El laborioso trabajo del equipo de arqueólogos de la Universidad de Barcelona (UB), iniciado hace 22 años en el yacimiento íbero de Castellet de Banyoles, en Tivissa (Ribera d’Ebre, Tarragona), ha tenido un nuevo premio, sorprendente y de relevancia científica. El hallazgo, un fragmento de plomo con una inscripción con el símbolo del alfabeto ibérico que se pronunciaría “Kum”. Es una prueba para acuñar monedas, localizada durante la última fase de excavaciones en el yacimiento, que hace pensar a los investigadores que la ciudad sería conocida con el nombre de Kum.
Ubicada en un enclave estratégico, junto al río Ebro y en una plataforma elevada, poseía además la ciudad de Kum un gran privilegio desconocido también hasta ahora. Los arqueólogos no han localizado solo la prueba para acuñar el metal, también se ha encontrado en la excavación un cuantioso número de monedas con la misma inscripción ibérica. La ciudad, posible capital de todos los ilercavones, poseía la fábrica de la moneda.
Entrada al poblado ibérico del Castellet de Banyoles (Tivissa, Tarragona). Wikipedia.
“Es un hallazgo excepcional, una prueba de que estas monedas se estaban acuñando en este sitio y que nos permite saber el nombre en la antigüedad de estas aglomeraciones urbanas, la ciudad de Kum”, destaca David Asensio Vilaró (izquierda), de la Universidad de Barcelona, arqueólogo del equipo y codirector de la excavación.
La capital de los ilercavones, en discusión
Son piezas de un mismo puzle que encajan y hacen pensar a los arqueólogos que este asentamiento, que ya se sabía relevante, ejercía la capitalidad. “Encontrar una prueba de acuñación es la demostración clara que estamos ante la ciudad de Kum, por lo tanto, estamos probablemente en lo que era la capital de la Ilercavonia. Es una gran noticia a nivel científico”, destaca Josep Manel Rueda (derecha) director de la Agencia Catalana del Patrimonio Cultural.
Un sector de la ciudad ibérica de Castellet de Banyoles.
"Es una prueba de la importancia geostratégica del yacimiento en el contexto de la Segunda Guerra Púnica”, según destaca Rafel Jornet Niella, investigador principal del proyecto. Un enclave de primer orden de todo el territorio del pueblo íbero de los ilercavones, que dominó la parte baje del curso del río Ebro. Tortosa se cree que era la otra gran ciudad de Ilercavonia, aunque no se ha podido probar con hallazgos arqueológicos su capitalidad.
Para los arqueólogos se abre pues un apasionante tema de debate y discusión científica. “La capital de la ilercavonia, del territorio ilercavón, siempre se ha ubicado en la ciudad de Tortosa, pero no se ha podido confirmar con los hallazgos arqueológicos”, explica David Asensio. “Lo que ahora sabemos seguro es que había aquí otra gran ciudad, la de Kum, nombre del que los historiadores antiguos no habían dado ninguna noticia en la información restringida que se ha conservado hasta la actualidad, que es una pequeña parte. Es un asunto abierto, un tema de discusión, no lo podemos afirmar”, añade.
Torres pentagonales de defensa del poblado Castellet de Banyoles.
Más contundente es el director de la Agencia Catalana del Patrimonio Cultural, Josep Manuel Rueda: “Entre todos nos tenemos que felicitar porque teníamos muchos indicios de que estábamos ante una gran ciudad ibérica, por la ubicación y extensión del yacimiento, de cuatro hectáreas, con anchas calles y casas grandes que denotaban la presencia de una aristocracia importante y materiales que denotaban también su riqueza; pero faltaba la prueba fehaciente de que era una gran ciudad, la capital de la ilercavonia, y hemos encontrado esta capitalidad”, apostilla Rueda. Tampoco puede descartarse que uno o dos enclaves hiciesen la función de capital.
Arqueólogos trabajando en la consolidación de los restos de casas excavados en el Castellet de Banyoles.
Toda una ciudad bajo tierra por descubrir
Este yacimiento ibérico, el de Tivissa, con una extensión de más de cuatro hectáreas, tiene un especial valor e interés arqueológico porque se ha conservado intacto hasta nuestros días, dado que no se construyó encima otra ciudad. “Lo que hace excepcional este yacimiento es que no ha habido una superposición de ciudades posteriores, no ha tenido una continuidad de ocupación, por lo que la podemos excavar entera. Hasta ahora hemos sacado solo un 20%, queda el otro 80%”, destaca David Asensio.
El hallazgo ha sido posible por el trabajo exhaustivo de un grupo muy experimentado de arqueólogos del equipo del Grup de recerca sobre l’Arqueologia de la Complexitat i els Processos d’Evolució Social (GRACPE) de la Universidad de Barcelona. El mismo equipo se ha especializado durante años en excavaciones y yacimientos ibéricos. En el mismo yacimiento colaboran también la Agencia Catalana del Patrimonio Cultural y la Dirección General de Patrimonio Cultural del Departamento de Cultura y el Ayuntamiento de Tivissa.
Vista del yacimiento de Castellet de Banyoles.
El objetivo ahora, de futuro, además de seguir excavando por sectores como hasta ahora, es abrir el yacimiento al público, después de consolidar los restos arqueológicos. Se plantea un proyecto museístico del yacimiento, con la posibilidad de rehacer alguna casa y de ver si se aplican las nuevas tecnologías para interpretar la probable capital de ilercavonia.
En los tres últimos años, las campañas de excavación han confirmado el carácter urbano del asentamiento con la delimitación de nuevos tramos de barrios de casas. Separados por una gran calle de 12 metros de largo, han aparecido además los fundamentos de edificaciones de hasta 250 m², la más grande, y de 30 m² la más pequeña. Esto refuerza según los investigadores la idea de una fuerte estratificación social dentro de la comunidad ibérica de Castellet de Banyoles (Kum) y es un claro reflejo de la base de organización sociopolítica del mundo ibérico en la Ilercavonia durante el siglo III a.C.
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