Foto: Un 'lammasu", figura alada protectora de más 2.700 años de antigüedad, hallada en Jorsabad, Irak - Foto AFP - Universidad París I Sorbona
Una excavación arqueológica en el norte de Irak ha sacado a la luz una escultura de más 2.700 años de antigüedad, un lammasu, una deidad asiria alada, en la sexta puerta de la parte occidental de la ciudad arqueológica de Jorsabad (Dur Sharrukin, "la fortaleza de Sargón"), la cual fue descubierta en 1992 con el cuerpo intacto, si bien la cabeza fue robada posteriormente por saqueadores para, finalmente, ser encontrada hecha trizas y reconstruida por el Museo Nacional de Irak.
“Nunca en mi vida había desenterrado algo tan grande”, relató Pascal Butterlin el arqueólogo francés que dirige una misión de expertos europeos e iraquíes.
La estatua tiene unas dimensiones impresionantes, mide 3,8 por 3,9 metros, pesa 18 toneladas y está hecha de alabastro de yeso. Como se ha dicho representa a una deidad conocida como lammasu que tiene cabeza humana, cuerpo de toro y alas.
Butterlin explicó que "habitualmente solamente en Egipto o en Camboya se encuentran piezas de este tamaño. La atención por el detalle es increíble”, destacó este profesor de arqueología de la Antigüedad de Oriente Medio de la Universidad París I Sorbona.
La escultura fue erigida durante el reinado del rey asirio Sargón II --que gobernó entre los años 722 y 705 a.C.-- para proteger la ciudad antigua de Jorsabad, la cual se halla situada a unos 15 kilómetros de de donde está Mosul, en el norte de Irak, indicó Butterlin.
"En la mitología asiria era uno de los monstruos que fue dominado y domesticado y se colocaba a la entrada de las ciudades para protegerla", indica el experto.
Además de benéficos y protectores para los que los poseyesen, estos toros androcéfalos alados infundían temor y respeto a los espíritus maléficos y a los enemigos. Existía una leyenda según la cual mataban a los que se aproximaban, excepto a los hombres puramente buenos.
En el arte, los lammasu eran representados como híbridos, toros o leones alados con la cabeza de un hombre. Estos grandes híbridos mesopotámicos pueden verse hoy día conservados en museos como el Museo Británico en Londres, Museo del Louvre, en París, Museo Nacional de Irak, en Bagdad, Museo Metropolitano de Arte, en Nueva York, Museo de Pérgamo, en Berlín, y el Instituto Oriental de Chicago.
Al mirarlos de frente, parecen estar quietos y de lado dan la sensación de que caminan. Si se miran oblicuamente, aparecen representados como si tuviesen cinco patas. Además, son muy altos y ello era a propósito, de modo que parecieran poderosos.
En consecuencia, el lammassu se ha utilizado también como un símbolo del poder real. El motivo de un animal alado con cabeza humana es común en Oriente Próximo. Apareció por primera vez en Ebla, alrededor del 3.000 a. C. El primer motivo de un lammasu apareció en Asiria durante el reinado de Tiglatpileser I.
Fuentes: infobae.com | newsweekespanol.com
Publicado por Guillermo Caso de los Cobos
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