sábado, 2 de noviembre de 2013

¿Tenía Akenatón, faraón egipcio, ADN extraterrestre?

De todos o de casi todos es sabido ya que el antiguo Egipto está bajo sospecha de haber estado relacionado con la vida extraterrestre. Hay numerosas teorías que conectan al antiguo Egipto con seres de otro planeta debido a la avanzada tecnología y conocimientos arquitectónicos y científicos que poseían los egipcios, a la construcción de las pirámides, demasiado avanzadas para su tiempo, (lo de las pirámides tiene tela porque están hasta alienadas coincidiendo con ciertas combinaciones estelares y encima son espacios que acumulan energía, entre otras cosas), y debido también a muchas otras cosas en las que ahora no voy a entrar porque si lo hago no acabaré hasta mañana, y ahora, además, he descubierto que hay un faraón del que muchos estudiosos dicen que pudo haber sido un extraterrestre. El faraón en cuestión fue Akenatón ( o Ajenatón para los amigos), un faraón que reinó entre el 1353 y el 1336 antes de Cristo. Al parecer, este mandamás egipcio fue el décimo de su dinastía y reinó unos diecisiete años, aunque esto no está muy claro, porque tras su reinado desaparecieron muchas pruebas sobre su existencia ( chan, chan, chan, chan…). Aketanon, el emperador rebelde Akenatón, del que hay muchas menos evidencias y pruebas que de muchos otros mandamases egipcios, realizó unos cambios religiosos y políticos que llevaron a los egipcios a la locura más absoluta, pues éste, cansado de lo de siempre, decidió que los egipcios abandonaran el culto a los múltiples dioses que tenían y adoraran a un único dios, el dios Atón, del cual él y su esposa Nefertiti se erigieron representantes únicos en la tierra. El dios Atón, al contrario que el resto de los dioses, que eran humanos con cabezas de animales y cosas así, era un disco solar con unos rayos que acogían a todo lo que había a su alrededor (¿la representación de un OVNI?) que al parecer representaba al sol de la tarde, el cual se dedicaba a dar luz y calor a todo aquel que le rendía pleitesía. Akenatón estaba tan obsesionado con ese dios parecido a un UFO, que fundó una nueva capital llamada Ajetatón y mandó realizar numerosos patios y estructuras abiertas en las que el dios Atón, el disco solar, pudiera ser adorado. Akenatón, además de imponer una religión monoteísta alrededor de la figura de una bola de luz semejante a un OVNI y de erijirse como una divinidad en la tierra junto a su mujer quitándose de un plumazo a toda la casta clerical de su época, fue un faraón con un físico tan peculiar que asusta. Al contrario que el resto de faraones, que ordenaban a los artistas que les esculpieran y pintaran con las espaldas anchas y la cintura estrecha, ( no eran tontos, sabían lo que les favorecía), Akenatón ordenó que le representaran tal y como era, lo cual ha permitido especular ampliamente con su físico, rarito donde los haya. Akenatón tenía el vientre abultado y el cuerpo estrecho y fino, y las extremidades, largas y delgadas, completaban un cuerpo muy afeminado adornado por un rostro excesivamente afilado y andrógino que acababa en un cráneo tremendamente alargado. El cráneo de este faraón, encontrado cuando se abrió su tumba siglos después, era tan alargado que la teoría de que hubiera sido deformado en la infancia es muy poco probable. Algunos han apuntado a que dicho cráneo pudo ser el resultado de algo llamado el síndrome de Marfan, pero este síndrome implica esterilidad en quien lo padece, y el tal Akanetaón tuvo varios hijos, (entre ellos el famoso Tutankamón), lo cual hace que dicho síndrome tampoco sea probable. Además, hay que decir que su mujer Nefertiti y sus hijos también tenían el cráneo en forma de pepino, y eso ha dado pie a que se piense que pudo haber habido ADN alien pupulando por Egipto en aquella época y que a lo mejor existieron familias o linajes enteros con ese ADN. Por si todo esto fuera poco, además, el reinado de Akenatón desapareció de forma misteriosa, pues no se sabe si éste fue asesinado ( él y algunas de sus hijas murieron en extrañas circunstancias) o si huyó a algún sitio, ya que no hay nada que haya podido aclararlo, aunque sí se sabe que tras su muerte se destruyó la capital que había fundado, se abandonó al dios Atón y se destruyeron muchos monumentos, además de todos los papiros y documentos de su reinado. ¿Quizás los egipicios descubrieron que la familia real era un familia con ADN alienígena y decidieron acabar con todo lo que éstos habían hecho? No se sabe si esa es la respuesta a dicha pregunta, pero muchos estudiosos piensan que podría serlo. En fin, sea como sea, Egipto siempre seguirá siendo un gran misterio y una fuente inagotable de teorías, las cuales acaban llevando al final a la idea de que en la antigüedad pudo haber habido vida extraterrestre en la tierra. Seguiremos tras la pista… Fuente: http://vegamediapress.net/not/6340/_tenia_akenaton__faraon_egipcio__adn_extraterrestre__

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