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jueves, 13 de junio de 2019

Las primeras islas artificiales no fueron las de Dubái, fueron las del Neolítico en Escocia



El ‘crannog’ de Loch Bhorgastail incluyía una carretera de piedra (Antiquity / F. Sturt / C. Murray)
Islas artificiales construidas en lagos y en las entradas del mar. No, no estamos hablando de las famosas World Islands o las mundialmente conocidas Palm Islands de los Emiratos Árabes Unidos. Nos referimos a islotes mucho más antiguos, ubicados en las Hébridas Exteriores escocesas y que se remontan al Neolítico.
Los arqueólogos creían que los crannogs de Escocia habían sido construidos durante un periodo de 2.500 años situado entre la Edad de Hierro y el periodo post medieval. Pero unos descubrimientos recientes han situado el origen de estas islas construidas por humanos entre el 3.640 y el 3.360 antes de Cristo, según el estudio publicado en el número de junio de la revista Antiquity .
“Estos 'crannogs' aparentemente representan un nuevo tipo de sitio ritual para el Neolítico europeo. Son construcciones arquitectónicas masivas, hechas en piedra, 500 años más antiguas que Stonehenge o el famoso complejo de círculos de piedra en Calanais. No son asentamientos, pero se habrían levantado para crear un lugar especial, en medio del agua, donde la gente podría llevar a cabo rituales, incluidos festines y posiblemente incluso sepultar a sus muertos. Es notable el hecho de que son arquitectónicamente muy similares a las tumbas contemporáneas”, explica a La VanguardiaDuncan Garrow (izquierda), autor principal del estudio.
Este cambio de miles de años en la línea del tiempo de estos islotes artificiales comenzó a gestarse en 2012, cuando un hombre llamado Chris Murray, residente en la isla de Lewis, decidió explorar el lecho del lago alrededor de una de esas islas (Eilean Domhnuill) y se topó con un descubrimiento asombroso: un alijo de cerámica neolítica (hasta 22.000 tiestos) extraordinariamente bien conservada.
Una de las vasijas de cerámica neolítica recuperada en Loch Arnish en 2012 (Antiquity)
Murray contactó con Mark Elliot, que por aquel entonces era el oficial de conservación del Museum nan Eilean de Stornoway. Ambos iniciaron una búsqueda que les permitió encontrar restos parecidos alrededor de otros cinco crannogs de Lewis. Investigaciones posteriores han determinado que hay evidencias concluyentes de la construcción de islotes artificiales en las Hébridas Exteriores durante el Neolítico.
“Conocíamos los ’sitios lacustres’ neolíticos en la Europa alpina (y más allá, en el centro/sur del continente), pero estos nuevos crannogsen el lejano oeste de Escocia representan una extensión significativa de su distribución geográfica en las extremidades noroccidentales europeas, en un paisaje muy diferente y en un medio ambiente ‘extremo’”, afirma Garrow.
Vista aérea del Loch Langabhat (Antiquity).
Estas islas artificiales representan, asumen los investigadores, un esfuerzo monumental realizado hace miles de años acumulando rocas en el lecho del lago y, en el caso de Loch Bhorgastail, incluyendo incluso la construcción de una calzada de piedra. En los distintos lagos han aparecido también cantidades sustanciales de recipientes de cerámica.
Los grandes tamaños de estos fragmentos sugieren que “algunas, y posiblemente todas, estas vasijas estaban completas cuando ingresaron al agua”lo que indicaría que fueron depositados como parte de algún tipo de ritual. Los sitios de la isla de Lewis se pueden catalogar incluso de monumentales, por el trabajo que llevó construirlos y porque “su entorno acuoso creaba una separación de la vida cotidiana”.
Aunque la construcción de crannogs era una práctica generalizada en las Hébridas Exteriores durante el Neolítico, también son comunes en el resto de Escocia e Irlanda. Aún así, solo el 20% de estos islotes artificiales han sido datados.
Los arqueólogos recuperan un gran fragmento de cerámica neolítica de las Hébridas del Loch Langabhat en 2017 (Antiquity)


Los estudios recientes que han evaluado la función original de los crannogs "han sugerido que podrían haber sido lugares especiales asociados con reuniones sociales, fiestas ritualizadas y comensales (comer juntos)", dice el estudio.
“Su construcción habría requerido una gran inversión de mano de obra  y probablemente se mantuvieron en lugares importantes durante mucho tiempo. Esos islotes pueden haber representado símbolos sustanciales para las comunidades que los hicieron", escribe el Dr. Garrow.
El crannog de Eilean Dòmhnuill en la isla de North Uist  (Richard Law)















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