martes, 27 de abril de 2021

Revelan la evidencia más antigua de actividad humana en una cueva del desierto africano del Kalahari (Sudáfrica)

 

La Cueva Wonderwerk en Sudáfrica. Michael Chazan. Universidad de Toronto.

Pocos sitios en el mundo conservan un registro arqueológico continuo que abarque millones de años. La Cueva de Wonderwerk, ubicada en el desierto de Kalahari, en Sudáfrica, es uno de esos lugares. La cueva de Wonderwek, cuyo nombre significa "milagro" en afrikáans, ha sido identificada, potencialmente, como la más antigua del mundo en ser ocupada, y es además el enclave con algunas de las primeras pruebas de uso del fuego, así como de la fabricación de herramientas por los humanos prehistóricos.

Y, ahora, una nueva investigación publicada en Quaternary Science Reviews, y dirigida por un equipo de geólogos y arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén (HU) y de la Universidad de Toronto, confirma la fecha récord de este espectacular sitio. "Podemos decir con toda seguriadad, que nuestros antepasados ​​humanos estaban fabricando herramientas de piedra de estilo Olduvayense dentro de la Cueva de Wonderwerk hace 1,8 millones de años. Wonderwerk es único entre los enclaves antiguos de con este tipo de tecnología de herramientas, las cuales se encontraron por primera vez hace 2,6 millones de años en África Oriental, y, precisamente, porque es una cueva y no un espacio al aire libre", explicó el autor principal, el profesor Ron Shaar (izquierda), del Instituto de Ciencias de la Tierra de la HU.

El equipo pudo establecer con éxito el cambio de las herramientas Oluvayense (principalmente lascas afiladas y herramientas líticas para cortar) a las primeras hachas de mano Achelenses de hace más de un millón de años, y fechar el uso deliberado del fuego por nuestros antepasados ​​prehistóricos hace también un millón de años, en una capa profunda de la cueva. Esto último es particularmente significativo porque otros ejemplos de uso temprano del fuego provienen de sitios al aire libre, donde no se puede excluir el posible papel de los fuegos procedentes del incendio fortuito de la foresta. Además, la Cueva de Wonderwerk proporcionó una gama completa de restos de fuego: huesos quemados, sedimentos y herramientas líticas, así como la presencia de cenizas.

Entrada a la Cueva de Wonderwerk. Michael Chazan. Universidad de Toronto.

Hacha de mano achelense de la Edad de Piedra temprana: el fondo es la entrada a la cueva Wonderwerk.

La datación de los depósitos en cuevas es uno de los mayores desafíos de la paleoantropología, también conocida como el estudio de la evolución humana. Para superar este desafío, el equipo analizó una capa sedimentaria de 2,5 metros de espesor que contenía herramientas de piedra, restos de animales y restos de fuego mediante la utilización de dos métodos: paleomagnetismo y datación de los depósitos.  "Hemos retirado cuidadosamente cientos de pequeñas muestras de sedimentos de las paredes de la cueva y medido su señal magnética", describe Shaar.

La magnetización ocurrió cuando las partículas de arcilla, que ingresaron a la cueva desde el exterior, se asentaron en el piso de la misma, preservando así la dirección del campo magnético de la tierra en ese momento. "Nuestro análisis de laboratorio mostró que algunas de las muestras se magnetizaron hacia el sur en lugar del norte, que es la dirección del campo magnético actual. Dado que el momento exacto de estas "inversiones" magnéticas se conocen a nivel  global, ello nos dió pistas sobre la antigüedad de toda la secuencia de capas de la cueva", agrega Shaar.

El profesor Ron Shaar trabajando en la Cueva Wonderwerk del desierto de Kalahari.

El profesor Ari Matmon (izquierda), director del Instituto de Ciencias de la Tierra en la HU, se basó en un método de datación secundario para confirmar aún más cuándo los primeros antepasados ​​humanos pudieron haber ocupado este lugar. "Las partículas de cuarzo en la arena tienen un reloj geológico incorporado que comienza a hacer tic-tac cuando entran en una cueva. En nuestro laboratorio, hemos podido medir las concentraciones de isótopos específicos en esas partículas y deducir cuánto tiempo ha pasado desde esos granos de arena entrar en la cueva", explicó.

La datación de la actividad humana prehistórica en la Cueva de Wonderwerk tiene implicaciones de gran alcance. Los codirectores del proyecto de investigación, el profesor Michael Chazan (izquierda) de la Universidad de Toronto y Liora Kolska Horwitz (derecha), de las Colecciones Nacionales de Historia Natural en la HU, explicaron que "los hallazgos en la Cueva de Wonderwerk son un paso importante hacia la comprensión del ritmo de la evolución humana a través de todo continente africano. Con una escala de tiempo firmemente establecida en este enclave, podemos continuar estudiando la conexión entre la evolución humana y el cambio climático, así como la evolución de la forma de vida de nuestros primeros antepasados ​​humanos".











Fuentes: phys.org | haaretz.com | jpost.com 


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