Según informa un medio peruano, en una pequeña isla llamada Amantaní, ubicada en el lado peruano del lago titicaca, las autoridades de la isla dieron con la ubicación de una antigua chinkana, o pasaje subterráneo. [Ver video]
El tunél data del periodo preinca, y está ubicada en el patio donde hasta hace años funcionaba el puesto policial de la zona, a un costado de la Plaza de Armas del pueblo. El pasadizo está cubierto con tierra y piedras, y a su alrededor existen habitaciones de piedras de estilo Inca que alguna vez fueron utilizados como un almacén por los lugareños.
Los isleños dieron con el sitio exacto por la versión oral de los pobladores más antiguos. Estos contaron que sus ancestros ingresaban al interior para trasladarse hacia otros lugares, como Cusco que se encuentra a 340 kilómetros de distancia. El gobernador de la comuna, Dario Pacompía Cari, contó al diario peruano La República, que su padre, cuando era niño, luego de bajar varias gradas, ingresó al ancestral pasadizo y avanzó cien metros en línea recta. «Tenemos información que el camino es largo», dijo.
La leyenda dice que estos túneles son tan largos que atraviesa toda Sudamérica, y en ellas se pueden encontrar salas subterráneas, algunas llenas de tesoros, que se han conservado persistentemente.
Se dice que cuando la ciudad del Cuzco fue conquistada hace casi cinco siglos por los españoles, las piezas más valiosas y sagradas del oro inca fueron escondidas en pasillos subterráneos accesibles a través de los túneles secretos de la Chinkana, que en quechua significa lugar para perderse. Muchos cronistas e incluso Alexander von Humboldt se refirieron a esta red de túneles en sus escritos.
Otros hablan que estos túneles llevan a ciudades donde habitan antiguas civilizaciones que han vivido bajo la tierra por miles de años.
En general, existen túneles subterráneos alrededor del lago titicaca. Se conocen también algunas cerca de Sacsayhuamán, en Cuzco. Algunas partes de ellas se pueden visitar, pero la mayoría de las cuevas se mantienen inaccesibles debido al peligro de perderse en ellas.
Si fueron los incas quienes las construyeron, o si son de origen más antiguo, por el momento no se sabe ya que hasta ahora se ha investigado poco. Sin duda son vastas, pero aún queda mucho en la oscuridad de la leyenda.
Marcelino Yucra Pacompia, alcalde de amantaní, informó que después de realizar los trámites correspondientes ante el ministerio de Cultura, se abrirá la chinkana, para que nos pueda revelar sus secretos.
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