martes, 25 de diciembre de 2012
El enigma de Marcahuasi
Por la insólita posición de las figuras de Marcahuasi, todo el conjunto podría haber sido un preciso reloj astronómico como sucede con las líneas de Nazca, cierto o no, cada año llegan miles de personas atraídas por la energía que transmiten estas piedras .
El documentalista Carlos Velarde, señaló para TV Perú que “hay vibraciones que se sienten, hay un magnetismo de la meseta, como si hubiese un reactor nuclear debajo por la vibración que se siente en la noche, sobre todo cuando se acerca a las piedras”.
Esta meseta es producto de una erupción volcánica, por lo tanto la radiación y el magnetismo están presentes. “Los productos volcánicos vienen cargados de magnetismo y con contenido de radiactivos. El magnetismo de cierta forma como el ser humano está constituido por fierro, entonces si hay bastante magnetismo influye”, indicó el geólogoNatalio de la Cruz.
Es por ello que mucha gente sube hasta los 4 mil metros de Marcahuasi tan puntualmente como los fieles a los santuarios religiosos, pues ellos van a revitalizar sus cuerpos.
Por otro lado, las leyendas cuentan que los dioses andinos: Sostacuri y Huallallo tuvieron una terrible pelea y el resultado es lo que hoy se puede ver en la meseta.
En el tema extraterrestre hay muchos apasionados de Marcahuasi que afirman fue escenario de una gran batalla cósmica y que la respuesta de todos sus misterios viene de otra galaxia. En las noches no es raro que venga gente interesada en los encuentros con seres de otros mundos ya que dicen que Marcahuasi es un lugar perfecto para avistamiento de ovnis a pesar el escepticismo de la gente.
Un gran reservorio de agua había en ese lugar y hasta hace poco siete lagunas que irrigaban las chacras que circundan San Pedro, hoy sólo quedan dos: Huacracocha y La Laguna Negra, el resto se secó. Para los que nunca ha ido a Marcahuasi, el agua de la laguna no se puede tomar porque son aguas estancadas, pero al menos sirve para refrescarse.
Quizás la zona que más atrae a los visitantes son los precipicios que miran hacia el oeste, ahí está el valle de las focas o morsas y lobos de mar gigantescos. Uno hace trabajar su imaginación en ese lugar, se puede observar la imagen de Santa Rosa de Lima y muy cerca una piedra blanca y negra nos muestra una virgen, un gigante tocando un instrumento musical. El punto más alto de la meseta se llama Santa María a 4,030 metros sobre el nivel mar, un lugar sin duda sagrado para los antiguos habitantes, los mismos que cuentan que un día se convirtieron en piedra.
Una cueva atraviesa la montaña hasta llegar a un precipicio con una vista espectacular de todo el valle. Muy cerca está la fortaleza, un sitio clave en Marcahuasi, una solitaria montaña en cuya cumbre se construyó una ciudadela de piedra que hoy luce desbaratada, se desconoce si fue un castillo, un templo o un panteón, pero quienes lo hicieron sabían que siglos después todos quedarían sorprendidos al visitarla.
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