La Cultura Chachapoya se desarrolló aprox. en el año 800 de la era común, en la región norte del Perú, hasta el año 1470 cuando fueron conquistados por los Incas y perdieron su independencia política. Chachapoya significa “Gente de las nubes” en lengua aymara (chacha = gente, phuyas = nubes).
Luego de resistir fuertemente los avances incas durante cierto tiempo, los Chachapoya tuvieron que aceptar la derrota y pedir la paz. A pesar de algunas rebeliones Chachapoya en tiempos de Huáscar y Atahualpa, éstos no pudieron deshacerse del yugo Inca. A la llegada de los españoles prefirieron aliarse con los foráneos, mediante la famosa alianza “hispano-chacha”, en vez de permanecer bajo el dominio incaico.
La cultura Chachapoya consistió en una suerte de confederación de estados de diversos grupos étnicos, con similar tradición cultural. Dichos estados eran totalmente independientes entre sí y cada uno estaba controlado por un gran cacique.
Estas ciudades estado compartían un mismo idioma (diferente al quechua), así como costumbres y técnicas de cultivo similares, y se congregaban para las ceremonias religiosas o para defenderse del ataque de un pueblo enemigo.
Muchos de los cronistas españoles, como Cieza de León (1554), Sarmiento de Gamboa (1572), Acosta (1590) o Garcilaso de la Vega (1609) mencionan la provincia de Chachapoyas en la época de la conquista española, destacando la belleza de sus mujeres de tez blanca y su resistencia a los incas, quienes en ese tiempo habían ocupado la región por poco más de medio siglo.
La blancura y belleza de los Chachapoya es un hecho que llamó la atención de numerosos cronistas y exploradores, como Pedro Cieza de León, quien escribió en una de sus crónicas:
Al respecto, el arqueólogo Federico Kauffmann dice: “la presencia de gringuitos, relativamente abundantes en la cuenca del Huayabamba, ha dado pábulo a especulaciones sobre el origen vikingo de los chachapoya”. Por su parte, el explorador Gene Savoy sostiene que esto es consecuencia de una antigua migración vikinga a través del Amazonas.
De acuerdo a una investigación de más de 10 años del profesor Hans Eiberg, de la Universidad de Copenhague, la causa de los ojos azules fue una única mutación genética sufrida por un solo individuo hace entre 6.000 y 10.000 años, al noroeste del mar Negro.
Pero por extraño que parezca, hallar una representación con ojos azules en el pueblo Chachapoya no es tan sorprendente. Podemos encontrar cantidad de casos similares en muchas otras culturas ancestrales, además del territorio andino, entre los sumerios, egipcios e hindúes, para quienes los ojos azules eran estadísticamente tan improbables como para los antiguos andinos.
Lo que sí queda sin contestar es la pregunta de como llegó esa genética al continente americano.
Arquitectura
El Kuélap (en lengua nativa, “lugar frío”) es, sin duda, el monumento más grandioso de la cultura Chachapoyas. Se encuentra situado en un lugar inaccesible a 3.000 metros de altitud y a unos 25 km. al sudoeste de Chachapoyas, en el distrito de Tingo. Se trata de un conjunto fortificado de aproximadamente 450 hectáreas, conformado por distintos sectores, siendo el más importante Fortaleza.
Alrededor de esta ciudadela se puede apreciar una impresionante muralla de aproximadamente 30 m. de altura y 600 m. de largo. En su interior se ubican edificaciones por lo general circulares construidas de piedra con técnica detallada, estética, decorados con frisos romboides y figuras antropomorfas en alto relieve.
Los Chachapoyas desarrollaron un lenguaje simbólico común con motivos geométricos en forma de triángulos, rombos, serpenteadas y ornamentos cuadrados, que aparecen en los frisos de piedra de las viviendas circulares. Estos símbolos tuvieron un valor étnico y social, y sirvió para demostrar la fuerza de identidad local, mantenida a través del período Inca.
Costumbres Funerarias
En la cultura Chachapoyas existían dos tipos de tratamiento funerario: los mausoleos de piedra labrada, y los sarcófagos de arcilla, también llamados purunmachu. En el norte de Chachapoyas se encuentra la mayoría de los sarcófagos, como, por ejemplo, Carajía, Ayachaqui, Léngate y el Pueblo de los Muertos, mientras que en el sur se encuentran en su mayoría los mausoleos.
Se encuentran todos en lugares aislados y en lo alto de los precipicios de las montañas, la mayoría inaccesibles, en grutas o galerías.
Los sarcófagos cubrían el cuerpo del difunto que se encontraba en cuclillas y envuelto con tejidos. Entre las agrupaciones de sarcófagos destacan Chipuric, Petuen, Guan, y Ucaso.
Religión e Iconografía
Sus dioses eran la serpiente, el cóndor y el jaguar, y fueron representados en su arquitectura. La serpiente fue simbolizada por los frisos en forma de zigzag, y el ojo del jaguar por los frisos romboidales.
Las serpientes, los monos, los felinos y las aves fueron seres importantes dentro de la cosmovisión Chachapoya.
Pedro Cieza también dice que los Chachapoya “…van vestidos con ropas de lana y tienen grandes rebaños de ovejas, adoran serpientes y tienen al cóndor como su dios principal”.
Trepanaciones
Hace 1.000 años en Perú hubo un gran desarrollo de trepanaciones craneales, que se usaban no solo para curar lesiones y enfermedades, sino para curar dolencias psicológicas, según un estudio.
Pintura Rupestre
Además de su arquitectura y costumbres funerarias, los Chachapoya nos dejaron sus pinturas rupestres con ciertas estructuras reconocibles por todo el mundo, como espirales, círculos concéntricos y también las figuras antropomórficas llamadas “kanaga” por los Dogon de Mali, “Salavi” por el pueblo Hopi de USA.
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