lunes, 24 de diciembre de 2012
La historia de la Biblia
historia de la Biblia--Alan: Padre, una pregunta, ¿Cuando Jesús estaba en la montaña con los panes, cómo hizo para crear tantos panes de uno solo? ¿Tenía poderes?
Padre: (suspiro de decepción) Alan, dime, ¿Tú tienes fe?
Alan: Mmmmmm si, pero ¿cómo hizo Jesús para multiplicar los panes? no entiendo.
Padre: Alan, sin fe no podemos leer la Biblia. Es la palabra de Dios y no debemos dudar de ella. Tienes que tener fe.
Alan: Pero mi papá que sabe un montón dice que los panes no aparecen por arte de magia, por eso quiero saber.
Padre: Es una metáfora hijo, Jesús con su amor hizo que todos los presentes pudieran compartir los panes que tenían y así todos pudieron alimentarse de pan y de la palabra de Dios.
Alan: Ahhh, ¿entonces no pasó nada? pero ¿por qué escribieron que multiplicó los panes si solo los compartieron?
Padre: Es que los multiplicó pero de manera espiritual, ya te he dicho, hay que tener fe, si no tienes fe no puedes leer la Biblia, pues es lo que Dios nos dejó para conocerlo y no hay que dudar de su palabra.
Alan: Yo no sabía que el había dejado la Biblia, ¿a quién se la dejó? y ¿a él quién se la dio?
Aquel día, como tantas otras veces, fui expulsado de la clase de religión. Este dialogo, basado en las múltiples interrogantes que planteaba la Biblia en mi joven espíritu, lo he sostenido cientos de veces durante mi infancia y adolescencia. La respuesta fue invariablemente la misma: “es una cuestión de fe”.
Si algún sacerdote me hubiera dicho que “la Biblia es una colección de historias sobre Dios y sobre Jesús escritas por gente que o los conoció o escuchó hablar de ellos, y aunque ha sido manipulada, cambiada y mutilada y no es perfecta, es el documento más importante de nuestra religión”. Si hubiese escuchado esto, no habría hecho tantas preguntas y probablemente hasta me hubieran nombrado acólito. Pero si me dicen que es la “Palabra de Dios”, que Dios nos dejó para conocerlo, pues tengo el derecho de tratar de entender.
La Biblia que tenemos en nuestras casas, no apareció misteriosamente en la superficie de la tierra días después de la resurrección de Jesús, menos aún fue encontrada en el sepulcro de Jesús como un mensaje a la humanidad, y por supuesto no se materializó en las manos del apóstol Pablo cuando se desmayó en el camino a Damasco. La historia de la Biblia que conocemos ahora, está llena de manipulaciones y censuras. La Biblia no es la “Palabra de Dios” pues Dios no la escribió, ni la dictó y menos aún se la dejó a nadie.
La palabra “Biblia” viene del griego “biblion” que significa libro y este del griego ”biblios” que significa papiro. La Biblia, fue hasta antes de la aparición de la imprenta, una simple colección de papiros.
En esta sección de Los Divulgadores concentraremos nuestros esfuerzos en la historia de la Biblia, especificamente en el Nuevo Testamento pues esos relatos constituyen la base de la fe cristiana y son casi el único testimonio de la vida de Jesús. En ese entonces, no existía la fotografía, menos aún el internet o la televisión, así que la única manera de acercarse a la vida y al pensamiento de Jesús era la tradición oral, y posteriormente la lectura de los primeros manuscritos que recogieron esta tradición. Esos primeros manuscritos conforman el Nuevo Testamento considerado por la Iglesia Católica como la primera y única compilación oficial de escritos sobre la vida de Jesús. Todos fueron hechos por gente de carne y hueso, algunos más inspirados que otros.
Hoy en día, no poseemos los originales de ninguno de esos libros. Lo que si tenemos son miles de copias hechas a mano por escribas, en muchos casos cientos de años después. Muchas de esas copias están en griego, lengua en la que fueron escritos todos los libros del Nuevo Testamento. Algunos son fragmentos de papiros y otros son códices, es decir colecciones de papiros ensamblados como un libro moderno.
Todos contienen errores, pequeños deslices del escriba que los copio o cambios intencionales hechos por los escribas para que el texto diga lo que ellos querían que diga. Según estudiosos de la Biblia (Erhman, Eisenman, y Metzger entre otros), hay mas diferencias entre estos manuscritos que palabras en el Nuevo Testamento. Algunos errores son simples problemas ortográficos pero otros afectan el significado de una palabra, de un versículo e inclusive de todo un libro.
Si la historia de la Biblia nos mostrara que lo que está en sus paginas es, realmente, la palabra de Dios, ¿no sería lógico pensar que todos tendríamos una sola versión de su palabra?
¿Fue Jesús carpintero o artesano? ¿Fue de Nazareth o fue un “Nazareno”? ¿En qué evangelio se menciona a la Santísima Trinidad? ¿Por qué el Evangelio de Lucas es el único que dice que Jesús pasó su infancia en Egipto? ¿Por qué el Evangelio de Marcos terminaba originalmente sin el relato de la resurrección? ¿Por qué se escogieron como “oficiales” unos evangelios y no otros como el de Tomas o el de Pedro? ¿Sabía usted que probablemente ninguno de los apóstoles escribió los evangelios del Nuevo Testamento? ¿Qué otros relatos sobre la vida de Jesús fueron excluidos de la Biblia?
El Nuevo Testamento es utilizado por la Iglesia como una fuente histórica para probar la existencia de Jesús, si estos relatos no son históricos, pues Jesús no existió y la Iglesia Católica tampoco debería existir. Sin embargo, cuando se presentan contradicciones,la Iglesia cierra los ojos al valor histórico del Nuevo Testamento y reduce todo a un asunto de fe.
Otra precisión importante es que, al igual que la Iglesia Católica, el Nuevo Testamento también ha sufrido muchos cambios en el curso de la historia desde que el Papa Dámaso I le encargó a San Jerónimo en el año 382 que utilizara los manuscritos griegos más antiguos de la época para producir una versión en latín de la compilación de libros que hoy conocemos como la Biblia.LOS DIVULGADORES
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