sábado, 27 de junio de 2015

Naqsh-e Rustam: las espectaculares tumbas de los poderosos reyes persas


Vista de las tumbas de Darío I, Jerjes y Artajerjes en Naqš-e Rustam (Irán).
Fuente: ancient-origins.net | Dhwty | 14 de junio de 2015 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Naqsh-e Rustam (Irán) es uno de los más espectaculares e impresionantes lugares antiguos delImperio Aqueménida, el cual contiene tumbas colosales de los reyes persas que datan del primer milenio a.C. Se erigió como un recuerdo imborrable de un otrora poderoso imperio que gobernó sobre una parte importante del mundo antiguo.
Naqsh-e Rustam (que significa trono de Rustam) se encuentra a unos 5 kilómetros al noroeste de Persépolis, la capital del antiguo Imperio Aqueménida (persa). Talladas en la fachada de una cordillera considerada sagrada en el período Elamita, son tumbas excavadas en la roca de los gobernantes aqueménidas y sus familias, las cuales datan de los siglos V y IV a.C., y  ostentan relieves ricamente decorados realizados por los sasánidas en el siglo III d.C. Además de ser una necrópolis real, Naqsh-e Rustam se convirtió en un importante centro ceremonial de los sasánidas hasta el siglo VII d.C.
Naqsh-e Rustam ya estaba en uso antes de la llegada de los aqueménidas, tal como se evidencia en un relieve pre-aqueménida (posiblemente Elamita) y en una serie de tumbas antiguas. Aunque este relieve ha sido tallado sobre otro sasánida, el retrato de un hombre con un sombrero que señala hacia adelante y con una larga prenda de vestir (ropa no típica de aqueménidas y sasánidas) todavía se puede discernir en el extremo derecho del relieve. Según algunas fuentes, fue esta figura la que los lugareños asociaron con el héroe mítico de Shâhnameh, descrito en "El libro de los reyes", llamado Rustam, y de ahí el nombre del lugar.
La mayoría de los relieves, sin embargo, datan de comienzos del período sasánida. En el siglo III d.C., los sasánidas, vasallos del Imperio Parto tuvieron éxito en derrocar a sus gobernantes y constituyeron un nuevo poder en el este. Con el fin de legitimar su gobierno, los sasánidas trataron de asociarse con el Imperio Aqueménida, y se consideraron a sí mismos como sus sucesores directos. Una de las cosas que hicieron para lograr este objetivo fue tallar relieves en Naqsh-e Rustam.
Otros dos nombres locales para Naqsh-e Rustam son 'Salib', una palabra árabe que significa 'cruz', y las 'Cruces Persas'. Esto se debe a que las fachadas de las tumbas se asemejan a cruces. Y tales tumbas, pertenecientes a los aqueménidas, fueron las que atrajeron a los sasánidas a Naqsh-e Rustam. Las mismas son cámaras funerarias excavadas en la roca montañosa y cada una contiene un sarcófago. No está claro, sin embargo, si los cuerpos fueron colocados directamente en estos sarcófagos o los huesos se enterraron en ellos después de haber sido expuestos en una "Torre del silencio". Por otra parte, se cree que todas ellas fueron saqueadas y profanadas tras la invasión de Alejandro Magno durante el siglo IV a.C.
Aunque hay cuatro tumbas, sólo una de ellas puede ser identificada con certeza, ya que está
acompañada de una inscripción trilingüe. Esta es la tumba de Darío I (arriba) el tercer gobernante
del Imperio Aqueménida. Por encima de la cruz de la fachada de la tumba de Darío hay un panel con un relieve. El relieve representa a Darío de pie sobre un pedestal de tres escalones mientras sus manos se elevan en un gesto de adoración delante de un altar. La piedad del rey le concede la protección divina, así como el disco alado de Ahuramazda (el dios de la fe de Zoroastro) aparece flotando por encima de su cabeza. El relieve también proclama el poder del Imperio Aqueménida, ya que toda la escena está apoyada por los portadores del trono que representan a las 28 naciones del imperio.
Las otras tres tumbas de Naqsh-e Rustam se cree que pertenecen a los sucesores de Darío,Jerjes I (izquierda), Artajerjes I y Darío II. Esto se basa en el hecho de que el diseño de estas dos últimas tumbas se copia de la de Darío. Sin ningún tipo de inscripciones o pruebas adicionales, la
identidad de los propietarios de las mismas pueden permanecer sólo como especulación. Otras
tumbas reales de formas similares se pueden encontrar en Persépolis. Aquí, las tumbas excavadas
en la roca, en Kuh-i Rahmat, se cree que pertenecen a gobernantes aqueménidas posteriores, y
demuestran la influencia ejercida por las tumbas de Naqsh-e Rustam.
La montaña de Kuh-e Rahmat, donde los Aqueménidas tallaron la roca para crear el monumento de Qadamgah, aún en pie en la actualidad. Fotografía de Pontocello, 2009. (Wikimedia Commons) 
Después de la caída del Imperio Aqueménida, no se hicieron nuevas tumbas en Naqsh-e Rustam.
Como se mencionó anteriormente, los sasánidas intentaron hacer una conexión con los aqueménidas tallando relieves en las paredes rocosas de Naqsh-e Rustam. Los temas de los relieves son muy variados, y fueron realizados  entre el siglo III y principios del siglo IV d.C. por diferentes gobernantes sasánidas. Uno de los relieves más famosos es el de la victoria de Shapur I sobre los emperadores romanos Gordiano IIIValeriano y Filipo el Árabe. Otros relieves incluyen la investidura de Ardashir I (el primer relieve en ser tallado en el lugar), y el relieve ecuestre de Hormizd II (el último en ser tallado).
Relieve sasánida en Naqsh-e Rustam en el que se describe el triunfo de Shapur I sobre el emperador Valeriano y Filipo el Árabe (Wikimedia Commons)



articulo publicado en--http://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/naqsh-e-rustam-las-espectaculares-tumbas-de-los-poderosos-reyes-p#.VY7pR_ntlBc

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