Una ancestral especie de humanos vivió en la meseta del Tíbet mucho antes que el hombre moderno, concluye una nueva investigación científica.
Investigadores de la Academia China de las Ciencias han descubierto evidencias de que los denisovanos, «primos en común» con los neandertales y humanos modernos, llegaron mucho antes de lo que se creía al interior de la meseta Tibetana-Qinghai, también llamada el «techo del mundo» por ser la más alta y grande del planeta.
Según recoge el portal Phys.org, el equipo descubrió miles de instrumentos de piedra —incluyendo cuchillos, escamas y otras herramientas— en el lugar conocido como Nwya Devu, el sitio arqueológico más antiguo y alto de la Edad de Piedra (paleolítico) conocido en todo el mundo.
Estos hallazgos apuntan a la presencia humana ya hace entre 30.000 y 40.000 años en la meseta, a alturas que alcanzan los 5.000 metros sobre el nivel del mar. Mientras tanto, datos anteriores indicaban que los humanos habían colonizado el área no antes del inicio del Holoceno, es decir, hace 11.650 años.
«Lo que sabemos es que los denisovanos dejaron su hogar en las montañas Altái en el sur de Siberia y eventualmente se abrieron camino hasta Melanesia (las islas al noreste de Australia), llevando con ellos su firma genética catacterística», explica el Dr. John Olsen de la Universidad de Arizona al sitio web New Scientist. «Una ruta lógica para tal migración pudo haber incluido el pasaje por la meseta tibetana».
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