La UNESCO declara a la Menorca Talayótica Patrimonio Mundial de la Humanidad: así son estos yacimientos prehistóricos (EFE/David Arquimbau).
España acaba de alcanzar un nuevo Patrimonio Mundial, llegando así los 50 bienes declarados. Se trata de los monumentos prehistóricos talayóticos de Menorca y su paisaje que conforman un conjunto arqueológico que posee “una autenticidad y un valor excepcional” y que ha sido “testigo único de una civilización pasada, presente en la isla y en su paisaje desde hace 4.000 años”, según la agencia de la ONU.
El comité de la Unesco ha inscrito la candidatura en el listado oficial de Patrimonio Mundial durante la celebración de su asamblea anual que este año tiene lugar en Riad, capital de Arabia Saudí. Al declararse sin debate por parte de los 21 miembros que forman el comité, su filiación se ha realizado rápidamente.
José Manuel Rodríguez Uribes, embajador de España ante la Unesco, afirmó que "esta inscripción es un honor" y expresó "la enorme felicidad de que esta maravillosa isla española, que es reserva de la biosfera, sea patrimonio de la humanidad desde hoy". Por su parte, Marga Prohens, presidenta del Gobierno balear, dijo que "es un día histórico” y que se encargará de “gestionar el patrimonio, a explicarlo, a protegerlo para que llegue a las nuevas generaciones”.
Foto: Puerta de entrada al poblado.
Un 5% de la superficie de la isla
Esta es la segunda vez que se presentaba esta candidatura a la Unesco. En 2017 fue rechazada cuando el Icomos, el organismo consultivo de la Convención de Patrimonio Mundial de la Unesco sobre bienes culturales, informó negativamente sobre ella. En aquella ocasión, y además de los 32 yacimientos con monumentos líticos planteados, recomendó que se hiciera referencia al paisaje, a los estudios sobre la cerámica y a los objetos de metal propios de la cultura talayótica menorquina y que se acotara el marco cronológico.
La candidatura actual consta de 25 yacimientos arqueológicos representativos de la Cultura Talayótica de Menorca (1600 a.C.-123 a.C.) y los que mejor ilustran la Prehistoria y Protohistoria de la isla. De hecho, esta cultura erigió numerosas construcciones ciclópeas en casi cualquier punto de esta isla mediterránea. En esta ocasión, Icomos solo ha recomendado cambiar el nombre al yacimiento.
El proyecto comprende 9 áreas territoriales (el 5% de la superficie de la isla) e integra un total de 280 yacimientos arqueológicos y los restos prehistóricos más significativos de esta cultura. Entre la variedad de construcciones se encuentran hipogeos, talayots, taulas, recintos de taula, navetas y casas circulares e hipóstilas.
Fuente: elconfidencial.com | 18 de septiembre de 2023
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Los misterios de la cultura talayótica, la sociedad prehistórica de Menorca atrapada entre cielo y mar
Menorca cayó en las redes de la expansionista República romana hacia 123 a.C. La justificación oficial de la intervención militar sobre las Islas Baleares que ofrecieron las fuentes clásicas fue la presencia de piratas, que utilizaban el archipiélago como base para atacar a las embarcaciones. Aunque seguramente influyeron otros motivos —estrategia comercial, punto de control en el Mediterráneo o el interés por los honderos baleáricos, hábiles luchadores como mercenarios al servicio de los ejércitos cartagineses desde al menos el siglo V a.C.—, la conquista liderada por el cónsul Quinto Cecilio Metelo acabó con más de mil años de cultura talayótica, una civilización prehistórica insular excepcional y única.
A finales del II milenio a.C., coincidiendo con la transición de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro, las comunidades humanas que habitaban Menorca experimentaron una serie de cambios profundos. La isla había sido habitada por primera vez en el III milenio a.C. por grupos basados en la agricultura itinerante o el pasto de los rebaños y que construyeron dólmenes o sepulcros megalíticos por todo el territorio. En los siglos siguientes empezaron a desarrollarse los primeros asentamientos estables a través de una serie de estructuras en forma de herradura alargada, las llamadas navetas de habitación o naviformes, que formaban pequeñas agrupaciones de cabañas.
Fueron estas el primer ejemplo de construcciones ciclópeas —realizadas con grandes bloques de piedra, generalmente formando hileras horizontales y sin argamasa, que aparecen en origen hacia 2500 a.C.—, características de un paisaje en el que también sobresalen los talayots, las monumentales casas circulares y los misteriosos recintos de taula. Porque Menorca reúne una extraordinaria diversidad y densidad de yacimientos prehistóricos, la mayor registrada en una isla a nivel mundial: más de 1.500 inventariados hasta hoy. Nueve de estas áreas acaban de ser incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Son Catlar, el poblado talayótico más grande. Menorca Talayótica.
Hacia el año 1100 a.C., los poblados menorquines adquirieron mayores dimensiones —se ubicaron en lugares elevados y alejados de la costa— y empezaron a articularse en torno a construcciones monumentales de carácter público en forma de torre: los talayots, la estructura más representativa del periodo inicial de la cultura talayótica. Se trata de una gran torre troncocónica construida con piedras del entorno, de tipos y formas variadas, y más grandes que los de la isla vecina de Mallorca.
¿Cuál era su función? Los investigadores esgrimen diversas teorías, pero siguen siendo un misterio: centros comunitarios de distribución de productos alimenticios en un contexto social de carácter igualitario; elementos de prestigio y poder de las clases dominantes en una sociedad fuertemente estratificada o en proceso de jerarquización; edificios de carácter militar y de control del territorio; o, en una vertiente más simbólica, elementos de cohesión social, ya que su construcción requiere de un esfuerzo comunitario y de una organización del trabajo.
Uno de los mejor estudiados es el del poblado de Sant Agustí, conocido también como Ses Bigues de Mata, en el que destaca su gran cámara circular interior que presenta una cubierta de losas planas sustentadas sobre dos columnas polilíticas, así como la excepcional presencia de vigas de madera de acebuche.
Talayot de San Agustí. Menorca Talayótica.
Rituales y viviendas
Otro de los principales enigmas de la prehistoria menorquina es dónde vivían los grupos de agricultores y ganaderos que construyeron los talayots. Sí se conoce mejor el mundo de los muertos: inhumaban a los suyos en barrancos, depresiones, acantilados y calas alejadas de los asentamientos. Y fueron abandonando las navetas de enterramiento —la más representativa es la des Tudons— para usar hipogeos, donde además de los restos humanos depositaban armas y ornamentos suntuoso como ajuar, o cuevas naturales.
Estos últimos espacios, como la Cova des Pas, cerca de la localidad actual de Ferreries, al suroeste de la isla, eran tumbas colectivas en las que se practicaron rituales solo documentados en Menorca: de la disposición de los cuerpos en posición fetal, atados y envueltos en una piel de animal, a ceremonias específicas realizadas con el pelo de los difuntos, que se teñía de rojo, se cortaban algunos mechones y se metían dentro unos contenedores cilíndricos de cuero o madera. En el mencionado yacimiento, los fallecidos estaban envueltos con sudarios de piel de animal y fueron trasladados en parihuelas, una especie de camilla de madera compuesta de dos varas gruesas y unas tablas atravesadas.
En torno a mediados del I milenio a.C., la sociedad talayótica volvió a registrar cambios importantes: al aumento de la jerarquización se sumó la influencia de las potencias coloniales —fenicios, púnicos, romanos— Los talayots, convertidos en elementos simbólicos del pasado e hitos en el territorio, dejaron paso a un tipo de edificio inexistente hasta entonces, el recinto de taula, una especie de santuario para celebrar rituales y festividades en las que no faltaba el consumo de vino y la carne. Lo más representativo de estos sitios es un pilar vertical situado en el centro del recinto sobre el que se apoya otra piedra colocada en posición horizontal, como una gran T. En el yacimiento de Torralba d'en Salort se encuentra el mejor conservado y espectacular de la isla.
Este período se caracterizó también por la introducción de la metalurgia del hierro y, sobre todo, por la construcción de murallas en las inmediaciones de ciertos poblados, como en Son Catlar, el más extenso de Menorca y donde también se identifican las monumentales casas circulares, otra de las construcciones ciclópeas de esta cultura. Erigidas con muros de piedra de doble paramento, con una única puerta de acceso, patio central a cielo abierto y diferentes espacios domésticos a su alrededor con cubierta de materiales perecederos, reunían los elementos necesarios para el desarrollo de la actividad cotidiana de una unidad familiar.
Recinto en taula de Torralba d'en Salort. Menorca Talayótica.
Pero una serie de estudios recientes han arrojado luz sobre las taulas de una manera completamente nueva. Algunos investigadores sugieren que estas estructuras podrían ser representaciones simbólicas de puertas, conectando el mundo terrenal con el divino. Otro trabajo centrado en la construcción de So Na Caçana ha desvelado un fenómeno arqueoastronómico que involucraría la entrada de rayos de sol en un lugar específico del recinto durante el solsticio de invierno. Este hecho apuntaría a una conexión profunda con la divinidad solar en la mente de los antiguos menorquines, es decir, sería uno de los principales dioses de su patenón. La cultura talayótica, una sociedad atrapada entre el cielo y el mar.
Fuente: elespanol.com | 19 de septiembre de 2023
Publicado por Guillermo Caso de los Cobos
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