La Filippeios Krini (‘Fuente de Filipo) es una fuente de 2.300 años de antigüedad cuya construcción ordenó el rey Filipo II de Macedonia. Milagrosamente, ha sobrevivido hasta nuestros días en pleno funcionamiento, lo que la convierte en la obra hidráulica más antigua del mundo aún en uso.
En el 338 a. C., el rey Filipo II de Macedonia estableció un campamento militar en Nestani a fin de atacar Anfisa, situada al otro lado del Golfo de Corinto desde Nestani. Aunque para esta época la influencia del rey decaía debido a sus fallidos asedios de Perinto (340 a. C.) y Bizancio (339 a. C.), el rey no podía permitir que los habitantes de Anfisa continuaran explotando los llanos de Crisa, una tierra que pertenecía legítimamente a Delfos, sede del oráculo de Apolo. Los macedonios pasaron muchas semanas acampados en Nestani. A fin de suministrar a sus tropas suficiente agua, el rey ordenó la construcción de una fuente, Filippeios Krini (la fuente de Filipo). En lo que acabó siendo conocido como Cuarta Guerra Sagrada, el rey Filipo II derrotó contundentemente a Anfisa y expulsó a sus ciudadanos de la región. La reputación del rey quedó restaurada, pero Filipo fue asesinado dos años más tarde por uno de sus propios guardaespaldas. Un fin innoble para un rey con luces y sombras en su legado. Sin embargo, su memoria continúa viva gracias a su milenaria fuente, la Filippeios Krini.
Ilustración de un tratado de hidráulica e hidrostática.
La tecnología de los sistemas impulsados por el agua es conocida como hidráulica, un término que procede del griego “tuberías de agua”. Desde aproximadamente el 2000 a. C., los minoicos y más tarde los micénicos desarrollaron técnicas increíblemente avanzadas para el abastecimiento y transporte de agua, drenaje, eliminación de aguas de lluvia y residuales, protección contra inundaciones e irrigación. Al llegar a la época helenística, los griegos ya habían inventado dispositivos sencillos de utilizar como la rueda hidráulica y la bomba de agua, un mecanismo que permitía a su usuario traer a la superficie el agua del subsuelo y que fue utilizado por el cuerpo de bomberos de la antigua Roma.
Estas bombas eran máquinas brillantemente sencillas que funcionaban al “rotar un cilindro inclinado con láminas metálicas helicoidales dispuestas en torno a su eje y cuya parte inferior se encontraba sumergida en el agua que se deseaba bombear. Al girar la hélice, el agua quedaba atrapada entre las láminas helicoidales y las paredes, ascendiendo de este modo a lo largo de todo el cilindro y brotando finalmente en su boca.” (Koutsoyiannis y Angelakis, 2003). Este mecanismo es llamado en ocasiones bomba de tornillo de Arquímedes. Las bombas de agua aún se emplean en nuestros días para una amplia variedad de usos, entre ellos bombear agua de pozos, expulsar las aguas de sentina en las embarcaciones, drenar sótanos inundados, apagar fuegos y para surtidores de agua.
Ruedas hidráulicas.
Fue un griego llamado Anaxágoras (c. 510 – c. 428 a. C.) quien enunció claramente por primera vez el ciclo hidrológico: “el sol eleva el agua del mar hasta la atmósfera, de donde cae como lluvia; es recogida entonces por el subsuelo y alimenta el caudal de los ríos” (Koutsoyiannis y Angelakis, 2003). La obra posterior del filósofo acerca del origen del trueno (en la que explicaba cómo el fenómeno no era producido por Zeus) contribuyó a su encarcelamiento por impío y subsiguiente retiro forzoso.
Detalle del fresco de la fachada de la Universidad de Atenas en el que podemos ver a Anaxágoras.
Ya en la época del rey Filipo II, instalar una fuente para suministrar agua potable del subsuelo a soldados y caballos era algo rutinario. La Filippeios Krini no estaba destinada a durar más de 2.350 años, aunque su sencillo mecanismo y sólida mampostería han permitido que continuara (con reparaciones periódicas) abasteciendo de agua a los habitantes de Nestani.
La población griega de Nestani, en lo alto de una colina, alberga además otra famosa fuente griega: la que brota de las tuberías que bombean agua de la cueva natural inundada de Dini (llamada en ocasiones de Pausanias). Se cree que esta cueva fue el lugar de nacimiento de Poseidón. Según el mito griego, Poseidón era hijo de Cronos y Rhea. Cronos era el titán más joven, y había usurpado el dominio del Universo a su padre Uranos (el Cielo). Estaba por tanto comprensiblemente preocupado ante la posibilidad de que un hijo de su estirpe le destronara, por lo que decidió devorar a todos sus hijos a medida que fueran naciendo, empezando por el primero, Hades. Su consorte, Rhea, se sentía muy descontenta ante esta práctica, por lo que intentó salvar a su segundo hijo, Poseidón. Poco después de su nacimiento, Rhea abandonó al pequeño Poseidón cerca de la cueva en medio de un rebaño de corderos. Cuando Cronos se acercó a ver al niño, Rhea le dijo que había dado luz a un caballo, presentando un potro al dios de dioses. Curiosamente, esto no despertó las sospechas de Cronos, que inmediatamente devoró el caballo. De este modo Poseidón sobrevivió y se convirtió en el dios de los caballos, un título que mantuvo incluso después de proclamarse dios de los mares, cuando sus hermanos y él se dividieron el dominio del mundo. En la antigüedad los residentes de Nestani sacrificaban caballos a Poseidón.
Autor: Kerry Sullivan
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