sábado, 19 de enero de 2013

MARTE Y SU VERDADERA CARA

El planeta más parecido a la Tierra de nuestro sistema solar ha estado causando revuelo mediático últimamente debido a los reconocimientos oficiales de detección de agua en forma de hielo en su suelo y a la afirmación, también proveniente de los grupos que representan el “stablishmentde que Marte puede tener tres veces más posibilidades de albergar vida que la Tierra, y que, de existir, se encontraría preferentemente bajo la superficie, en lugares subterráneos y cavernosos, debido a la agresiva atmósfera externa del planeta.
Esta nueva visión, sumada a otra afirmación científica de la ideología dominante reconociendo que no siempre el planeta fue como es ahora y que en tiempos ancestrales pudo asemejarse a la Tierra, conllevan una aparente intención de cambios conceptuales, tal vez más profundos que los famosos “canales” de Marte, a la vez que se concilian consistentemente con cientos de mitos y especulaciones que en su momento fueron oficialmente deshechados arrogantemente a tiempo que se tildaba de delirantes a quienes los exponían. También reaviva controversias en torno a extrañas figuras y estructuras geométricas de improbable orígen natural captadas por cientos a través de numerosas sondas espaciales.
Las verdades van siendo entregadas en cuentagotas, pero una a una van destrozando anteriores negaciones a la vez que confirman numerosas sospechas.En un gradualismo tal vez premeditado, ya se ha reconocido recientemente, en una sola declaración, que es 3 veces más probable que exista vida en Marte que en la Tierra, que al menos esa vida sería a nivel bacteriano, que hay agua congelada en sus polos, y que existen vertientes de agua subterráneas, todas propiedades negadas enfáticamente en el pasado.Recordemos que las primeras sondas enviadas a explorar el suelo marciano transmitieron una gran cantidad de imágenes de posibles construcciones nó naturales y con similitudes en su supuesta arquitectura a las de la civilización egipcia y otras ruinas megalíticas terrestres.
En ellas se apreciaban formas sugerentemente piramidales, puentes y la primer y fabulosa Cara de Marte, imágenes que siempre estuvieron acompañadas de confusas y sospechosas intenciones en su difusión, en especial respecto a la enigmática zona llamada Cydonia varias de cuyas fotos no fueron dadas a conocer hasta 10 años después de obtenidas ( incluso en algunos casos estuvieron bajo sospecha de haber sido retocadas), lo cual automáticamente llevó a especular que otra cantidad indeterminada podrían haber sido directamente ocultada y censurada ( misma especulación que se hizo en torno a la escacísima cantidad de fotos que envió en su propia incursión la ESA ( European Space Agency ). Fue precisamente en este área donde la NASA focalizó todas sus siguientes misiones Pathfinder y Mars Global Surveyor, y de alguna manera justificó, con su interés casi exclusivo en este sector y su consecuente doble discurso, las sospechas de quienes alegaron manipulaciones.

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