lunes, 21 de mayo de 2018

Desmitificando las pirámides egipcias con la realidad de los hechos

Portada - ilustración que representa la construcción de las pirámides egipcias (TES Teach)

Siempre me ha fascinado, y preocupado al mismo tiempo, esta cuestión: ¿cuántas personas me encuentro todavía cautivadas por aspectos de las pirámides de Egipto que los arqueólogos han resuelto hace muchos años? El cuándo, el cómo, y el qué, son aspectos todos ellos bien comprendidos por los investigadores, quedando únicamente el “por qué” como el auténtico misterio.

¿Cuántas personas construyeron la Gran Pirámide?

Arqueólogos, ingenieros y entusiastas aficionados debaten sobre exactamente “cuántas” personas contribuyeron a la construcción de las pirámides de Egipto, que fueron erigidas cada una de ellas para un faraón diferente: Khufu, Khafre y Menkaure (o Keops, Kefrén y Micerinos). La mayoría de egiptólogos, a lo largo de las últimas dos décadas, han pensado que este número estaba entre los 20.000 y los 30.000, basándose en el tamaño de las tumbas y el cementerio, pero el famoso egiptólogo Zahi Hawass cree que unos 36.000 antiguos egipcios construyeron las pirámides.
El primer intento de adivinar cuál era este escurridizo número lo llevó a cabo el historiador griego Herodoto, quien estimó que “100.000 hombres trabajaban en tres turnos” para construir las estructuras. El problema de este texto es que no queda claro si cada turno incluía 100.000 hombres o 33.000 hombres trabajaban en cada uno de los tres turnos. Pero el arqueólogo Mark Lehner, del Proyecto de Mapeado de la Meseta de Guiza del Insituto Oriental de la Universidad de Chicago y el Museo Semítico de Harvard, postuló un número diferente.
Mapa de la meseta de Guiza (creado con Inkscape) realizado por MesserWoland. CC BY-SA 3.0
Mapa de la meseta de Guiza (creado con Inkscape) realizado por MesserWoland. CC BY-SA 3.0
El equipo de Lehner calculó cuántos hombres eran necesarios para entregar “340 piedras al día”, determinando que habría probablemente unas 1.200 personas en la cantera y 2.000 transportando las piedras, mientras que otros deberían cortar las piedras y colocarlas en su lugar. El investigador llegó a la conclusión de que, si las pirámides fueron construidas a lo largo de un período de 20-40 años, el proceso habría requerido “5.000 hombres para llevar a cabo realmente la construcción, la explotación de las canteras y la pesada carga desde la cantera local.”
Más recientemente, el arqueólogo Richard Redding, oficial jefe de la investigación del AERA (Ancient Egypt Research Associates - Investigadores Asociados del Antiguo Egipto), estimaba la fuerza de trabajo de Guiza en torno a las 10.000 personas “para las tres pirámides.” En un estudio de Live Science publicado en el 2013, Redding revelaba que “se mataban suficientes reses, ovejas y cabras todos los días para producir 4.000 libras de carne, de promedio, para alimentar a los constructores de las pirámides”, utilizando restos de huesos de animales hallados en Guiza para calcular “los requerimientos nutricionales de una persona que hacía un trabajo duro, hasta obtener su número de 10.000.”

¿Cómo se construyeron las pirámides?


Aunque muchos pseudo-historiadores de la vieja escuela le dirán que “si alguien te dice que sabe cómo se construyeron las pirámides te está mintiendo,” esto es una mentira en sí mismo, o si lo vemos de forma menos siniestra, una muestra de ignorancia. Es un hecho que muchos miles de cualificados arqueólogos, ingenieros y antropólogos saben de forma precisa cómo se erigían las estructuras de las pirámides.
Una pequeña advertencia. Cuando un escritor o conferenciante le habla del misterio en torno a cómo fueron tallados y transportados aquellos enormes bloques de piedra para ser utilizados en las pirámides, en realidad le están diciendo: “Escribí un libro estrafalario en los años 90 y ahora ‘no puedo’ admitir que los arqueólogos comprenden cómo se construyó todo.” De este modo, continúan arrojando capas y capas de complejidad infantil, y por cada persona que escucha a uno de estos autores, otras mil lloran.
Un hecho que estos escritores a menudo ocultan a sus lectores es que cerca del 90% de los bloques de las pirámides son de blanda piedra caliza extraída de una cantera situada “justo al otro lado del río”, a poca distancia de las pirámides. Y aunque a menudo le dirán que no se utilizaron metales para la construcción de las pirámides, según la opinión contraria de los arqueólogos de la Universidad de Toledo (Ohio) James A. Harrell y Per Storemyr, se han encontrado numerosas cuñas de cobre que fueron utilizadas como “palancas de madera para fracturar mecánicamente la blanda piedra caliza.”
Frente a naves espaciales, mecanismos de levitación antigravitatoria y magia, un papiro descubierto cerca del mar Rojo explicaba de forma precisa cómo los egipcios conseguían mover los enormes bloques más fácilmente utilizando agua. El papiro, hallado en Wadi al-Jarf, informaba de que la piedra caliza “utilizada en el revestimiento era de una cantera de Turah, cercana a lo que hoy es El Cairo,” y se enviaba a Guiza por barco en un viaje de 4 días, primero a lo largo del río Nilo y después por una serie de canales. La mayoría de las piedras usadas para construir la pirámide de Keops fueron extraídas de una “cantera con forma de herradura ubicada justo al sur de la pirámide,” decía al respecto Mark Lehner, quien publicó sus hallazgos en 1985 en la revista Mitteilungen des Deutschen Archäologischen Instituts (“Comunicados del Instituto Arqueológico Alemán”).
Estos templos fueron tallados directamente en las rocas de la cantera de Silsileh, cercana a Asuán, para uso de los obreros de la cantera. CC BY-SA 3.0
Estos templos fueron tallados directamente en las rocas de la cantera de Silsileh, cercana a Asuán, para uso de los obreros de la cantera. CC BY-SA 3.0
Hablando de lo que ocurría con los bloques cuando llegaban al lugar de construcción, un equipo de físicos de la Universidad de Amsterdam descubrió en un estudio publicado en la revista Physical Review Letters en el año 2004 que “los egipcios empujaban y tiraban de grandes trineos de madera” y que “la arena delante del trineo era probablemente humedecida con agua, reduciendo la fricción y haciendo más fácil moverlo.” Y este acto de verter “agua delante de los trineos” era tan esencial para el proceso de construcción que aparece representado en numerosas ocasiones en el arte del antiguo Egipto.
Pero, ¿cómo pudo una civilización de agricultores llegar a construir esas enormes pirámides “tan de repente”?

La práctica lleva a la perfección

De nuevo, los pseudo-historiadores nunca hablan de las numerosas pirámides “fallidas” que salpican los desiertos egipcios, lo que se añade al conocimiento de los arqueólogos sobre la cronología constructiva del antiguo Egipto. Es gracias a estas pirámides, colapsadas en el transcurso del proceso de su construcción, que los arqueólogos han sabido de las técnicas que fueron utilizadas para construir las pirámides de Guiza, técnicas que se desarrollaron durante siglos, con todos los retos y contratiempos a los que cualquier diseñador, ingeniero o constructor de nuestros días se enfrentaría.

Un artículo de Live Science describía cómo el arqueólogo Sir Flinders Petrie descubrió que las pirámides se originaron a partir de las “simples tumbas ‘mastaba’ rectangulares que se construían en Egipto hace más de 5.000 años.” El investigador observó un importante avance en las técnicas constructivas “durante el reinado del faraón Zoser (que comenzó en torno al 2630 a. C.).” Según Petrie, la pirámide de Zoser se proyectó como “una pirámide escalonada de seis niveles con túneles y cámaras subterráneas.” 
Antiguo prototipo de pirámide: la Mastaba al-Fir’aun de Saqqara. Licencia pública.
Antiguo prototipo de pirámide: la Mastaba al-Fir’aun de Saqqara. Licencia pública.
La evolución de las “pirámides escalonadas” llegó durante el reinado del faraón Seneferu (quien empezó a reinar en torno al 2575 a. C.), cuyos arquitectos desarrollaron diseños para construir auténticas pirámides de caras lisas, tal y como las conocemos hoy en día. Practicando a medida que construían y aprendiendo de sus errores, los arquitectos de Seneferu construyeron lo que hoy se conoce como la “Pirámide Acodada”, cuyo nombre se debe a que el ángulo de la pirámide cambia por accidente a la mitad de su pendiente. A continuación, vemos este error de diseño corregido en una segunda pirámide de Dahshur, la “Pirámide Roja”, que tiene un ángulo constante desde la base hasta la cúspide, lo que hace de ella la primera “pirámide auténtica” de la historia. En conclusión, el hijo de Seneferu, Keops, aprendió de todos los errores constructivos de su padre y aplicó su aprendizaje en lo que conocemos hoy como la “Gran Pirámide” de Guiza, la mayor pirámide de piedra de todo el mundo.
En un artículo publicado recientemente en Live Science, Glen Dash, ingeniero estudioso de las pirámides de Guiza, observaba que la pirámide de Keops está alineada “en dirección al norte verdadero con un margen de error de una décima de grado.” Cierto es que no está muy claro cómo consiguieron los egipcios una exactitud de este calibre, pero Dash escribe al respecto que los constructores egipcios “utilizaron una estrella circumpolar como Polaris y líneas trazadas con cuerdas” para lograr esta precisión. Y si usted coge una cuerda en su jardín, traza 10 alineaciones al Polo Norte Celeste y calcula la media, se acercará bastante a esta precisión.






Autor: Ashley Cowie
Articulo publicado en...http://www.ancient-origins.es/noticias-historia/desmitificando-las-pir%C3%A1mides-egipcias-la-realidad-los-hechos-004776?nopaging=1

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