El fósil antiguo de un pez ha generado nuevas ideas teóricas sobre la evolución de la mano del ser humano y tienen que ver con las aletas de un pescado.
El fósil de pez Elpistostege fue hallado en Canadá por un equipo internacional de paleontólogos de la Universidad de Flinders en Australia quienes han revelado que este espécimen de pez ha arrojado el eslabón evolutivo perdido en la transición de peces a tetrápodos durante el periodo en que los peces comenzaron a incursionar en hábitats como aguas poco profundas y la tierra hace millones de años.
Según las teorías de los investigadores, este pez que mide 1.57 metros de largo muestra en el esqueleto de su aleta una semejanza increíble con el brazo del ser humano. Según muestran las tomografías computarizadas realizadas al fósil, la aleta pectoral del pez Elpistostege reveló la presencia de un húmero (brazo), radio y cúbito (antebrazo), filas de carpo (muñeca) y falanges en dígitos (dedos).
«Este hallazgo hace retroceder el origen de los dígitos en los vertebrados hasta el nivel de los peces, y nos dice que los patrones para la mano de los vertebrados se desarrollaron por primera vez en una evolución profunda, justo antes de que los peces abandonaran el agua», dijo John Long, docente de Paleontología de la Universidad de Flinders.
Para comprender la evolución de una aleta de pez a una extremidad de tetrápodos, los paleontólogos estudian los fósiles de peces y tetrápodos de aletas lobuladas del periodo Devónico, según publica el portal Eurekalert.
«Las otras características que el estudio reveló con respecto a la estructura del hueso del brazo superior o el húmero, que también muestra características presentes que se comparten con los primeros anfibios. El Elpistostege no es necesariamente nuestro antepasado, pero es lo más cercano que podemos llegar a un verdadero ‘fósil de transición’, un intermedio entre peces y tetrápodos», explicó Richard Cloutier, coautor del estudio.
El Elpistostege fue el depredador más grande que vivía en un hábitat marino poco profundo hace unos 380 millones de años en territorios canadienses. Este espécimen contaba con poderosos y afilados dientes y unas grandes aletas lobuladas.
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