Durante el mes de febrero del año 1978, un grupo de obreros de una compañía eléctrica localizaron una monumental escultura en plena Ciudad de México. Su hallazgo y excavación arqueológica marcaron un antes y un después en el estudio de la cultura mexica. De hecho, a partir de esos instantes, las autoridades decidieron crear el Proyecto Templo Mayor. Un proyecto a través del cual se ha podido llevar a cabo el estudio del edificio principal de los antiguos mexicas, así como de otras importantes estructuras que componían el centro ceremonial de Tenochtitlán, conocido como el Recinto Sagrado.
Presentación del nuevo hallazgo
Desde su fundación por parte de Eduardo Matos Moctezuma, la investigación en el lugar ha sido continua y han sido muchos los descubrimientos realizados. Fruto de dicha investigación es el nuevo hallazgo, consistente en un estrecho pasillo que conduce al centro de la plataforma circular conocida como Cuauhxicalco. Un túnel que desemboca en dos cámaras laterales en las que los arqueólogos sospechan que podrían encontrarse los restos de algunos importantes gobernantes mexicas.
Detalle del Cuauhxicalco: estructura en la que, según fuentes históricas, eran incinerados los cuerpos de los tlatoanis y en la que desemboca el túnel recién descubierto
Así lo aseguraron ayer lunes, 30 de noviembre, los investigadores del Proyecto Templo Mayor (PTM) y del Programa de Arqueología Urbana (PAU), participantes en la primera mesa redonda de “Tenochtitlán al pie del Templo Mayor: Excavaciones y estudios recientes”. Fue Leonardo López Luján, director de las últimas cinco temporadas de excavaciones del PTM, quien dio a conocer el reciente hallazgo de un túnel de 8.38 metros de largo, 45 centímetros de ancho y metro y medio de alto, que desemboca en el centro del Cuauhxicalco: estructura circular en la que, según fuentes históricas, eran incinerados los cuerpos de los Tlatoanis.
Historia del descubrimiento
Según informaciones publicadas por El Sol de México, durante las exploraciones realizadas en el año 2013 en el lado norte del Cuauhxicalco, los integrantes del PTM descubrieron una lápida de andesita de tres toneladas. Tras lograr moverla, se halló una gran caja de ofrendas, que había sido rellenada con los sillares de un muro desmantelado. En su interior también se encontraron restos óseos pertenecientes a niños de entre 5 y 7 años, un par de cráneos junto con sus tres primeras vértebras cervicales y huesos de una mano y dos pies. Braseros, cuchillos de sacrificios, huesos de águila y objetos de oro y otros materiales completaban la ofrenda.
El descubrimiento se hizo público ayer lunes, 30 de noviembre, en el transcurso de la primera mesa redonda de “Tenochtitlán al pie del Templo Mayor: Excavaciones y estudios recientes”
Sin embargo, el arqueólogo Tomás Cruz se percató además de que el muro sur ocultaba un pasillo. Así se expresaba López Luján al describir la situación:
“Al liberarlo de tierra y piedra, supimos que conducía directamente al corazón del Cuauhxicalco. Al fondo aparecieron dos tapias de mampostería que parecen sellar dos viejos accesos. A partir de lo que señalan las fuentes respecto de que el Cuauhxicalco era un edificio de carácter funerario, lo que especulamos es que tras esas tapias puede haber dos pequeños cuartos donde estén contenidos los restos incinerados de algunos gobernantes tenochcas, quizás de Moctezuma I y sus sucesores, Axáyacatl y Tízoc, considerando las etapas constructivas reflejadas en esta construcción”.
Por su parte, la directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Teresa Franco, remarcó que la capital del antiguo imperio mexica continúa siendo investigada y analizada por medio de las exhumaciones que los integrantes de los programas arqueológicos siguen llevando a cabo en la actualidad en una buena parte del Recinto Sagrado.
Según fuentes históricas, en el Cuauhxicalco se inhumaron las cenizas de varios emperadores mexicas. En la imagen, sillar labrado del Cuauhxicalco
Asimismo, no pudo dejar de evocar aquel febrero de 1978, cuando el descubrimiento realizado por el equipo encabezado por el maestro Matos Moctezuma suscitó un cambio de forma y fondo para las investigaciones arqueológicas que se llevaban a cabo en el centro de la Ciudad de México. A 38 años de distancia, a la exploración de la pirámide doble dedicada a los dioses Huitzilopochtli y Tláloc, “se ha sumado la investigación en una treintena más de edificios de carácter religioso, construcciones a las que se encuentran asociados pequeños adoratorios, esculturas, pinturas, murales y ofrendas que han enriquecido el acervo patrimonial del pueblo mexicano”, expresó.
Autor: Mariló T. A.
articulo publicado en--https://www.ancient-origins.es/noticias-historia-arqueologia/descubierto-t%C3%BAnel-templo-mayor-m%C3%A9xico-que-conduce-dos-nuevas-c%C3%A1maras-subterr%C3%A1neas-003129
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