El 25 de octubre del año 2016, el Vaticano hizo público un documento que había permanecido en sus archivos secretos durante setecientos años. Se trata del informe de la investigación oficial de la Iglesia sobre las actividades de los Caballeros Templarios a principios del siglo XIV. En octubre del año 1306, estos caballeros cruzados fueron hallados culpables de idolatría, basfemia y herejía, y su orden fue disuelta. Algunos de ellos fueron quemados en la hoguera, otros encarcelados, y en su mayoría fueron despojados de sus posesiones. Sorprendentemente, este extraordinario documento revela cómo la investigación del Vaticano no descubrió evidencia alguna de un comportamiento indebido por parte de la orden. Fue el propio papa, Clemente V, quien intervino directamente y declaró herejes a los templarios. El informe parece demostrar que el pontífice perseguía sus riquezas, entre las que se rumoreaba que había tesoros de valor incalculable descubiertos en el templo de Jerusalén tras haberse perdido su pista al ser saqueada la ciudad en épocas antiguas.
Pero a pesar del arresto y la tortura de los líderes templarios, y a la incautación en masa de sus tierras, no se encontró ni rastro de este legendario tesoro. La mayoría de los historiadores dudan de la existencia del tesoro templario. Sin embargo, mi investigación sugiere que una de las antiguas reliquias que se supuestamente habrían poseído podría encontrarse oculta en el interior de Gran Bretaña.
Reliquias sagradas
En el corazón de Inglaterra, cerca de Stratford-upon-Avon, famoso por ser el lugar de nacimiento de William Shakespeare, se encuentra la pequeña localidad de Temple Herdewyke, llamada así por los templarios que la ocuparon en el pasado. Tras la Tercera Cruzada, a finales del siglo XII, estos templarios regresaron a Tierra Santa para construir una iglesia en la que custodiar ciertas reliquias sagradas que decían haber encontrado. Muchos cruzados volvieron a casa con objetos supuestamente vinculados al cristianismo y al judaísmo primitivos, así como a personajes y hechos bíblicos, aunque de los caballeros templarios de Temple Herdewyke se dice que descubrieron el tesoro más famoso de la Biblia: el Arca de la Alianza. Al menos eso es lo que cuenta una antigua leyenda.
Caballeros templarios (Public Domain) y tesoros diversos. (CC BY SA 2.0)
Sin duda afirmaban haber encontrado lo que parecía que se habrían considerado reliquias sagradas en la época. Los registros de posesión de tierras y propiedades de entonces revelan que en 1192 la iglesia albergaba ciertos objets sacrés – “objetos sagrados” – que los templarios habrían adquirido en Tierra Santa, entre ellos un gran cofre recubierto de oro. Precisamente de este cofre se decía que era el Arca de la Alianza.
Según el Antiguo Testamento, el Arca de la Alianza era una gran caja recubierta de oro construida para albergar las Tablas de la Ley en las que se encontraban grabados los Diez Mandamientos, perdida cuando los babilonios saquearon Jerusalén en el 587 a. C.
Mensajes secretos
Aunque los templarios fueron apresados en 1306, algunos consiguieron escapar y evitaron ser capturados. Seiscientos años más tarde, un historiador británico sugería que lograron sobrevivir en secreto en Temple Herdewyke hasta 1350, donde acabarían siendo exterminados por la Peste Negra.
La iglesia templaria de Temple Herdewyke, convertida ahora en vivienda, con la Almenara del Fénix (‘Phoenix Beacon’) al fondo sobre la colina. (Fotografía © Graham Phillips)
Jacob Cove-Jones, quien vivía en la zona, no solo creía que los templarios poseyeron el Arca de la Alianza, también aseguraba haber descubierto su escondrijo secreto. Al haber discutido con otros estudiosos que se habían burlado de su trabajo, Cove-Jones se negó a revelar sus hallazgos.
Jacob Cove-Jones (Public Domain)
Cove-Jones tenía intención de llevar a cabo excavaciones por su cuenta, pero por desgracia nunca llegó a hacerlo. En 1906 contrajo la tuberculosis y decidió llevarse su secreto a la tumba. ¡Pero no del todo! Conocedor de que le quedaba poco tiempo de vida, el excéntrico historiador dejó tras de sí un sorprendente epitafio. Diseñó una vidriera de colores que encargó que fuera realizada e instalada en una nueva iglesia que estaba siendo construida cerca de su casa, en la localidad de Langley. Sorprendentemente, en su lecho de muerte anunció que la vidriera incluía una serie de pistas que llevaban al lugar en el que se encontraba oculta el Arca de la Alianza.
La mayoría de la gente no le creyó, considerándolo una locura, mientras que otros intentaron descifrar el mensaje oculto, dándose finalmente por vencidos al no conseguirlo. Personalmente, aún no estoy convencido de que este experto de la época victoriana supiera verdaderamente dónde se encontraba oculta el Arca de la Alianza, ni siquiera de si los templarios la descubrieron realmente. No obstante, Jacob Cove-Jones sin duda parecía creerlo, y afrontó serias dificultades para hacernos llegar su críptico mensaje. Era probable, en mi opinión, que la vidriera realmente albergara pistas que llevaran a alguna parte; si se trataba en realidad del Arca de la Alianza es algo que está por ver. Ciertamente valía la pena investigar este misterio de principios del siglo XX.
Un mapa del tesoro en la Vidriera de la Epifanía
Acabada en 1906, año de la muerte de Cove-Jones, la iglesia de Langley es una de las más pequeñas de toda Inglaterra, y la vidriera en cuestión se encuentra en uno de sus muros laterales. Denominada la Vidriera de la Epifanía, en ella aparecen representados los tres Reyes Magos adorando al Niño Jesús en la Epifanía, la duodécima noche de las Navidades, del 5 al 6 de enero. El Evangelio de Mateo narra cómo los tres magos de Oriente siguieron a una estrella milagrosa que les llevó hasta Belén, donde Cristo había nacido. Según la tradición cristiana, los Reyes Magos finalmente encontraron a Jesús al cantar sorprendentemente un gallo a medianoche en lo alto de la estructura en la que dormía el niño. La escena de la vidriera nos muestra a los Reyes Magos ofreciendo sus regalos de oro, incienso y mirra, y adorando al niño que la Virgen María sostiene en sus brazos, mientras sobre ellos canta el gallo y luce la estrella maravillosa.
Vidriera de la Epifanía. (Fotografía © Graham Phillips)
Extrañamente, en la vidriera de colores no aparece el Arca de la Alianza. ¿Por qué la Natividad?, me preguntaba. Según la leyenda, los Reyes Magos habrían encontrado al Niño Jesús siguiendo a una estrella. ¿Podría ser la estrella la pista principal de Jacob Cove-Jones? ¿Le estaba diciendo a los eventuales buscadores que siguieran a una estrella?
El Arca de la Alianza está de hecho vinculada a las estrellas: a dos de ellas, para ser más precisos. La Biblia describe cómo el Arca tenía las figuras de dos ángeles sobre su tapa. Supuestamente se trataba de los arcángeles Miguel y Gabriel, que según la tradición hebrea se correspondían en el cielo con Benetnash y Mizar, las estrellas de la cola de la constelación que llamamos actualmente Osa Mayor o ‘El Carro’
La vidriera coloreada parecía de hecho mostrar dos estrellas, la una superpuesta sobre la otra, y justo a la derecha de ellas se encuentran las letras B y M, las dos iniciales de estas estrellas. Si estos cuerpos celestes debían de algún modo indicar la ubicación del Arca perdida, necesitaba saber cuándo y desde dónde debía observarlas.
Detalle de la Vidriera de la Epifanía en el que se observan la estrella doble, el gallo, el fénix y las letras ‘B’ y ‘M’. Un ‘arca’ (arco) de ladrillo rojizo aparece justo debajo de la estrella. (Fotografía © Graham Phillips)
¿El fénix señala el camino?
Llegué a la conclusión de que ese día en concreto quedaba revelado por el acontecimiento representado en la vidriera: la Epifanía, en la duodécima noche de las Navidades. Y el momento preciso estaba señalado por el gallo junto a la estrella. Cuenta la tradición que cantó a medianoche. La localización, al parecer, estaba indicada por dos oportunas imágenes de la propia escena. Entre las letras ‘B’ y ‘M’ se observa un pájaro de fuego, el ave fénix renaciendo de las llamas, y sobre la colina, dominando Temple Herdewyke, se alza una singular torre redonda denominada Phoenix Beacon (‘la Almenara del Fénix’).
Imagen central de la Vidriera de la Epifanía y la Almenara del Fénix, a la que parece representar. (Fotografía © Graham Phillips)
De hecho, la imagen central de la vidriera coloreada presenta una semejanza impresionante con la torre, con sus distintivos tejado cónico y muros con almenas. Aparece representada como una urna en manos de una de las figuras, y sobre ella hay una nueva imagen del fénix, con las palabras latinas Venite adoremus (‘Venid, adoremos’). Estaba seguro de que la intención de Cove-Jones era que los eventuales buscadores observaran aquellas dos estrellas a las 12 de la medianoche de la Noche de Reyes, desde la posición de la torre. Exactamente a esa hora, las dos estrellas se encuentran a baja altura en el cielo nocturno, y al observarlas desde la Almenara del Fénix apuntan casi directamente hacia el suelo, en dirección al pie de una colina en el horizonte, concretamente a una pequeña población llamada Chapel Green.
La Almenara del Fénix y la posición de las estrellas de la Osa Mayor en la medianoche del 5 de enero. Las dos últimas estrellas de la ‘cola’ de la constelación, Benetnash y Mizar, señalan hacia abajo, a una pequeña población llamada Chapel Green. (Fotografía © Graham Phillips)
La investigación
Chapel Green se llama así por una iglesia medieval que se alzaba en el pueblo en el pasado, aunque todo lo que queda de ella en la actualidad es una fuente victoriana para beber junto a la carretera. De la época de Cove-Jones, se observa en esta fuente una pequeña estructura rectangular de ladrillo rojizo en la que se abre un nicho con un arco. Es muy parecida al arco del castillo o fortaleza de ladrillo rojo que podemos ver en la vidriera, justo por debajo de la estrella doble.
La fuente para beber de Chapel Green. (Fotografía © Graham Phillips)
Convencido de que éste es exactamente el lugar al que conducen las pistas de la Vidriera de la Epifanía, organicé una exploración geofísica de la zona, pero aunque descubrimos restos de la iglesia original, no parecía haber allí nada de oro o que recordara al Arca de la Alianza. Desgraciadamente, en 1949 se ensanchó la carretera, y las ruinas de la centenaria iglesia quedaron completamente destruidas. Quizás los obreros que trabajaron en esta ampliación encontraron lo que quiera que estuviera enterrado allá. Si se trataba del Arca de la Alianza, lo mantuvieron en secreto.
En la actualidad estoy intentando averiguar quiénes fueron los obreros que trabajaron en las obras de 1949 para intentar contactar con sus parientes. Quizás – solo quizás – alguien en el interior de Inglaterra conoce aún el paradero del Arca de la Alianza. El misterioso y mítico cofre descrito por Indiana Jones como “una radio para hablar con Dios.”
Autor Graham Phillips
https://www.ancient-origins.es/fenomenos-inexplicables/templarios-arca-alianza-0215477
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