lunes, 3 de junio de 2019

Gentes de la Edad del Bronce fueron testigos y registraron una erupción volcánica en lo que hoy es el oeste de Turquía



El volcán Çakallar visto desde el sureste. La superposición es un modelo en 3D de una de las huellas humanas, de la Edad de Bronce, conocidas como "huellas Kula" al estar situadas en el Geoparque Volcánico Kula.
Después de una peligrosa erupción volcánica ocurrida durante la Edad del Bronce, humanos curiosos, junto con sus perros, caminaron cerca de la misma dejando huellas en la ceniza volcánica de grano fino.
La erupción hidrovolcánica que se produjo -al explotar una mezcla sobrecalentada de magma y agua subterránea- fue tan impresionante que los humanos que la presenciaron incluso la ilustraron con ocre en una roca cercana en lo que ahora es el oeste de Turquía, según un nuevo estudio.
"Creo que determinados individuos, entusiasmados con el ruido de la primera erupción hidrovolcánica, comenzaron a acercarse al lugar, a caminar sobre la ceniza hidrovolcánica húmeda y dejaron huellas en la misma", dice a Live Science el investigador principal, Inan Ulusoy (izquierda), profesor asistente en el Departamento de Ingeniería Geológica de la Universidad Hacettepe, en Turquía. "Cualquiera puede imaginar que tal circunstancia es un evento que rara vez se encuentra uno en la vida, y pudo haber inspirado a gentes de la Edad del Bronce a dejar un registro de ello“
Los investigadores se enteraron de la existencia de estas huellas en la década de 1960, cuando los trabajadores que construían la presa Demirköprü, cerca de la aldea de Sindel, en Turquía, las descubrieron en un buen estado de conservación. Estas huellas son conocidas como la "Huellas Kula", dado que están en el Geoparque Volcánico Kula, donde el volcán Çakallar se eleva en un pico majestuoso.
A lo largo de los años, los investigadores han tratado de datar las huellas de Kula, pero no siempre se ha hecho correctamente. El primer intento, realiado en 1968, sugirió que las mismas tenían unos 250.000 años de antigüedad, lo que llevó a atribuirlas a los neandertales.
Una de las huellas humanas fosilizada en la ceniza volcánica.
Otros intentos han proporcionado dataciones más recientes, pero también eran dudosas. Para llegar al fondo del misterio, los investigadores del nuevo estudio han utilizado dos métodos para determinar con precisión cuándo fueron hechas. El primer método fue realizado con helio radiogénico, el cual mide la descomposición del uranio y el torio en helio, y permite calcular la antigüedad de la erupción de pequeños cristales de circón hallados en el lugar. El equipo también utilizó, como segundo método, la datación mediante la exposición al cloro cosmogénico, el cual mide los niveles de cloro radiactivo que se forma cuando la radiación cósmica se convierte en átomos de calcio o potasio. La datación mediante la exposición al cloro cosmogénico revela la cantidad de tiempo transcurrido desde que las rocas volcánicas se han asentado en la superficie terrestre.
Los resultados mostraron que las huellas se hicieron hace 4.700 años, lo que significa que no pueden corresponder a los neandertales (quienes se extinguieron hace unos 40.000 años), sino a los humanos modernos.
"Los dos enfoques de datación independientes mostraron resultados internos consistentes, y en conjunto sugieren que la erupción volcánica fue presenciada por 'Homo sapiens' de la Edad del Bronce, esto es, hace unos 4.700 años", dijo el co-autor del estudio, Martin Danišík (derecha), investigador asociado en Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad Curtin, en Perth, Australia, en un comunicado.
Los investigadores agregaron que las pequeñas huellas halladas en el lugar indican que estas personas usaban bastones para caminar y estaban acompañadas por una especie desconocida de Canis, un género que incluye a lobos, coyotes y perros.
Un investigador toma una foto de una huella para el modelado 3D. No está claro si esta impresión pertenece a un ser humano o animal. Crédito: Erdal Gumus.
Además, un análisis previo sugería que estas antiguas personas estaban huyendo de la erupción. Pero después de examinar las distancias entre los pasos, parece que quienes las dejaron impresas caminaban a velocidades normales, según hallaron los investigadores.
”Nuestras observaciones confirman que las huellas muestran una dirección, al caminar, de oeste a este, hacia el cono del volcán Çakallar", escriben los investigadores en el estudio. "Esto puede indicar una breve pausa después de la deposición de las cenizas, la cual fue lo suficientemente larga como para que los humanos se acercaran al volcán después de su erupción inicial".
Arte rupestre rojo
La nueva dotación arroja luz sobre una espectacular imagen pictórica rupestre, conocida por los lugareños, pero que se descubrió científicamente en 2008. Esta imagen rupestre se encuentra a solo 2 kilómetros de las huellas fósiles descritas, a unos 20 minutos a pie, dijo Ulusoy.
Las huellas indican que los humanos presenciaron la erupción del volcán, afirma Ulusoy. Por lo tanto, es posible que la imagen pictórica, conocido como pintura rupestre de Kanlitaş, pueda representar rocas en erupción y flujos de lava. La ilustración muestra una forma circular similar a un cráter en el medio, con una línea debajo que puede representar la lava que fluye desde el volcán.  Alrededor del cráter hay líneas que pueden representar respiraderos volcánicos, y huellas de manos sin el dedo pulgar, agregan los investigadores.
Es posible que estas personas antiguas estuvieran entre los primeros vulcanólogos del mundo, es decir, algunas de las primeras personas que vieron y luego registraron una erupción volcánica, dicen los investigadores.
El estudio fue publicado en la edición de mayo de Quaternary Science Reviews.







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