Una cantidad de artesanías ancestrales halladas por todo Europa sorprenden por su calidad artística así como por la concepción del arte mismo como parte integrante de la vida de quienes las realizaron hace decenas de miles de años.
Su singularidad reside en que no se trata de herramientas, objetos funcionales los cuales pueden ser encontrados con frecuencia en yacimientos arqueológicos, sino de la manifestación cultural de una sociedad que a priori se la asumía incapaz de poder concebir y producir objetos de tan alto nivel de elaboración.
Sobre todo, asombra que hayan tenido la inquietud, el tiempo, la creatividad y la capacidad de ejecutar con la minuciosidad de un maestro artesano, durante una época en la que, siendo cazadores recolectores, se supone que apenas llegaban a solventaban sus necesidades básicas de alimento, albergue y abrigo.
El hombre-león de Hohlenstein-Stadel
El “hombre-león” es una estatuilla de marfil hallada en la cueva de Hohlenstein-Stadel, en Alemania. Se trata de una artesanía de destacada elaboración de unos 32.000 años de antigüedad.
El “hombre-león” es un ser híbrido, mitad hombre y mitad león y es una de las más notables obras de arte paleolítico y una de las representaciones de bulto redondo más antiguas conocidas.
La estatuilla, de 28 cm de altura, es inusualmente grande y combina rasgos humanos, como la postura erguida, con la cabeza y las extremidades de un felino.
Bisonte de Zaraysk
En el yacimiento de Zaraysk, Rusia, además de la Venus de Kostenki se ha hallado un bisonte tallado en el colmillo de un mamut con una antigüedad estimada de entre 16.000 y 22.000 años.
Se trata de un objeto excepcional, tanto por su magnífica talla como por ser una representación que nos posibilita adentrarnos en la dimensión artística de los cazadores-recolectores de la Rusia paleolítica.
Hace 20.000 años Rusia occidental era un paraíso terrenal poblado por mamuts y bisontes que constituían la dieta principal de los cazadores de la llamada cultura Konstenki-Avdeevo del paleolítico superior. Podemos encontrar representaciones de bisontes en las pinturas rupestres de Lascaux, Altamira, Chauvet y El Castillo.
“Se trata de una de las primeras manifestaciones de arte creativo en este territorio y de un ejemplo de la imagen estética de nuestros antepasados”, afirma Hizri Amirjanov, jefe del departamento de Edad de Piedra del Instituto de Arqueología de la Academia de las Ciencias de Rusia.
«Excavaron una fosa de 60 centímetros de diámetro y 80 de profundidad, en cuyo fondo construyeron un pequeño podio en el cual colocaron la estatua y después la cubrieron con tierra», explica el arqueólogo.
Amirjanov explica que la figura habría sido utilizada como totem en rituales mágicos anticipatorios antes de la cacería: primero imitaban la caza de la estatuilla, le rompían las patas, le pintaban el pecho con alguna pintura y luego organizaban funerales.
- Fuente: elmundo.es; La cultura Kostenki-Avdeevo
Falos
Un falo de piedra encontrado en las famosas cavernas de Hohle Fels, Alemania, es una de las primeras representaciones conocidas de la sexualidad masculina. Se calcula que el objeto, de 20 centímetros de largo por tres de ancho, tiene 28 mil años de edad. Su tamaño natural indica que bien pudo ser utilizado como “ayuda sexual” por quienes lo fabricaron en la Edad de Hielo.
Las diferentes partes fueron encontradas en una capa de cenizas en el complejo de cuevas asociadas con los humanos modernos y no con sus “primos” prehistóricos, los Neandertales, que también habitaron en esas cavernas.
En Europa se han encontrado hasta 42 objetos con una clara morfología fálica. Dada la inversión de trabajo que supone realizar uno de estos falos, la opinión más generaliza es considerarlos como objetos simbólicos. Pero también caben otras interpretaciones como un signo de distinción para individuos con cierto grado de jerarquización social o religiosa.
También están aquellos que los relacionan con ritos propiciatorios de la fertilidad, incluso no faltan investigadores que defienden un uso similar al de nuestros dildos, ya sea por el mero placer sexual o relacionados con ciertos ritos de iniciación sexual o de tránsito, como el paso de la niñez a la edad adulta.
- Fuente: historsex/falos-prehistoricos; bbc.com
Venus paleolíticas
Las venus paleolíticas son estatuillas femeninas de hueso, asta, marfil, piedra, terracota y de madera, datadas en el Paleolítico Superior. Se trata de figuras de mujeres de rostro impreciso y con una fuerte exageración de las partes del cuerpo (vientre abultado, enormes senos y piernas obesas).
Según las mediciones realizadas con radiocarbono, la Venus de Hohle Fels poseería un mínimo de 35.000 años de antigüedad, que podrían llegar hasta los 40.000 años según otros investigadores.
La Venus de Dolní Věstonice es una estatuilla de terracota de una figura femenina, datada entre el 29.000 y 25.000 AEC (manufacturas gravetienses).
Fue encontrada en el yacimiento arqueológico paleolítico de Dolní Věstonice, al sur de Brno, en la República Checa.
La Venus de Willendorf es una estatuilla hecha de piedra caliza de entre 24.000 y 22.000 años AEC. Fue hallada en un yacimiento paleolítico cerca de Willendorf (Austria), en 1908.
La Venus de Brassempouy (una localidad de las Landas, ubicada al sur de Francia), tiene entre 26.000 y 24.000 años de antigüedad.
La Venus de Kostenki, Ucrania, está datada de hace aproximadamente 22.000 AEC. Es una representación femenina con atributos exagerados, ausencia de rostro, cabeza inclinada, brazos y piernas pegadas al cuerpo.
La Venus de Laussell es un bajorrelieve de unos 43 centímetros de altura y se estima que data del 22.000 al 18.000 AEC. Está tallada sobre piedra caliza con utensilios de sílex, como casi todo el utillaje lítico del Paleolítico.
La Venus de Lespugue es una estatuilla de marfil de 14,7 cm. datada entre 20.000 y 18.000 AEC y esculpida en marfil de mamut. Fue hallada en 1922 en la «Cueva de Rideaux», en Lespugue, en el Alto Garona (Francia).
Propulsor del cervatillo
El emblemático propulsor del cervatillo hallado en la cueva de Mas d’Azil en Ariège, Francia, en 1940, está datado del período Magdaleniense Superior, aprox. 13.000 AEC.
Se trata de una auténtica joya de este arte prehistórico de cuyo autor no sabemos nada salvo que era un exquisito artesano.
Con 39 cm de largo, fue elaborado en asta de reno. La escultura representa una cierva pariendo un cervatillo en el que se han posado dos aves. A partir del magdaleniense medio proliferan este tipo de artefactos, profusamente decorados y bellamente esculpidos, generalmente en asta y también en hueso y marfil.
Consiste en un diseño bastante popular de su época del que se pueden encontrar otros propulsores muy similares en factura e iconografía, como los de Bedeilhac, Arudy, La Madeleine, Bruniquel (caballo y mamut), Bedeilhac, Enlene, Gourdan, y el Castillo, entre muchos otros.
Un propulsor es un instrumento con el que se ayudaba a lanzar a más distancia y con más precisión los proyectiles, un antecedente del arco. Es en esencia una herramienta de caza pero embellecida por deseo estético y/o simbólico de su propietario.
Bastones perforados
Muchos no son enteramente rectos sino que forman un ángulo en un extremo, a menudo formando una «T» o una «Y», pero siempre con el vértice del ángulo de desvío situado sobre un nudo de la cornamenta. Hay un agujero circular perforando el asta justo debajo de la hinchazón o conjunto y, a menudo, un segundo agujero más pequeño cerca del eje. Los ejemplos típicos oscilan entre los 15 y los 20 cm de largo.
Instrumentos musicales del Paleolítico
Hallazgos arqueológicos de instrumentos de viento y de percusión de hace unos 40.000 años son evidencia irrefutable de que la música debió formar parte de las actividades humanas desde al menos los albores del Paleolítico superior.
La flauta de Divje Babe
En 1995 el arqueólogo Iván Turk halló enterrados en la Cueva de Divje Babe, un yacimiento que está cerca de la localidad de Cerkno, al noroeste de Eslovenia, los restos de lo que se cree es una flauta tallada sobre el fémur de un osezno. La misma está datada de 43.100 AEC (Paleolítico medio).
La flauta presenta de un lado dos orificios completos y otros dos (en los extremos) parciales, dado que el hueso está incompleto, y otro en la parte posterior, convenientemente ubicado para digitar con el dedo pulgar.
La cueva contiene depósitos musterienses datados en una edad geológica entre 42.000 y 80.000 años, habiendo sido ocupada por grupos humanos de Homo neanderthalensis.
La publicación de ese hueso como un instrumento musical desató una polémica importante, siendo negado el carácter intencional por gran parte de la comunidad científica. Detrás de este rechazo se esconden los muchos prejuicios hacia las capacidades cognitivas y simbólica del Homo neanderthalensis, ya que instrumentos similares aparecidos en niveles arqueológicos auriñacienses y gravetienses asociados al Homo sapiens han sido aceptados sin muchos reparos como instrumentos con finalidad musical. Sus detractores argumentan que los orificios son fruto o bien de la casualidad en la que intervienen procesos naturales o bien de la acción de carnívoros que muerden los huesos para acceder a la médula ósea.
Esta discusión transciende la mera interpretación correcta de un artefacto arqueológico, tiene consecuencias e implicaciones importantes que van más allá, pues su aceptación supondría admitir que a tenor de las pruebas que los primeros pasos de los sonidos armónicos musicales corresponderían a Homo neanderthalensis y no a Homo sapiens, aspecto difícil de aceptar por algunos investigadores conservadores ya que colocaría las capacidades cognitivas y simbólicas de los neandertales a la altura del hombre anatómicamente moderno.
¿Qué pruebas existen para sostener el origen antrópico de los agujeros realizados en el fémur de cueva Dijve Babe y por lo tanto de su interpretación como un instrumento musical de viento?
En primer lugar, tres de los agujeros están colocados a una distancia equidistante y un cuarto un poco menos, por otro lado sería realmente asombroso que el único agujero presente en la parte trasera del hueso hubiese sido también resultado de la mordedura de un carnívoro.
La proporcionalidad entre los orificios es importante ya que esto es lo que permite establecer las relaciones diatónicas entre los sonidos. Además, los análisis hechos a otros huesos con perforaciones claramente atribuibles a carnívoros presentan una forma de tendencia ovalada y diferentes tamaños mientras que las perforaciones de la flauta de Divje Babi son perfectamente circulares y cada agujero tiene un diámetro similar al resto.
Es destacable que en la flauta eslovena no quedan restos de médula ósea ya que ha sido vaciada intencionalmente, hecho que no se detecta cuando los agujeros de los huesos responden a mordeduras de carnívoros. A estos datos hay que añadir que en el propio yacimiento y en los niveles en que se documentó el hueso perforado se hallaron herramientas líticas puntiagudas perfectamente preparadas para realizar perforaciones en materiales más o menos blandos como huesos o madera.
La flauta de Hohle Fels
Las cuevas de Hohle Fels constituyen una mina arqueológica sin parangón de la cultura auriñaciense (Paleolítico Superior), aportando no sólo a la Venus de Hohle Fels (además de otras 25 tallas de marfil en los últimos cien años) sino también un grupo de ocho flautas encontradas en 2008, asociadas a Homo Sapiens.
Cuatro de ellas están trabajadas en marfil y otras cuatros en los huesos largos de diferentes animales. La flauta mejor conservada se halló fragmentada en una docena de partes y se restauró en el laboratorio de forma casi completa. Estaba tallada en el radio de un buitre, de 21,8 cm de longitud y 0,8 cm de diámetro.
Para la datación de estas piezas se han usado dos métodos diferentes, el radiocarbono y la termoluminicescia, que aportan fechas que van desde los 37.000 a los 40.000 años AEC.
Esta flauta es considerada “oficialmente” como el instrumento musical más antiguo del mundo (a diferencia de la flauta de Divje Babe cuya manufactura todavía está en discusión).
A lo largo del Paleolítico superior se han documentado varias flautas con diferentes cronologías como Dolci Vestonic (Paleolítico superior inicial), Isturitz (gravatiense), o las de La Guelga, la Paloma, Le Placard y la Cueva del Castillo (Puente Viesgo) cuyas cronologías se remontan al Magdaleniense.
Parece evidente que desde principios del Paleolítico superior, y quizás desde finales del Paleolítico medio, los grupos humanos de cazadores-recolectores empleaban diferentes instrumentos para producir sonidos de forma cotidiana.
La cuestión más difícil de determinar es que función jugaban esos instrumentos musicales dentro del entramado social prehistórico, cual es el significado que esconden estos instrumentos que han llegado hasta nosotros en forma de objetos arqueológicos.
Sin duda, la música debió jugar un papel cohesionador dentro de la sociabilidad de los grupos humanos prehistóricos donde los aspectos lúdicos de la música y la danza debieron servir como elemento dinamizador en las celebraciones festivas o rituales.
- Fuente: abc.es/primeros-europeos-bailaban-musica; elmundo.es
- articulo publicado en...https://reydekish.com/2017/03/07/artesania-ancestral/
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