Atahualpa, cantón de la provincia de El Oro forma parte del Altiplano Orense, ocupando una zona montañosa y húmeda, cuya cabecera cantonal es la ciudad de Paccha, en Ecuador. Este recibe su nombre en honor al último inca, Atahualpa.
Antes de la llegada de los españoles, ya existieron asentamientos indígenas de ascendencia cañarís, y diferentes fundaciones de su capital como se conoce, Yacuviña, Haripoto, y finalmente Zui Zuo Zurimpalta (Paccha).
Los arqueólogos que han investigado sus orígenes manifiestan que Yacuviñay revela rasgos de presencia Inca en los siglos XV y XVI entre el año 1470 y 1530, época en que se produjo la caída del imperio. En este periodo este sitio, a más de servir como campamento incaico, también era utilizado como punto estratégico para la comunicación con las culturas aborígenes cañarís en el complejo mirador de Pucará y las poblaciones indígenas de Saraguro. El nombre que tiene es de origen incaico: Yacu que significa “agua o río” y Viñay que significa “para siempre”, es decir Yacuviñay o agua eterna.
Estructura arcaica de diferentes viviendas. ( Orquidealife)
Yacuviñay goza de un hermoso paisaje, unos atardeceres de ensueño y una vista increíble, de la cual desde su punto más alto se puede observar la isla puna y parte de la costa peruana, este sitio es sin dudar muy importante por su riqueza arqueológica ya que en el existen graderíos de piedra, asemejándose en parte a Machu Picchu. Es por este motivo el cual se presume que este lugar posiblemente sirvió de adoratorio al sol, cuando aún prevalecían las influencias incásicas.
Yacuviñay es un conjunto habitacional de la época incaica que se extiende en cerca de 100 hectáreas. En estas ruinas se han encontrado gran cantidad de piezas arqueológicas y osamentas humanas. Toda la infraestructura se asemeja a una ciudad perdida de los incas, pues la construcción contaba con acueductos, cisternas e inclusive baños.
En este sitio arqueológico llaman la atención las ruinas de lo que alguna vez fue el baño del inca, pues este se encuentra perfectamente ensamblado, contando también con espacio suficiente para la adoración al agua y sol.
EL MISTERIO DE LAS HUACAS
Se denominaban huacas a todo aquello que los antiguos incas consideraban sagrado, esto podía variar, ya que podían ser, joyas, templos, tumbas, animales o quizá deidades de adoración como el sol y la luna. Estas huacas (lugares, objetos o animales sagrados) se encuentran dispersas a lo largo del territorio del Tahuantinsuyo o antiguo imperio inca, el más grande del actual territorio sudamericano, dentro de los cuales algunos aún en la actualidad son objeto de veneración.
Las Huacas del Sol y la Luna – Trujillo. (Roberto Young/ CC BY-NC-ND 2.0 )
Sin embargo, las huacas también son conocidas con el nombre de “un entierro”, es este el caso en esta parte geográfica del Ecuador como es Paccha en el cual existían y existen tesoros. Pues las leyendas cuentan que los entierros se encuentran sellados y protegidos por alguna especie de hechizo.
l complejo está en el sector de Pueblo Viejo, el cual se ubica a 15 kilómetros de la ciudad de Paccha, cabecera cantonal de Atahualpa. Un estudioso de ruinas incas cree que se trataría de una ciudadela agrícola. Foto: Fabrico Cruz / El Telégrafo
Se dice que se puede reconocer a una huaca porque se manifiestan en forma de llamarada, señalando de esta manera la ubicación exacta de el objeto enterrado, por lo general estas aparecían al atardecer, lejos en las montañas. Los lugareños quienes han ido en busca de las huacas cuentan cómo ha sido su experiencia y todos coinciden en lo mismo, el fuerte viento, la piel erizada y el ruido constante de los animales.
Se dice que el proceso de extracción debe realizarse por una sola persona quien debe cavar sin parar, al puro estilo de los cuentos e historias de los piratas y sus famosos tesoros enterrados, pero, se debe tener cuidado ya que al estar cerca de encontrar la huaca se producirán sucesos extraños. Pues el hechizo que protege y sella el tesoro inca se manifestará en la presencia de un ente, un fenómeno paranormal.
Este ente protector tratará de impedir a quien este tras la huaca provocando que el individuo desista de cavar y salga huyendo del lugar. Los lugareños manifiestan que este ente protector trata de ahuyentar a las personas como una prueba de valor y dignidad. Una vez que la persona a demostrado valor al quedarse en el sitio mientras todos estos sucesos extraños acontecen el ente lo dejara en paz.
Es afortunado aquel que la puede ver o se le presenta una huaca, mucho más aun quienes tienen la oportunidad de ir tras ella y lograr conseguirla, ya que les traerá suerte y fortuna, pues no todos son atraídos por estas y mucho menos se le manifiesta a cualquiera.
Autor: Adrian Elias A.A
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