miércoles, 7 de junio de 2017

Terrorismo en el Imperio romano: los sicarios judíos

Portada - Asedio y destrucción de Jerusalén por los romanos, óleo pintado por David Roberts en 1850 (Dominio público)
Los Sicarii, palabra latina que podría traducirse como “hombres armados con puñales”, eran un grupo de zelotes judíos que vivieron en el siglo I d. C. Los sicarios tenían la intención de expulsar a los romanos y a sus colaboradores de Judea y resistir al dominio de Roma. Una de las herramientas que empleaban en su intento de conseguir su objetivo era el asesinato, en especial en lugares con mucha gente, acciones calculadas para infundir miedo en los corazones de sus enemigos. Los sicarios son a menudo considerados uno de los primeros grupos terroristas de la historia de la humanidad.

Origen del movimiento rebelde

La provincia romana de Judea fue constituida en el siglo 6 d. C., tras el fin de la Tetrarquía herodiana. Los romanos habían ya establecido su presencia en la región antes de la formación de la provincia, ya que los herodianos eran reyes vasallos de los romanos. Para algunos judíos la ocupación romana de sus tierras era una usurpación ilegítima, por lo que tenían la esperanza de liberarse algún día del yugo romano. Varios grupos se alzaron para desafiar el dominio romano, y uno de ellos eran los sicarios.
Los zelotes eran otro grupo rebelde del que formaba parte el apóstol San Simón el Zelota, representado aquí en un óleo de Peter Paul Rubens (c. 1611), de su serie de los Doce Apóstoles (Dominio público)
Los zelotes eran otro grupo rebelde del que formaba parte el apóstol San Simón el Zelota, representado aquí en un óleo de Peter Paul Rubens (c. 1611), de su serie de los Doce Apóstoles 
Los sicarios son mencionados en La Guerra de los Judíos de Flavio Josefo. En el Libro VII, Capítulo 8 de esta obra, Josefo menciona que los sicarios trataban a los judíos que se habían sometido a los romanos como enemigos, saqueando sus propiedades. Josefo continúa diciendo que, a pesar de que los sicarios proclamaban que aquellos judíos habían renunciado a su libertad por cobardía, esta afirmación servía de hecho para “encubrir la barbarie de la que eran autores, y ocultar su propia avaricia”.
Flavio Josefo menciona también a los sicarios en sus Antigüedades Judías. En el Libro XX, Capítulo 8 de esta obra, Josefo menciona que los sicarios eran llamados así por su arma preferida: “pequeñas espadas, no muy diferentes en longitud de las acinacæ persas pero algo curvadas, al igual que las sicae romanas, de las que recibían su nombre”. Por otro lado, es también gracias a esta obra por la que sabemos de su modus operandi: “se mezclaban entre la muchedumbre en sus festivales, a los que acudían multitudes de todas partes de la ciudad para adorar a Dios, como dijimos anteriormente, y daban muerte así con facilidad a aquellos que tenían en mente asesinar.” En ‘La Guerra de los Judíos’, Flavio Josefo informa de que la primera víctima de los sicarios fue el sumo sacerdote Jonatán.
La daga curvada o ‘sica’, arma favorita de los rebeldes sicarios. (CC BY 2.0)
La daga curvada o ‘sica’, arma favorita de los rebeldes sicarios

La Primera Guerra Judeo Romana

Durante la Primera Guerra Judeo Romana, que se produjo entre los años 66 d. C. y 73 d. C., los sicarios estaban encabezados por Menahem, hijo de Judas. Bajo el liderazgo de Menahem, los sicarios participaron en la rebelión contra Roma. Tras haber capturado la vieja fortaleza herodiana de Masadá y saqueado su arsenal, los sicarios continuaron su marcha hacia Jerusalén, donde constituyeron una alianza con otros grupos rebeldes judíos. Aunque los rebeldes tuvieron éxito a la hora de expulsar a los romanos de la ciudad, muy pronto estalló el conflicto entre los diferentes grupos rebeldes.
‘La destrucción del Templo de Jerusalén’, óleo de Francesco Hayez. En el año 70 d. C., el Segundo Templo de Jerusalén fue destruido por las legiones romanas en el transcurso de la Primera Guerra Judeo Romana (Dominio público)
‘La destrucción del Templo de Jerusalén’, óleo de Francesco Hayez. En el año 70 d. C., el Segundo Templo de Jerusalén fue destruido por las legiones romanas en el transcurso de la Primera Guerra Judeo Romana
Menahem tenía intención de proclamarse líder absoluto de la rebelión siendo coronado como rey-mesías en el Templo. Los demás grupos rebeldes se enfurecieron por ello, atacando a los sicarios. Menahem fue entonces derrotado, capturado, torturado y finalmente ejecutado junto con muchos de sus seguidores. Los sicarios supervivientes, encabezados por Eleazar ben Ya’ir, de la familia de Menahem, huyeron a Masadá, que les sirvió como fortaleza durante el resto de la guerra. Los sicarios no volvieron a participar en la rebelión contra los romanos, limitando sus acciones militares al saqueo de las aldeas judías cercanas a Masadá.
Vista aérea de las ruinas de la fortaleza de Masadá en el antiguo desierto de Judea, actual Israel (CC BY SA 4.0)
Vista aérea de las ruinas de la fortaleza de Masadá en el antiguo desierto de Judea, actual Israel 

Muerte y deshonor

Masadá fue uno de los últimos baluartes en manos de los rebeldes judíos durante la revuelta contra los romanos. En el 73 d. C., tropas romanas bajo el mando de Lucio Flavio Silva comenzaron a asediar la fortaleza. Cuando Eleazar, jefe de los sicarios, se dio cuenta de que todo estaba perdido, reunió a los defensores que aún quedaban y les contó lo que les harían los romanos a ellos y a sus familias si conseguían capturarles vivos. De este modo, Eleazar les convenció de que mataran a sus familias y se suicidaran a continuación. Cuando los romanos finalmente conquistaron la fortaleza, descubrieron que todos los judíos de Masadá, con la excepción de dos mujeres y cinco niños, habían elegido morir por su propia espada antes que rendirse a los romanos.







Autor: Wu Mingren
articulo publicado en...http://www.ancient-origins.es/noticias-general-historia-eventos-importantes/terrorismo-el-imperio-romano-los-sicarios-jud%C3%ADos-004327?nopaging=1

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