él extinguió…
Dividir al monstruo él, entonces, ingeniosamente planeó.
Después, como un mejillón, la desgarró en dos partes.
El Señor puso su pie sobre la parte posterior de Tiamat;
con su arma le separó el cráneo; cercenó los canales de su sangre;
e hizo que el Viento Norte lo llevara a lugares que habían sido desconocidos.
La otra mitad la levantó como pantalla para los cielos:
encerrándolos juntos, como vigías los estacionó…
Dobló la cola de Tiamat para formar la Gran Banda como un brazalete.
Después, como un mejillón, la desgarró en dos partes.
El Señor puso su pie sobre la parte posterior de Tiamat;
con su arma le separó el cráneo; cercenó los canales de su sangre;
e hizo que el Viento Norte lo llevara a lugares que habían sido desconocidos.
La otra mitad la levantó como pantalla para los cielos:
encerrándolos juntos, como vigías los estacionó…
Dobló la cola de Tiamat para formar la Gran Banda como un brazalete.
Poniendo la cabeza de Tiamat en posición, él elevó las montañas encima.
Abrió manantiales, y torrentes para sacar el agua.
De los ojos de ella dejó salir el Tigris y el Eufrates.
Con sus ubres formó las altas montañas,
perforó manantiales para pozos, para sacar agua.
Abrió manantiales, y torrentes para sacar el agua.
De los ojos de ella dejó salir el Tigris y el Eufrates.
Con sus ubres formó las altas montañas,
perforó manantiales para pozos, para sacar agua.
La mitología sumeria tiene entre sus deidades más añejas a Lahmu y Lahamu, dos gigantes hermanos que solían ser representados con una serpiente. Eran hijos de Apsu y Tiamat, y padres de Anshar y Kishar.
Por su parte, la mitología mexica trae su versión del mito de Tiamat fusionado con el de Lahmu y Lahamu, con asombroso parecido. En el mito mexica, Quetzalcóatl y su hermano Tezcatlipoca dieron origen al cosmos utilizando como material base a Tlaltecuhtli/Cipactli, el Monstruo Marino que moraba en el océano primigenio, lo único que existía en el principio de los tiempos.
Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, dioses masculinos, se dijeron que era menester fundar la tierra, por lo que se transformaron en dos serpientes gigantes y de forma violenta atacaron a Tlaltecuhtli, la asieron por las extremidades y la estiraron hasta desgarrarla por la mitad. En otra versión de este mito, las deidades ingresan al cuerpo de la diosa y la desgarran desde adentro, en una simbología más explícita aún de una violación.
De la mitad para abajo, su cuerpo se convirtió en el cielo, la parte masculina, y de la mitad hacia arriba se transformó en la tierra, el lado femenino. A esto se le conocía como el Tlalticpac, que los mexicas consideraban literalmente como la tierra, el lugar en el que vivían los seres humanos, animales y plantas.
En el libro Popol-Vuh se relata una versión muy similar al génesis bíblico, pero donde los protagonistas son las Serpientes Emplumadas:
… Sólo los Constructores, los Formadores, los Dominadores, los Poderosos del Cielo, los Procreadores, los Engendradores, estaban sobre el agua, luz esparcida. [Sus símbolos] estaban envueltos en las plumas, las verdes; sus nombres [gráficos] eran, pues, Serpientes Emplumadas. Son grandes Sabios. Así es el cielo, [así] son también los Espíritus del Cielo; tales son, cuéntase, los nombres de los dioses. … “Que eso sea. Fecundaos. Que esta agua parta, se vacíe. Que la tierra nazca, se afirme“, dijeron. … Así hablaron, por lo cual nació la tierra. Tal fue en verdad el nacimiento de la tierra existente. “Tierra”, dijeron y en seguida nació.
La serpiente como monstruo marino primigenio
En los textos bíblicos (en los libros de los profetas y los escritos) existen diversas menciones que hacen referencia a un monstruo marino, la Gran Serpiente, llamado “Leviatán” (“Taninim” en hebreo):
Sal.74.13/14. Dividiste el mar con tu poder; Quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas. Magullaste las cabezas del leviatán, Y lo diste por comida a los moradores del desierto.
Isa.27.1. En aquel día Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar.
Asimismo, el libro apócrifo de Enoc menciona:
7. Ese día {el día del juicio del Señor} se harán salir separados dos monstruos, unos femenino y otro masculino. El monstruo femenino se llama Leviatán y habita en el fondo del mar sobre la fuente de las aguas.
En la mitología mexica Cipactli/Tlaltecuhtli es un monstruo marino que vivió en el océano después del cuarto diluvio, como una encarnación del caos que asolaba antes de su creación. Cipactli era una voraz, primitiva y monstruosa criatura marina, mitad cocodrilo y mitad pez que estaba siempre hambrienta. Su cuerpo esta dividido en dieciocho partes articuladas, cada una provista de una boca.
Dios de naturaleza dual, Cipactli/Tlaltecuhtli era un ser macho y hembra a la vez, y simboliza las contradicciones de la naturaleza: noche-día, maldad-bondad, odio-amor, fecundidad-muerte. Por ello podía ser llamado Cipactli, “lagarto” (aspecto femenino), o Tlaltecuhtli, “señor de la tierra” (en náhuatl: ‘tlalli, tierra; tecuhtli, señor’). Aunque el nombre de la deidad es una forma masculina en la lengua náhuatl, la mayoría de las representaciones de Tlaltecuhtli exponen claramente las características femeninas, y se representa a menudo en la posición de parto característica de una mujer al dar a luz.
Uno de los mitos fundamentales del hinduismo sobre la Creación, narrado en el Mahábharata, cuenta que al principio de los tiempos, los deva (dioses) y los asura(demonios) eran todos mortales, y luchaban entre ellos por el dominio del mundo. Los deva, debilitados y vencidos, solicitaron la ayuda de Visnú, quien les propuso que unieran sus fuerzas con los asura con el objeto de extraer la amrita (‘el néctar de la inmortalidad’) del océano de leche kshirodadhi. De esta forma utilizaron a la gran serpiente Vāsuki, el rey de los Naga (deidades en forma de serpientes), para poner la montaña en rotación y de esta manera batir el océano.
En la mitología egipcia, Apep (o Apofis en griego) era una gigantesca serpiente/cocodrilo que habitaba en las aguas del Nun, la primera sustancia abstracta, el elemento caótico que contiene el potencial de la vida, simbolizado como el «océano primordial» que ocupaba todo el universo.
Indestructible y poderosa, Apep era el símbolo del caos universal. Representaba a las fuerzas maléficas de la Duat o Amenti (el inframundo) y su función era romper el orden cósmico (“Maat”), interrumpiendo el recorrido nocturno de la barca solar de Ra. Apep era hija de Neith, quien la crea a partir de un escupitajo que arroja a las aguas primordiales.
En la mitología babilónica, Tiamat (“Ti”, vida; “ama”, madre) es la diosa del Caos y la Creación, una diosa-monstruo primitivo, un dragón hembra maléfico que habitaba al principio de los tiempos, antes de que el Cielo y la Tierra existieran.
Acaso el Kraken, el pulpo/calamar gigante de la mitología escandinava y finlandesa, junto con otros monstruos marinos similares como el Hafgufa y Lyngbakr, descritos en la saga Örvar-Oddr y en los textos noruegos de 1250, tengan asimismo el mismo origen.
La Serpiente Emplumada
En la civilización egipcia, Uadyet era la diosa protectora del faraón y era representada por una cobra con una corona. Originaria del delta del Nilo, simbolizaba al Bajo Egipto. Uadyet era una serpiente que actuaba como protección de dioses y faraones en la mitología del antiguo Egipto y encarnaba a las diosas solares.
La diosa cobra Uadyet, solía figurar junto a la diosa buitre Nejbet, como representantes del Alto y Bajo Egipto. Nejbet, representada como un buitre, era el símbolo del Alto Egipto; deidad protectora del faraón en los nacimientos, la coronación, las fiestas de jubileo y en las batallas.
El uræus o ureus es una representación de la diosa Uadyet que, aplicada en la frente junto con el símbolo de Nejbet, constituyó el emblema elegido por muchos faraones. La cobra y las serpientes en general eran símbolos de resurrección y estaban asociadas a los mitos solares del viaje del Sol por el cielo y el inframundo, la Duat.
La noción de la serpiente junto con el ave nos remite a la idea de la Serpiente Emplumada. En la tradición de los Mexica (Aztecas), Quetzalcóatl significa literalmente “serpiente emplumada” (quetzalli, plumaje; cōātl, serpiente) y se trata del Ser Supremo, el creador del universo y de la humanidad. Representa la vida, la luz, la sabiduría, la fertilidad y el conocimiento.
Anteriores a los Mexicas, los Mayas veneraban a Kukulkán, el equivalente de Quetzalcóatl, que en maya yucateco se traduce asimismo como Serpiente de Plumas (k’ukulk’an, ‘pluma y serpiente’).
Los Toltecas, los ancestros directos de los Mexicas según éstos, también se referían a esta deidad como la serpiente emplumada “Quetzalcóatl”.
El primer registro que se tiene de Quetzalcoatl es en la cultura Olmeca (motivo por el que se cree que fue la originaria de esta deidad), cultura madre de la civilización mesoamericana, hacia el año 1150 AEC y el último se da en la cultura Azteca en 1521 DEC, por lo que la presencia de la deidad de la serpiente emplumada en estos territorios fue de más de 2.600 años.
Quetzalcoatl era también venerado en Teotihuacan, donde se encuentra la Pirámide de Quetzalcoatl.
La idea de la serpiente emplumada es equivalente al dragón, una gran serpiente voladora, presente en la mitología de los países asiáticos.
En el libro del Profeta Isaías podemos encontrar menciones sobre una serpiente voladora / serpiente que vuela, lo que nos remite a la idea de la serpiente emplumada.
Isa.14.28/29. En el año que murió el rey Acaz fue esta profecía: No te alegres tú, Filistea toda, por haberse quebrado la vara del que te hería; porque de la raíz de la culebra saldrá áspid, y su fruto, serpiente voladora.
Isa.30.6. Profecía sobre las bestias del Neguev: Por tierra de tribulación y de angustia, de donde salen la leona y el león, la víbora y la serpiente que vuela, llevan sobre lomos de asnos sus riquezas, y sus tesoros sobre jorobas de camellos, a un pueblo que no les será de provecho.
La serpiente y la energía Kundalini
En la cultura hinduista, el símbolo de la “serpiente alada” representa a la energía Kundalini. Esta se representa con dos serpientes entrelazadas que ascienden a través de los canales centrales hasta el chakra de la corona.
De acuerdo a la tradición hinduista, la Kundalini es una energía ubicada en la base de la columna vertebral y que por medio de la meditación puede ser estimulada para ascender desde el muladhara, el primero de los chakras, hasta lograr la “iluminación”, el conocimiento interior profundo, al llegar al chakra de la corona simbolizado por dos alas.
Las serpientes en oposición y equilibrio
También suele encontrarse a la serpiente representada con dos figuras enfrentadas, significando las energías opuestas, lo masculino y lo femenino, el bien y el mal, el orden y el caos, etc.
En la tradición sumeria, el texto Enuma Elish inicia diciendo que, al principio de los tiempos, antes de que el Cielo y la Tierra tuvieran nombre (es decir que no existían), sólo existían las aguas primordiales, el Apsu (el agua dulce) y Tiamat (el agua salada):
Cuando en lo alto, el Cielo no estaba nombrado, y la Tierra, abajo, aún no tenía razón, El primigenio Absû, que los engendró y el Caos, Tiamat, la madre de ambos, sus aguas mezclaron.
Tiamat era asimismo representada como un monstruo primitivo, un dragón hembra maléfico. De la unión de Apsu y Tiamat nacieron los dioses, que en su tercera generación dieron lugar a Enki. Tiamat (“Ti” significa vida y “ama”, madre) es el principio femenino, el mar, el agua salada, representación de las potencialidades del caos prístino.
El Apsu (en acadio: apsû; en sumerio: abzu; que significa literalmente: “ap”o “ab”=océano, y “zu”=conocer o profundo), es el nombre dado al principio primordial masculino, el agua dulce de los acuíferos subterráneos sobre la que flota la tierra, en la interpretación cosmogónica de las mitologías sumeria y acadia.
En la mitología egipcia, Apep o Apofis, simbolizaba las fuerzas maléficas que habitan la Duat y era la fuerza con la que había que luchar, sin embargo, nunca habría de ser aniquilada, sólo dañada o sometida, ya que de otro modo el ciclo solar no podría llevarse a cabo diariamente y el mundo perecería. Para los antiguos egipcios era necesario que existiese el concepto del mal para que el bien fuera posible.
Por el contrario, Mehen “La que se enrosca”, fue una de las deidades con aspecto de serpiente que a pesar de su aspecto aterrador, se le consideraba un espíritu benévolo y protector de la sagrada barca solar de Ra, en su diario recorrido nocturno por la Duat, el Inframundo. En muchas representaciones, las curvas de su cuerpo envuelven la barca de Ra, como un escudo protector contra las fuerzas del mal.
Quetzalcóatl es el nombre que dieron los pueblos de habla náhuatl al Ser Supremo. Para los toltecas, como consideraban que todo el universo tiene una naturaleza dual o polar, creían que el ser supremo tenía asimismo una doble condición: por un lado, crea el mundo, y por el otro lo destruye. La función destructora de Quetzalcóatl recibió el nombre de Tezcatlipoca, “su humo del espejo”, cuya etimología es la siguiente: tezcatl, “espejo”, i, “suyo”, poca, “humo”.
Otros significados de las raíces del nombre “Quetzalcóatl” que ayudan a entender este concepto tolteca, son: “serpiente, doble, gemelo, ombligo, experiencia, generación, masculinidad, inmovilidad, pecado”. Este término da origen al aztequismo “coate”, “hermano”.
La combinación Quetzal-Cóatl contiene los siguientes significados, todos relativos a las funciones de Quetzalcóatl en la teología tolteca: “serpiente con plumas”, “doble precioso”, “serpiente acuática fecundadora”, “divina dualidad”, “femenino y masculino”, “pecado y perfección”, “movimiento y quietud”.
Algunos pasajes en la Torá hacen mención a unas serpientes que enfermaban, y otras que curaban. Por caso, cuando el pueblo hebreo se rebeló en el desierto, Jehová les envió serpientes ardientes y luego le dio a Moisés el antídoto:
Núm.21.6. Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.; Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.;
Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.; Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.
La palabra hebrea para “serpiente” es najash, que es precisamente la raíz de nejoshet, “cobre” en hebreo. Siguiendo la palabra de Dios, Moshé hizo una “serpiente de cobre”, najash hanejoshet, para curar al pueblo de la picadura de la serpiente. La biblia sería entonces el primer caso de la imagen de la serpiente enroscada en una vara, como símbolo de la medicina.
A tal punto era efectivo este “artefacto” de la serpiente de cobre, que con el tiempo empezó a ser venerado, según consta en Reyes 2, en donde se cuenta que Ezequías, Rey de Judá, debió destruirlo:
2Re.18.4. Él quitó los altares paganos, quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán [“cosa de bronce”].
Nótese la similitud entre las palabras Najash (hebreo) y Naga (sánscrito).
La serpiente como vara de apoyo o guía
Si bien la serpiente maligna aparece en el texto muy temprano y con mucho protagonismo, hay otros pasajes en los que aparece la figura de la serpiente con otras facetas, como cuando Jehová le da argumentos a Moisés en el desierto para que el pueblo le crea que es el verdadero enviado de Dios:
Éxo.4.2. Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.; Él le dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella.; Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano.
Resulta que la vara de “serpiente” que llevaba Moisés consigo era bastante “particular” ya que fue además la que le ayudó a abrir las aguas del Mar Rojo, según cuenta la Torá:
Éxo.14.16. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.
Pero la biblia no es el único texto que menciona este tipo de “varas mágicas”. Para los antiguos Aymaras de los Andes, Viracocha, el “Dios de los Báculos”, era el Creador de Todo. Viracocha está representado en un relieve de la Puerta del Sol en Tiwanaku, portando en cada mano, una vara con forma de serpiente con cabeza de ave. Por su postura, Viracocha es parte de las deidades flanqueadas por serpientes.
Hay otro caso en la mitología pre-Inca en el que Viracocha, le dio a Manco Capac una vara de oro (en otras versiones fue el dios Inti) la cual, al hundirse en la tierra, le indicaría el lugar adecuado para establecerse. Así fue como Manco Capac junto con Mama Occlo fundaron Cuzco, la ciudad sagrada.
Parecería entonces, que la varita mágica de los magos, cetro real, bastón presidencial, y todas las demás varas y bastones con “poderes especiales” tendrían un origen común…
Mitos de serpientes en culturas varias
En la Torá
Es llamativo el lugar que ocupa la figura de la serpiente en los textos bíblicos ya que no sólo el término aparece 16 veces en la Toráh y 18 en los Libros de los Profetas y los Escritos, sino que además es la única especie que se menciona al momento de la creación de los animales:
Gén.1.24. Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.
En los textos sumerios
En la abundante literatura sumeria encontramos numerosas referencias a serpientes, como en el siguiente párrafo del Poema de la Creación:
…Tiamat fue quien lo preparó todo, proveyéndolos de armas invencibles, Ella engendró serpientes monstruosas de dientes agudos y de implacables colmillos; dotó a su cuerpo de veneno en lugar de sangre. Fieros monstruos viperinos que ella revistió de terror… Ella (Tiamat) hizo surgir serpientes y dragones, al monstruo Lamahu, así como huracanes, perros de guerra, hombres-escorpión, grandes tempestades, y hombres-pez, y criaturas cornudas que, sin miedo a la lucha, portaban abominables armas.
Un pasaje del poema de Enmerkar y el señor de Aratta se refiere a un «antaño» en que la Humanidad conocía la abundancia y la paz:
En otro tiempo hubo una época en que no había serpiente ni había escorpión,
No había hiena, no había león; No había perro salvaje ni lobo;
No había hiena, no había león; No había perro salvaje ni lobo;
En los textos egipcios
El Libro del Conocimiento de las Creaciones de Ra, de la mitología egipcia, dice:
… numerosos fueron los seres que surgieron de mi boca antes de que el cielo hubiera venido a la existencia, antes de que la Tierra hubiera venido a la existencia, antes de que la tierra y los reptiles hubiesen sido creados en este lugar… Yo surgí de las raíces, creé a todos los reptiles y todo lo que existe entre ellos.
En los textos budistas
En la mitología budista, Muchilinda es el rey de los nagas (deidades con forma de serpientes) que protegió a Buda de la gran lluvia que cayó después de su iluminación espiritual. Cuando la tormenta se despejó, el rey serpiente asumió su forma humana, se inclinó ante Buda, y volvió lleno de alegría a su palacio.
En los textos védicos e hinduístas
En las representaciones de los dioses del vedismo e hinduismo, los podemos encontrar en muchos casos acompañados de serpientes/reptiles. Tal es el caso de Varuna, el dios védico de las tormentas, quien es considerado el rey de los nagás.
Asimismo, a Vishnu se le suele representar recostado sobre Ananta-Shesha (‘sin-fin restante’), la serpiente cobra de varias cabezas que le sirve de cama. Shesha Naga o Ananta-Shesha es la serpiente divina, rey de todos los nagas (serpientes), y uno de los seres primigenios de la creación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.