lunes, 15 de junio de 2015
Rituales de Fundación del Antiguo Egipto: Elaborados Ritos para Proteger los Grandes Monumentos
En la actualidad, es común iniciar la construcción de un nuevo edificio con la ceremonia conocida como "colocación de la primera piedra". Esta tradición marca, simbólicamente, el comienzo de un nuevo proyecto en muchas culturas y a menudo asisten a ella diversos dignatarios y autoridades. Los antiguos egipcios hacían gala de una tradición equivalente conocida como "ritual de fundación". En este ritual, se pedía a los dioses que protegieran tanto las obras de construcción del edificio como la estructura una vez terminada. Casi la totalidad de los mejores monumentos de todo Egipto poseían un nexo religioso por lo que la construcción de estos edificios empezaba siempre con estas ancestrales ceremonias. Las ceremonias de fundación para los templos consistían en ocho rituales (once durante la Dinastía Ptolemaica o Período Griego). Los rituales debían ser supuestamente realizados por el propio faraón, pero en la mayoría de los casos generalmente eran oficiados en su nombre por sacerdotes. Sin embargo, el faraón sí que interpretaría directamente su papel en las ceremonias de construcción de las estructuras más importantes. Estas eran las fases de los rituales: El Faraón abandona su palacio con su estandarte y sus portadores reales, trasladándose hasta el templo (Dinastía Ptolemaica) El Faraón llega a la obra en construcción y es saludado por el sacerdote representante del dios a quien será dedicado el templo (Dinastía Ptolemaica) "Estiramiento de la Cuerda" (alineaciones astronómicas del edificio) Desbroce del terreno, se cava la primera zanja para los cimientos Moldeado del primer ladrillo Vertido de la arena Se cubren con arena los depósitos de fundación Comienzo de la construcción Purificación del edificio acabado Consagración del templo a los dioses El Faraón abandona el palacio para visitar el edificio terminado (Dinastía Ptolemaica). El Estiramiento de la Cuerda se convirtió, con el tiempo, en la principal de ellas, la más importante de todas. Esto se debió a que en esta fase se alineaba el templo entero por medio de unas cuidadosas mediciones y observaciones astronómicas. "La cuerda" era la línea que el albañil utilizaba para medir las dimensiones del edificio y alinearlo con las estrellas o los puntos cardinales. Este ritual, a su vez, constaba de tres fases distintas: delimitar las cuatro esquinas del edificio de noche, "estirar la cuerda" colocando estacas en las cuatro esquinas que luego se unían mediante la cuerda y, finalmente, aflojar la cuerda, de modo que se deslizara hasta caer al suelo para que colocada así sobre el terreno marcase los límites del edificio. Esta ceremonia se vinculaba con Seshat, diosa de la escritura y las medidas. Hay que destacar que los antiguos egipcios eran sumamente exactos a la hora de construir los cimientos y al orientar sus edificios. Se piensa que debieron de usar un instrumento conocido como "market", consistente en una vara marcada a través de la cual podría verse la constelación de la Osa Mayor, permitiendo a los constructores calcular la posición exacta del norte y, así, alinear sus edificios.
La constelación Ursa Major (La osa Mayor)
El desbroce del terreno era lo más parecido a las modernas ceremonias de "colocación de la primera piedra". En este ritual, el faraón, (o el sacerdote que lo representaba) al considerarse como heredero del dios de la Tierra, comenzaría a cavar la primera zanja para los cimientos del templo con una azada de madera que, simbólicamente, cortaba el terreno hasta la "capa freática". Dicha capa representaba el límite superior del dios Nun, el primitivo dios del agua. A continuación, el faraón (o el sacerdote que lo representaba) empleaba un molde de madera para fabricar un ladrillo de adobe que representaba los que se utilizaban, originalmente, para la construcción de los edificios. Estos ladrillos de adobe a menudo llevaban en su superficie una inscripción con el nombre del faraón al que se dedicaba el edificio y se enterraban en uno de los depósitos de fundación. El Faraón seguidamente vertía una capa fina de arena de las riberas del Nilo sobre la zanja de los cimientos y los trabajadores rellenaban dichas zanjas con arena del Nilo para crear una lisa primera capa de arena lista para la construcción.
Sacerdote del Antiguo Egipto quemando incienso
Para comenzar la construcción, el faraón colocaría un gran bloque de piedra en una esquina del templo, empleando una palanca de madera para poder moverlo. Este acto era la señal indicadora del arranque de la construcción. Una vez completada la construcción del edificio, éste tenía que ser purificado antes de poder consagrarlo a un dios. A este ritual lo llamaban "Esparcir el Besen". Con el término "Besen" denominaban, indistintamente, al yeso ( sulfato de calcio deshidratado, también conocido como Yeso de París) y al natrón (una mezcla de sales naturales). El último ritual consistía en la consagración del templo acabado al dios para quien fue construido. El faraón escogería antes un santuario en el que permanecería haciendo ofrendas y rezando ante la imagen sedente del dios a quien se dedicaría, finalmente, el templo. A esta ceremonia la conocían como "la Apertura de la Boca del trono del Protector de mi Padre". Este ritual permitiría al dios “habitar” su estatua (que no era aún divina ya que la había esculpido un ser humano). A continuación se sacrificaban animales y se presentaban como ofrendas al dios. Finalmente, la ceremonia se repetía para todo el edificio, consagrándolo ya oficialmente como casa del dios.
Los más antiguos depósitos de fundación egipcios descubiertos hasta la fecha, pertenecen al período dinástico y abarcan hasta el período cristiano. Durante el Reino Antiguo, las fosas de los depósitos tendían a ser pequeñas y albergaban ofrendas de alimentos, cerámica y piedras de molinos. Durante el Reino Medio, estas fosas se hicieron más grandes y empezaron a recibir elementos con inscripciones como moldes y ladrillos. Estas prácticas alcanzaron su máximo apogeo durante el Reino Nuevo (c. 1550 a. C. - 1070 a. C.) cuando las ofrendas a menudo se producían en masa e incluían inscripciones más extensas y una amplia variedad de amuletos y objetos. Los depósitos raras veces contenían inscripciones fuera del Reino Medio y el Reino Nuevo, y aún entonces las inscripciones tendían a ser sencillas y breves, a menudo tan solo una anotación con el nombre del faraón, el del edificio y el del dios a quien era dedicado. Datados en la XII Dinastía, se han encontrado también "Textos de Excreción" dedicados a los enemigos de Egipto escritos sobre estatuillas y cerámica y enterrados bajo las construcciones de modo que, simbólicamente, fueran "asfixiados". Los depósitos de fundación eran enterrados en puntos claves alrededor del emplazamiento del edificio, dependiendo su ubicación del tipo de estructura construida. De esta manera, los templos tendrían un depósito en cada esquina, mientras que las tumbas tendrían los depósitos cerca de sus entradas. También se ubicaban bajo obeliscos, columnas, pasillos, santuarios y a lo largo de los ejes centrales de los edificios. Los depósitos generalmente se disponían en fosas delimitadas por ladrillos de adobe y eran de muy variado tamaño. Generalmente su forma era circular o semicircular, pero de vez en cuando también cuadrada o rectangular. Su contenido también variaba bastante, pero a menudo incluía moldes utilizados en la construcción, ofrendas, ladrillos o sus moldes, placas votivas (generalmente realizadas en cerámica vidriada, caliza o madera), platillos y cuencos de cerámica.
Reconstrucción de un Depósito de Fundación. Egipto, Dinastía 18, entre los reinados de Hatshepsut y Tutmosis III 1473 a. C.-1458 a. C.
Depósito de fundación (estaca ritual de fundación)
El templo de Hatshepsut en Deir el--Bahri contiene magníficos ejemplos de depósitos de fundación egipcios. El templo posee catorce fosas, alineadas y hechas de ladrillo, con un diámetro de un metro (3,2 pies) y una profundidad de, aproximadamente, 1,5-1,8 metros (5-6 pies). Cada fosa está situada en un punto clave de la planta del templo. Estos depósitos de fundación incluyen materiales empleados en la construcción del templo, así como ofrendas de alimentos. También contienen amuletos, moldes de instrumentos (de plomo, cobre o carbones vegetales), escarabajos, y vasijas de travertino
Además de en Egipto, también se han encontrado depósitos de fundación bajo las pirámides reales de Sudán. Los complicados rituales y los objetos depositados nos revelan las fascinantes religión y cultura de los antiguos egipcios. Además, los depósitos nos proporcionan una inestimable información acerca de su dieta, su agricultura, su industria, su comercio, y acerca de sus dinastías reales y su orden cronológico.
Autor: Bryan Hilliard
Traducción: Mariló T.A.
Articulo publicado en-https://www.ancient-origins.es/lugares-antiguos-%C3%A1frica/rituales-fundaci%C3%B3n-antiguo-egipto-elaborados-ritos-para-proteger-los-grandes-monumentos-002658
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