Buscar este blog

viernes, 27 de septiembre de 2019

El soterrado motivo por el que los incas construyeron Machu Picchu en un lugar tan poco accesible

Un reciente estudio desvela que la civilización precolombina sabía muy bien qué hacía levantado la enigmática ciudad a 2.400 metros sobre el nivel del mar

Machu Picchu

En medio del Valle Sagrado de los Incas, Machu Picchu se alza entre los Andes a una altura de 2.430 metros sobre el nivel del mar. Construida hace más de cinco siglos y «descubierta», su ubicación, tan poco accesible, siempre ha intrigado a los investigadores.
La razón podría estar bajo tierra, según recoge la página web «IFLSience» a raíz del encuentro anual de la Sociedad Geológica de América esta semana en la ciudad de Arizona (Estados Unidos).
«La localización de Machu Picchu no es una coincidencia», afirmó el geólogo brasileño Rualdo Menegat. Según Menegat, de la Universidad Federal de Río Grande del Sur, les hubiera resultado imposible a los incas construir semejante infraestructura en las alturas de la Cordillera Oriental (Los Andes), a 2.400 metros sobre el nivel del mar, si el sustrato no hubiera estado fracturado. O sea, escogieron el enclave por las fallas geológicas.
Varias técnicas como la imagen satelital y el análisis geoarqueológico han desvelado incidios de que la ciudad de Machu Picchu está construida sobre la intersección de una red de diferentes fracturas y fallas; algunas existentes desde hace 8 millones de años, cuando se formaron las montañas de los Andes centrales.
Unas van en sentido noreste-suroeste y otras tienden a ir de noroeste a sureste, formando una X en cuyo centro está Machu Picchu. Los análisis de Menegat muestran que los sectores urbanos de la ciudadela sagrada, así como los campos de agricultura que la rodean, se construyeron siguiendo la orientación de estas fallas en X.
Estas fallas ofrecían a los incas grandes cantidades de rocas fracturadas tras los terremotos. «En Machu Picchu, las rocas estaban tan fragmentadas que era posible construir ciudades en altos niveles topográficos», se indica en el estudio. También fue una cuestión estratégica para así salvaguardarse de los posibles peligros geológicos –Perú es una región sísmica activa; un imán de terremotos, derrumbes, avalanchas...– y las condiciones inhóspitas de los Andes.
Además, según Menegat, facilitó el trabajo de los incas, pues las piedras ya estaban debilitadas y era más fácil tallarlas. Como recuerda el autor del artículo en «IFLSience», la perfecta unión de las piedras mediante mampostería impide la introducción, por ejemplo, de una tarjeta de crédito entre ellas. Ello impide que, en caso de terremoto, las piedras –muchas de ellas «talladas» inicialmente por los propios movimientos tectónicos– se muevan de su ubicación original.
Además, dichas fallas podrían haber tenido otro papel: canalizar agua del deshielo y las lluvias típicas de la región hacia la ciudadela y así, de paso, dedicar un menor esfuerzo a construir canales que drenaran aquel lugar.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.