Foto: Una vista elevada de la tumba de Tuntankamón muestra dos paredes que pueden contener puertas que conducen a otras habitaciones ocultas. FOTOGRAFÍA DE KENNETH GARRETT, NATIONAL GEOGRAPHIC CREATIVE.
Nicholas Reeves, el arqueólogo que lleva años defendiendo la rebatida teoría de que la tumba de Tutankamón esconde otra estructura en la que se habría enterrado a Nefertiti, vuelve a la carga. En una ampliación de su obra de referencia, Tutankamón completo, que verá la luz a finales de octubre, el egiptólogo y antiguo conservador del Departamento de Antigüedades Egipcias del Museo Británico incluye nuevas pruebas que supuestamente respaldan su hipótesis de que el enterramiento del faraón niño es simplemente la sección exterior de una tumba mucho más grande "preparada y aún ocupada por su madrastra", la esposa de Akenatón.
La presencia de cámaras funerarias más allá de las estructuras que descubrió Howard Carter hace un siglo es un tema que ha generado enorme polémica en los últimos años. En 2015, Reeves publicó en una revista científica un estudio explicando que en la pared norte de la cámara funeraria, debajo de las pinturas con escenas rituales sobre el viaje al más allá de Tutankamón, había dos líneas paralelas verticales que quizá indicasen la presencia de una puerta. En las conclusiones sugirió que la tumba del faraón niño estaba originalmente destinada a Nefertiti, cuya tumba nunca ha sido descubierta, y que su enterramiento se encontraba al otro lado del mencionado muro.
Ese mismo año, un equipo japonés analizó con georradar el enterramiento, situado en el Valle de los Reyes. Según sus resultados, detrás de la pared norte no solo había un espacio en la roca, sino que se detectó metal y material orgánico. Desde entonces, otras investigaciones han radiografiado la tumba. Los equipos de National Geographic y la Universidad de Turín, que realizó tres escaneados independientes, no encontraron nada. El Consejo Supremo de Antigüedades egipcio se agarró a estos resultados para descartar definitivamente la teoría de Reeves. Otro análisis en 2020, del que se informó en un artículo en Nature, pero sus conclusiones nunca fueron publicadas, hablaba de "un espacio desconocido". Sin embargo, ha sido rechazado por razones técnicas.
En resumen, según los estudios efectuados con la última tecnología de radiografía en la tumba, el balance es de 5 a 1 a favor de la opinión de que no hay más estancias ocultas. Pero Reeves se ha mantenido firme en su creencia basándose en los análisis de las pinturas de la cámara funeraria de Tutankamón. En 2019 ya publicó un estudio en el que apuntaba, apoyándose en cuestiones estilísticas, que el muro norte había sido repintado. El investigador sugería que la tumba estaba en un principio predestinada para Nefertiti, pero los planes cambiaron con la muerte prematura e inesperada del faraón niño a sus 19 años, hacia el año 1324 a.C. También las técnicas pictóricas de los otros tres muros son distintas. La respuesta de Reeves es que fueron realizadas en periodos diferentes.
No obstante, la clave del asunto se encuentra en las tres escenas que representan el viaje hacia el más allá de Tutankamón, en las que aparecen el propio faraón, su sucesor, Ay, y el dios Osiris. "Ahora puedo demostrar que bajo los cartuchos [el símbolo oval en el que se inscribían los nombres reales] de del nombre de Ay están los cartuchos de Tutankamón, lo que prueba que la escena originalmente representaba a Tutankamón enterrando a su predecesora, Nefertiti. De otra forma no habría existido esa decoración en la tumba", ha explicado el egiptólogo británico a The Guardian.
Foto: Dentro de la tumba de Tutankamón, el ministro de Antigüedades egipcias, Mamdouh Eldamaty, y arqueólogo Nicholas Reeves, examinan en el año 2015 una sección de la pared en busca de signos sutiles de una puerta oculta. FOTOGRAFÍA DE BRANDO QUILICI, NATIONAL GEOGRAPHIC CHANNELS.
"Esta conclusión —ha añadido— se confirma totalmente en los perfiles faciales de las figuras: la nariz chata y la barbilla regordeta de la figura actualmente identificada como Ay sigue precisamente los rasgos faciales estandarizados para las representaciones oficiales de Tutankamón al comienzo de su reinado [durante el reinado de su padre, Akenatón, se había registrado una revolución religiosa que también afectó al arte]. La figura de la momia presenta los rasgos indiscutibles de Nefertiti. Por lo tanto, la escena se había concebido como una imagen de Tutankamón oficiando en el entierro de su predecesora".
Amparándose en estas hipótesis y evidencias, Nicholas Reeves ha señalado que se necesitan más investigaciones. El Consejo Supremo de Antigüedades ya ha dejado claro en varias ocasiones que no habrá más estudios con georradar y que, ni mucho menos, permitirá hacer un agujero en la pared —las vibraciones podrían dañar las pinturas— para resolver definitivamente el debate. Reeves, de momento, seguirá defendiendo que Tutankamón se parece a un "intruso" dentro de una tumba real significativamente más grande.
Fuente: elespanol.com | 26 de septiembre de 2022
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"El próximo mes anunciaré el descubrimiento de la momia de Nefertiti"
Zahi Hawass, frente a una de las momias reales. CEDIDA.
Es un viejo rockero de la arqueología. Dispuesto a seguir deslizándose por pasadizos y pozos en busca de los tesoros que, por miles, guardan las arenas de Egipto el cuerpo aguante. Zahi Hawass descarta cualquier plan de jubilación inminente, a pesar de haber superado los 75 años. La obsesión que le persigue tiene nombre de mujer: Nefertiti. Y una retahíla casi interminable de títulos: “La gran y querida esposa del rey”; “Señora de las dos tierras, del sur y del norte”; “La que puede vivir para siempre”; “Grande en favor, dama de gracia, dotada de alegría”… Un derroche de abolengo que contrasta con los enigmas que proyectan su sepultura y su cadáver. En ambos casos, reina la nada.
La misteriosa Nefertiti, que vivió hace más de tres milenios en una de las etapas más florecientes del Antiguo Egipto, cayó en una calculada desmemoria junto a su marido Akenatón, el faraón que desafió el orden establecido hasta convertirse en el hereje que impulsó el primer y fallido experimento monoteísta de la Historia. En busca de su momia y su enterramiento lleva años volcado Hawass. El egiptólogo y ex ministro de Antigüedades egipcio, capaz de despertar pasiones y odios a partes iguales, asegura en una entrevista con El Independiente estar muy cerca de responder a algunas de las incógnitas.
El arqueólogo se halla estos días en Madrid, donde ofrece este martes una esperada conferencia sobre la mujer en el Egipto faraónico, en el marco de ‘Hijas del Nilo’, una exposición que reúne 300 objetos procedentes de una docena de países. La exhibición está organizada por el Grupo Eulen y comisariada por Esther Pons y Nacho Ares. “En el Antiguo Egipto los hombres tenían que ser faraones, pero no las mujeres. Ahora bien, los hombre no podían ser faraones sin una mujer”, explica Hawass, que acaba de iniciar su campaña de excavaciones en el Valle de los Reyes, en la sureña Luxor. A la caza, por enésima vez, de los secretos que le torturan sobre el paradero de Nefertiti.
Las paredes de barro cocido de la 'Ciudad Dorada' de hace 3400 años, que vemos rodeadas de una muralla zigzagueante muy distintiva, tienen una altura de unos tres metros en algunas zonas.
FOTOGRAFÍA DE ZAHI HAWASS.
Pregunta.- En abril de 2021 anunció el descubrimiento de la «Ciudad Dorada» en Luxor, la urbe que abandonó Akenatón para construir Amarna. ¿Cómo progresan los trabajos de excavación?
Respuesta.- Fantásticamente. Hemos descubierto el nombre de Semenejkara [asociado a Nefertiti] y la ceremonia del festival. Hemos localizado, además, un gran lago en el lado oeste de la ciudad. Estoy seguro de que vamos a dar con más pruebas sobre Tutankamón. En estos momentos estamos restaurando y excavando la zona para encontrar más información sobre sus moradores. Tenemos pruebas de que las mujeres trabajaban también en esta ciudad junto a los hombres. Es una gran extensión, de un kilómetro por un kilómetro, de sur a norte y de oeste a este. Y aún no hemos concluido la excavación.
P.- ¿Qué porcentaje de tesoros sigue aún bajo las arenas de Egipto?
R.- Apenas hemos encontrado el 30 por ciento de todo lo que hay bajo tierra. Hace unos días una misión halló tumbas en el interior de varias viviendas de Alejandría. El Egipto moderno está edificado sobre el antiguo. Y por eso es inmenso el patrimonio que sigue escondido.
P.- Hablemos de uno de esos interrogantes que guardan las arenas egipcias, Nefertiti. Lleva ya algunos años buscándola…
R.- Sigo buscando dos cosas: su tumba y su cuerpo. Realmente creo que Nefertiti gobernó Egipto durante tres años tras la muerte de Akenatón bajo el nombre de Semenejkara. He buscado su enterramiento por todas las zonas del oeste del Valle de los Reyes y no he podido dar con ella. El pasado 1 de septiembre inicié la campaña de excavaciones en el área oriental del Valle de los Reyes.
Relieve en piedra caliza, que probablemente formaba parte de un altar de adoración familiar. Akenatón sostiene a su primogénita Meritatón y enfrente, Nefertiti sostiene en el regazo a su segunda hija, Meketatón, quien fallecería prematuramente y por último su tercera hija Anjesenpaatón, quien se desposaría posteriormente con Tutanjatón (Tutankamón). / Wikimedia Commons
Y estoy en busca también de identificar su momia a través de un importante proyecto apoyado por National Geographic. Tenemos ya el ADN de las momias de la dinastía XVIII, desde Akenatón hasta Amenhotep II o III, y hay dos momias sin nombre etiquetadas como KV21a y b. En octubre podremos anunciar el descubrimiento de la momia de Ankhesenamun, esposa de Tutankamón, y su madre, Nefertiti. Existe también en la tumba KV35 la momia de un niño de diez años de edad. Si ese niño es el hermano de Tutankamón y el hijo de Akenatón, se resolverá el problema que plantea Nefertiti. En la Ciudad Dorada encontré el nombre de Semenjkara.
P.- ¿Está seguro?
R.- Estoy seguro de que voy a desvelar cuál de las dos momias sin nombre puede ser Nefertiti. Las excavaciones acaban de comenzar en el este del Valle de los Reyes y se extenderán durante un año. La arqueología es suerte. Lo que sí espero es que sea mi último año excavando en el Valle de los Reyes. He mirado ya en cinco ubicaciones y, si no encuentro la tumba, lo dejaré.
P.- Insiste en que quedan aún enterramientos por ser localizados en el Valle de los Reyes, el cementerio real en el que Howard Carter halló la oquedad de Tutankamón…
R.- Y así sigue siendo. Yo mismo he localizado dos tumbas. La KV65 fue empleada como almacén de herramientas. Y la otra es una habitación. Excavé más estancias y no conseguí nada más. Sabemos que hay aún tumbas por descubrir en la zona. Estoy buscando en Deir el Bahari, porque hay ciertas pruebas de que los enterramientos podrían estar ahí. En estos momentos mi equipo está también buscando la tumba de Ramsés III en esa misma zona y las sepulturas de personajes que no pertenecían a la realeza.
P.- Otro de los enigmas del Antiguo Egipto es el paradero de Cleopatra VII, la última reina del Egipto ptolemaico. Usted rechaza que se encuentre en el complejo de Taposiris Magna, cerca de Alejandría…
R.- He estado trabajando con Kathleen Martínez durante doce años, pero estoy ya fuera del proyecto. Martínez acaba de encontrar túneles que conectan el templo con el mar. Su hipótesis es que parte de Taposiris Magna se halla bajo el agua y me parece que es correcto. Actualmente buena parte de los trabajos que está llevando a cabo son bajo el agua pero, en ningún caso, creo que Cleopatra esté enterrada allí.
La Dra. Kathleen Martínez y el Dr. Glenn Godenho en el templo de Taposiris Magna. Fotografía: Arrow Media.
P.- Su teoría es que se encuentra bajo el Mediterráneo, en las inmediaciones de la actual Alejandría…
R.- Así es. Cleopatra construyó su tumba fuera del palacio. Y si la edificó, ¿no se enterraría allí? ¿Por qué no la estaría usando? Hemos excavado en todas las zonas de Taposiris Magna y no ha aparecido nada. Es cierto que los túneles son muy interesantes. Estuve dentro de ellos con un equipo de televisión italiano hace unos cinco días y me atacaron las serpientes. [¿Se encuentra bien?] Sí, conseguí matarlas.
P.- Y refiriéndonos a Cleopatra, también deberíamos hablar de Marco Antonio. ¿Estarán enterrados juntos?
R.- Toda nuestra información sobre Cleopatra proviene de William Shakespeare. En realidad no tenemos ningún registro histórico que nos diga si Marco Antonio está enterrado con Cleopatra. Pero la leyenda es muy interesante. Es probable que Marco Antonio fuera derrotado y Cleopatra tal vez se suicidara. No sabemos, sin embargo, si fueron enterrados juntos. La búsqueda de su tumba es fascinante. Incluso si no hay nada en Taposiris Magna, el templo está bellamente excavado. Hay un gran cementerio fuera del templo, con momias de varios períodos, y una parte del complejo se halla bajo el agua. Es un lugar interesante, pero temo decir que no creo que Cleopatra esté enterrada allí.
P.- ¿Es hallar a Cleopatra uno de sus objetivos?
R.- No. Mi sueño en estos momentos es localizar a Nefertiti. Espero que si Dios me lo conceda, que su descubrimiento se produzca este mismo año. Y será lo mejor que me haya pasado en la vida. Pero estoy seguro de que revelaré la momia de Nefertiti en un mes o máximo dos. Y lo anunciaré al público al mismo tiempo que los últimos resultados del ADN de Tutankamón. Estamos en disposición de aportar nuevos datos sobre su muerte. Hasta ahora sabíamos que tuvo un accidente en la pierna izquierda, pero no sabíamos si fue ese el motivo de su muerte o fue asesinado. Una nueva máquina de escáner nos ha permitido detectar que tuvo una infección. Si se termina de confirmar, anunciaré antes de noviembre que murió como consecuencia de un accidente.
Foto del busto de la reina Nefertiti, en un museo de Berlín. Foto: AFP
Las amenazas del patrimonio egipcio
P.- ¿Son la agricultura y el boom inmobiliario las principales amenazas para la conservación del patrimonio egipcio?
R.- Creo sinceramente que es el cambio climático. La pregunta es: ¿cómo se pueden proteger las tumbas del Valle de los Reyes? Si dejamos la situación como está ahora, en un siglo todas las tumbas habrán desaparecido por completo. Tenemos que dotarnos de un plan de protección, especialmente para las tumbas y los templos. Una vez al año suelo tomar una fotografía de las paredes del templo de Kom Ombo y cada vez que regreso un 5 por ciento de los relieves se han desvanecido. Hay que trabajar en el control del cambio climático.
P.- ¿Cuál es su receta?
R.- Número uno: hay que cerrar y abrir tumbas cada año y establecerlo como sistema. Número dos: tiene que haber un proceso de reserva. Si entras en una tumba, tienes que saber a qué hora vas a acceder y a cuál vas a salir, sin grandes aglomeraciones. Número tres: tiene que haber para cada tumba y monumento un plan de cómo se puede mantener la humedad y el calor. Y eso hay que hacerlo especialmente en el Valle de los Reyes. Debe haber un centro para controlar el cambio climático y el turismo. El turismo es el enemigo de la arqueología, pero debemos buscar un punto intermedio entre la necesidad del turismo para la economía y la preservación de los monumentos egipcios. Es algo extremadamente importante.
P.- En viajes previos a Madrid, ha sido especialmente crítico con el estado de conservación del templo de Debod…
R.- No he podido visitarlo en esta ocasión pero sigo pensando que, si dejamos el templo como está, terminará destruido. Hay que protegerlo situándolo bajo techo. Debe estar en un interior controlado. Me reuní en otra ocasión con Carmen Calvo [entonces vicepresidenta del Gobierno] y le hice llegar mi demanda. Es la única opción de salvarlo. Si no se cubre con una estructura, sería mejor que regresara a casa.
Exposición de la 'Piedra Rosetta" en el British Museum.
Expolio internacional
P.- Otra de sus batallas es la devolución de cientos de antigüedades egipcias que, según usted, salieron ilegalmente del país. ¿Cómo va esa lucha?
R.- A finales de octubre voy a lanzar una gran petición por internet pidiendo a los egipcios y a la comunidad internacional que la firme. La primera exigencia es el retorno de la piedra Rosetta, que fue sacada de Egipto ilegalmente por los franceses para entregársela posteriormente a los ingleses. La piedra Rosetta es el icono de nuestra identidad egipcia. No quiero que el gobierno egipcio se involucre en esto, pero necesito recuperar estos objetos a través de una petición popular. Como egiptólogo conocido en todo el mundo, es mi deber. También aspiro a lograr la devolución del busto de Nefertiti, actualmente en Berlín, y el zodiaco de Dendera, expuesto en el Louvre. Los museos continúan practicando el imperialismo. En la época en la que Egipto estaba controlado por los franceses y los ingleses, exploraron y arruinaron el país. Y sus museos lo siguen haciendo. El jefe del departamento egipcio del Louvre compró recientemente cinco artefactos robados. El caso está en este momento en un tribunal de París.
El Museo Metropolitano de Nueva York también hizo lo mismo, pero devolvió algunos objetos hace una semana. Me pregunto por qué los estúpidos conservadores de los museos, cuando compran un artefacto, no preguntan al gobierno egipcio. Los podríamos comprar. Esos museos que he citado están llenos de cientos de artefactos llegados de Egipto. ¿Por qué necesitan comprar más? Están alentando a los ladrones internacionales para que destruyan los monumentos y arranquen los relieves de las tumbas. Tenemos que detenerlos. El mundo tiene que despertar. Ya es hora. Habéis dañado África a través de la fuerza, le habéis arrebatado su dinero. Es hora de que el arte africano vuelva a casa.
P.- Tiene 75 años. ¿No ha pensado en jubilarse?
R.- No. Jamás me jubilaré. Me retiraré cuando me vaya a la tumba, cuando muera. Mi energía y mi pasión son imparables. Sigo dirigiendo dos misiones arqueológicas, en Saqqara y Luxor. Hace unas horas, a las siete de la mañana, mi equipo localizó una nueva tumba en Luxor. Pertenece a un funcionario…
Fuente:elindependiente.com | 13 de septiembre de 2022
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Especulan haber encontrado la que podría ser la momia de Nefertiti, la mítica faraona que gobernó Egipto hace 5.500 años
El busto de Nefertiti, en Berlín, Alemania | Crédito: OLIVER BERG / DPA / dpa Picture-Alliance via AFP
Sucedió en el Valle de los Reyes, la mítica necrópolis de los gobernantes del Antiguo Egipto. Dos cuerpos embalsamados, uno al lado del otro, se encontraron prácticamente intactos. Por la disposición en la que fueron encontrados, los arqueólogos de estas momias, denominadas X e Y, asumen que son las momias de Nefertiti y Ankhesenamun, esposa de Tutankamón. Por lo difícil que ha sido localizar ambos restos, se están esperando todavía los resultados de una prueba genética que confirme la identidad de los cadáveres.
Junto con Akenatón, Nefertiti fue la faraona más poderosa del Imperio Egipcio. Hace 3.500 años, concretaron una revolución cultural y religiosa sin precedentes, que irrumpió con milenios de orden teocrático y social. Después de milenios, finalmente podremos saber cómo fue su rostro.
Una faraona colosal
Pocas emperatrices egipcias fueron tan poderosas como Nefertiti. Se ganó un espacio en los anales de la Historia por haber desposado a Amenofis IV para que, junto con él, pudiera llevar a cabo una revolución en el interior de las élites del poder del Imperio Egipcio.
Nefertiti gobernó Egipto entre 1370 y 1330 a. C., junto con su esposo. De hecho, según la revista Muy Interesante, el gobierno de Nefertiti fue el ‘el imperio más esplendoroso, rico y prolífico en términos culturales y científicos de la Antigüedad’:
Para cristalizar este poderío económico, militar y científico en su reinado, Amenofis IV intentó revolucionar el arte, la religión y las estructuras de poder que habían estado vigentes durante siglos.
Todo empezó con un cambio de identidad. En lugar de seguir con la tradición de faraones que habían llevado su mismo nombre, se nombró a sí mismo Akenatón: el único, el primero. A pesar de la tradición religiosa profundamente cimentada en su imperio, desdeñó a los demás dioses por privilegiar la figura de Ra, el dios del Sol.
Durante su mandato, el culto a Ra se instituyó como el oficial. Es más: para consolidar su poderío, se autoproclamó como un dios en vida. Obligó a sus súbditos a abandonar el culto a los demás dioses del panteón, instituyendo una religión monoteísta en su honor. Dirigentes posteriores describieron su administración como que “El país pasaba penurias; los dioses habían abandonado esta tierra“.
Así se veía la momia de Ramsés II a inicios del siglo XX. / GETTY IMAGES.
¿Dónde quedó la momia de Nefertiti?
Aún a pesar de las controversias que rodean su figura, como un halo místico, la momia de Nefertiti se perdió. Algunos egiptólogos asumen que, como tantos otros restos de faraones importantes, fue usurpada de su tumba para venderse como antigüedad en el mercado negro. Esta dinámica, por ejemplo, llevó al cadáver de cadáver de Ramsés I a surcar los mares hasta América.
Porque la momia de Nefertiti estuvo perdida por milenios, se gestó una amplia discusión sobre cómo era el rostro de la antigua faraona. A partir de un busto, que forma parte de Neues Museum en Berlín, se aseguró durante siglos que era una mujer verdaderamente hermosa.
La nueva investigación en el Valle de los Reyes sugiere que la momia de Nefertiti se encuentra almacenada en las tumbas KV21 y KV35. Ahora, las tomografías computarizadas que se realicen sobre los restos embalsamados podrían arrojar nueva luz sobre sus verdaderos rasgos faciales, según los académicos que estudian el caso.
Grabado de Tutankamón y la reina Ankhesenamun, de quien se decía que era hermosa.
«En octubre podremos anunciar el descubrimiento de la momia de Anjesenamón, la esposa de Tuntankamón, y su madre Nefertiti», dijo el arqueólogo Zahí Hawass a Newsweek. «Estoy seguro de que revelaré cuál de las dos momias sin nombre podría ser Nefertiti».
Por el momento, los arqueólogos sólo han logrado recuperar el 30 % de todo lo que hay bajo tierra en Egipto. Así, el hallazgo de estos restos podría concretar «el sueño de muchos egiptólogos», según la cobertura del periódico británico Daily Mail.
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