Un suizo construyó el lugar tras haber recibido las órdenes desde una nave durante un avistamiento en la zona.
El pueblo de Cachi, en la provincia de Salta, Argentina, está dentro de un marco natural increíble. Ubicado al norte de los valles Calchaquíes y al pie del Nevado, sus 2.000 habitantes viven rodeados de belleza. Acostumbrados a recibir turistas de todas partes del mundo, hace unos años vieron que se paseaba por sus callejuelas pintorescas un extraño hombre de actitud venerable, vestido de negro con botas tejanas. Era el suizo Werner Jaisli, quien había cruzado el mundo siguiendo el llamado de las voces de hombres de otros mundos que lo guiaban hasta los cerros salteños.
«Si lo construyes, iremos», le dijeron —telepáticamente— los seres de otros mundos. Fue así como el suizo se pasó varios años (de 2008 a 2012) construyendo el ovnipuerto, a tan solo 4 kilómetros del pueblo.
El lugar, ubicado en un pequeño valle, sigue el diseño de una enorme estrella blanca de 36 puntas de 48 metros de diámetro; en el centro, hay otra pequeña estrella pero de 12 puntas. «Así me dijeron que lo haga, y lo hice», afirmó el autor de esta extraña base destinada a guiar a los habitantes de otros mundos a su llegada al suelo salteño.
Si Cachi es un sitio bello, rodeado de montañas que alcanzan los 5.000 metros de altura, la presencia de Werner Jaisli no desentonaba. Vestido como si fuera un sacerdote druida, afirmaba el porqué de sus botas tejanas: «Eso tiene una explicación: donde está el ovnipuerto, en Fuerte Alto, está lleno de víboras y de viudas negras».
¿Por qué hacer el ovnipuerto aquí en Cachi? Werner, contó su versión de los hechos:
Cierto o no, a 157 kilómetros de la capital provincial, en Cachi un suizo hizo el primer ovnipuerto del país con la esperanza que los seres que lo contactaron volvieran y se posaran en suelo salteño.
¿Se lo llevaron los aliens?
Sobre el excéntrico Werner no se sabe mucho, solo que la gente ya lo ha dejado de ver por las calles del pueblo y tampoco se sabe cuál es su paradero. Algunos aseguran que volvió a su país de origen, otros que se fue a Bolivia siguiendo «otro llamado».
«Acá la gente lo dejó de ver por las calles del pueblo y comenzó a tejer las más curiosas teorías. Hasta decía que se lo había llevado un plato volador. Eso no es así, se fue porque ya estaba cansado», aseguró desde la comuna David Zuleta.
En la actualidad, y tras la noticia del alejamiento de Jaisli, el ovnipuerto ha pasado a manos de la Municipalidad de Cachi, la cual lo promociona como un atractivo turístico más de esa localidad… y tal vez de la galaxia.
Fuentes: El Sol/El Tribuno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.