Mitología en la Historia

Hemos escuchado que a veces en la mitología hay parte de historia. Tomando en cuenta que el Universo es muy vasto y que en nuestro mismo planeta la diversidad de especies es muy extensa, no es tan absurdo pensar en que una raza de algún animal no homínido haya evolucionado tanto como para poder viajar años luz.

Los mismos dinosaurios en sus últimas etapas evolutivas se estaban convirtiendo en seres de menor tamaño pero dotados de un arma más poderosa, la inteligencia. Si no hubiese sucedido el evento de extinción de estos animales, probablemente nuestro mundo actual estaría regido por reptiloides. Existen referencias de los reptiloides en muchos textos e iconografía artística, por ejemplo en los templos de Egipto o en estatuas de Irak (se dice que la guerra de Irak también fue para recuperar estos tesoros). Otras muchas han sido destruidas.

Por ejemplo en la Biblia, junto a las referencias de la Atlántida, donde una raza de reptiloides, los alfadraconis, peleaban con otros aliens y humanos. Hay muchos monumentos enigmáticos prehistóricos que apunta a la Constelación de Alfa Draconis. Los ufólogos y abducidos citan muchos tipos de reptiloides. Los hombres reptiles o “reptiloides” son una supuesta raza anterior a la humana, quienes vivieron desde los comienzos de los tiempos e incluso siguen existiendo en nuestros días, escondidos en cuevas subterráneas esperando el momento oportuno para volver al exterior y reclamar el lugar que les corresponde. Algunos de los argumentos de quienes creen en esta especie de seres es que son extraterrestres que vinieron desde las Pléyades de la constelación Tauro a la Tierra, en tiempos remotos y que durante mucho tiempo convivieron con nuestros antepasados. En algún momento y por razones que difieren entre uno y otro correlato, se vieron obligados a permanecer en las profundidades del planeta, evolucionando paralelamente a la raza humana, esperando el momento oportuno para volver a la superficie.

Existe en África la creencia popular de que hace miles de años atrás, llegó  del cielo una raza de gente cuya fisonomía era similar a la de los hombres lagarto. La población Zulú de Sudáfrica, ha transmitido esta cultura a través de sus generaciones y aún en la actualidad, podemos escuchar la historia de como estos reptiloides, que podían cambiar de forma a voluntad, tomaba en ocasiones la apariencia humana y en algunos casos, los jefes de las tribus casaban a sus hijas con extraterrestres, con el objetivo de procurar una raza con poder de Reyes y Jefes de tribu.

En algunos cuadros como el de Hugo Van der Goes no aparece una serpiente, sino un reptiloide .

En el mito de Adán y Eva en realidad es un reptiloide el que nos da la manzana de la vida.

Algunos abducidos dicen que los reptiloides nos crearon por ingeniería genética y que son los primitivos habitantes de la Tierra y que viven bajo tierra en cavernas. Nuestro cerebro tiene una parte ancestral reptil, que es su base, luego está el cerebro mamífero o límbico (sede de las emociones) y luego el neocórtex. Es decir que nuestra evolución parte de los reptiles. Es probable que en su desarrollo otros seres anteriores a nosotros hayan evolucionado con características de reptil, que les harían además mucho más fuertes, “fríos” y sutiles que el vulnerable mamífero. Las referencias a cultos secretos de la serpiente aparecen en miles de tradiciones.

El Vaticano manipuló todas las partes de la Biblia para ocultar la realidad de los reptiloides, que en el mito de Adán y Eva pasó a ser una serpiente…

Por Veritas Boss

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