ABDUCCION DEL MESIAS: FINAL DE LA MISION TIERRA

Planeta azul continúa escudriñando los hechos que sucedieron, durante la estadía del mesías en la tierra, para dar cumplimiento al plan maestro, el cual llevaba implícito, la creación del monoteísmo. En aquellos días los dioses habían dejado la tierra, porque a raíz de su convivencia con los humanos, estos los habían dejado de ver como dioses y los veían como simples mortales con poderes sobrenaturales, para dominar la naturaleza, por tanto era necesario crear la religión monoteísta, para dominar mediante el culto religioso a la raza humana, recordemos que ya se había hecho el experimento durante el reinado del faraón Akenaton, y posteriormente con Moisés. Los Elohim se habían hecho cargo de todos los pormenores del advenimiento del mesías, quien fue conocido como Jesús, el cual vivió una infancia normal hasta los 12 años. Todos nos hemos preguntado que ocurrió durante los años transcurridos entre que Jesús fue encontrado en el Templo y el comienzo de su ministerio público. Jesús vivió una vida asombrosa. Como se sabe, fue un Hijo Divino de Dios, encarnado en este planeta, como un bebé indefenso, hijo de una virgen, fue implantado en el vientre de su madre mediante el poder de la tele transportación. Era verdaderamente humano, así como verdaderamente divino (hibrido), y como humano vivió el mismo tipo de vida que todos los humanos; nació, tuvo padres, tuvo compañeros de juego, fue a la escuela, aprendió a trabajar con la
 madera, tocó un instrumento musical, fue popular entre sus semejantes y como joven adulto, viajó por el mundo. Fue un buen estudiante y un buen hijo; tuvo hermanos y hermanas, y se convirtió en un padre-hermano para ellos tras la repentina muerte de José, cuando Jesús tenía 15 años de edad. Vivió un tipo de vida normal y sin pretensiones, con todos los altibajos a los que la mayoría de personas están sujetos, no de modo distinto a sus contemporáneos. Y durante esta vida física que vivió, también tuvo una rica vida interior en la que fue consciente gradualmente de quién era y cuál iba a ser su verdadera misión en este planeta. Esto es, por supuesto, lo que hacía a Jesús diferente a todos los demás. Pues Jesús descubrió con 14 años, cuál iba a ser esa misión (crear las bases para el monoteísmo), y quién era realmente (un hibrido extraterrestre). Después de eso, toda su vida estuvo centrada en las formas y medios de ejecutar su misión de acuerdo al plan establecido. Los evangelios relatan el nacimiento de Jesús, y el subsiguiente viaje a Egipto para librarse de la furia de Herodes (Mateo 2:13-23). Hay una referencia general a que María y el joven Jesús vivieron en Nazaret (2:23 Mateo; Lucas. 2:39-40). También hay un relato aislado de la visita de José, María, y Jesús a la ciudad de Jerusalén para celebrar la Pascua, cuándo Jesús tenía doce años de edad (Lucas 2:41-50). Después de ese episodio, hay una laguna en la historia que cubre dieciocho años en la vida de Cristo (desde los 12 a los 30 años). Aparte de la alusión genérica de que Jesús avanzaba en sabiduría, estatura, y en el favor de Dios y el hombre (Lucas 2:52), la Biblia no dice nada más acerca de la vida de Jesús durante este período de tiempo. Una suposición común entre los cristianos es que Jesús simplemente vivió en Nazaret durante ese período, pero hay varias informaciones que afirman que este periodo de silencio se debe a viajes de Jesús a la India y otros lugares. Para poder realizar la misión, Jesús debía conocer al milímetro la civilización de su tiempo y para ello debió trasladarse físicamente a todos los centros civilizados que existían entonces para predicar y abonar el carácter monoteísta sobre la faz de la tierra. Los teóricos de los antiguos astronautas han afirmado haber encontrado pruebas de la existencia de escritos en India, el Tíbet Persia, Asiria, Grecia y Egipto, que apoyan la creencia de que Cristo estuvo en esos lugares durante este periodo de su vida, con todos los tropiezos que significaba para aquella época realizar tan largo viaje, no pudo ser de otra forma sino con la ayuda de tecnología extraterrestre. Así como también citan, antiguas creencias en varios lugares de la India de que Jesús pasó por allí en la antigüedad. Afirman que el budismo tuvo una influencia sustancial en la vida y las enseñanzas de Jesús. Sostienen que Jesús fue influenciado por las enseñanzas y prácticas de los “Terapeutas”, descritos por los autores como maestros de la escuela Budista Theravada que estaba establecida en Judea. Aseveran que Jesús vivió la vida de un budista ideal y enseñaba el budismo a sus discípulos; su trabajo sigue los pasos, del erudito del Nuevo Testamento Oxford Barnett Hillman Streeter, quien estableció ya en la década de 1930, que la enseñanza moral de Buda tiene cuatro parecidos notables con el Sermón de la Montaña”. Según sostienen la vida pasión y muerte de Jesús se vio signada por una serie de acontecimientos sobrenaturales a los que la biblia califica como milagros (tecnología avanzada mal interpretada), los cuales según el plan maestro de los Elohim debían crear en la conciencia humana las bases de la religión monoteísta; pero centrémonos en los hechos acaecidos a partir de la muerte de Jesús. Según cuenta la Biblia, Jesús regresó de entre los muertos y caminó por el desierto durante 40 días antes de ascender al cielo. Una parte de la vida de Jesús, apenas conocida, ya que el Nuevo Testamento cuenta muy poco acerca de este milagro fundamental de la fe cristiana. Para que el plan maestro tuviera efecto en sentar las bases del cristianismo, tenían que cumplirse las profecías y Jesús debía resucitar de entre los muertos al 3er día. Este hecho sobre natural solo pudo realizarse con algún tipo de tecnología extraterrestre utilizada por los Elohim, similar a la que Jesús utilizo para resucitar a lázaro. La «resurrección» constituye un símbolo de la trascendencia, que se relaciona en parte con la creencia, ya presente en pueblos de la antigüedad, en la posibilidad de una «vida después de la muerte». Pero la concepción bíblica del término «resurrección», que experimentó una evolución lenta a través de la Biblia hebrea, de los libros griegos del Antiguo Testamento, y del Nuevo Testamento, y que continúa presente en el Judaísmo, en el Cristianismo, y en el Islam, no tiene punto de comparación con el ideario antiguo de inmortalidad, típico de la concepción griega. Entendida en las Sagradas Escrituras. Desde la antigüedad, la resurrección se consideró el símbolo más indiscutible de la manifestación divina, ya que se suponía que el secreto de la vida no puede pertenecer más que a la divinidad. Durante la etapa final de la misión de Jesús en la tierra, también sucedieron hechos sobrenaturales que fundaron las bases de la fe cristiana en el consiente colectivo de la raza humana y marcaban el éxito de la creación del culto monoteísta, tales hechos se describen en las 10 apariciones de Jesús antes de su ascensión (abducción). La primera aparición ocurrió al 3er día de la crucifixión. Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella, en esta visión se describe el temblor que produjo el movimiento de la piedra a través de energía anti gravitatoria y el descenso desde un brillante ovni de un astronauta. Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: «No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, y vayan en seguida a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán» Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto… María Magdalena al igual que todos estaba quebrantada en llanto y dolor por esto en medio de su desesperación no reaccionó al ver a los ángeles. Ella simplemente se volvió y vio la figura de un hombre que estaba cerca. Al verlo con los ojos empapados de lágrimas, ella debe haberse preguntado quien era. Sólo podemos imaginar la emoción increíble y la alegría que María Magdalena debe haber experimentado en ese momento que Jesús la llamó por su nombre y ella lo reconoció en su forma trascendente. Para el momento de la 2da aparición María Magdalena se había acercado a las otras mujeres y les había contado de lo sucedido en el huerto y de las palabras de los ángeles; después relacionando todo con lo que habían visto, con temor y gran gozo; justo antes de alcanzar lo encomendado por los ángeles (antiguos astronautas), Jesús se les apareció con una túnica larga y blanca resplandeciente diciéndoles  ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán” (Mateo 28:9-10). La 3ra aparición de Jesús a San Pedro consta solo en la 1ª Cor. 15, 3-5. Parece ser que  después de haber visto Pedro el sepulcro vacío se dirigió a su casa y allí sería el lugar, porque sucedió a él solo, antes que a los doce. Pedro se hizo digno por su solicitud, por su fe, por su entrega y arrepentimiento a la aparición de Jesús. La cuarta aparición a cleofas y a su compañero al atardecer. Cabe destacar que Lucas es el único en recordar esta aparición de Jesús a Cleofás y su compañero de camino,  ¿Por qué Lucas es el único en recordarlo? Él pone un especial interés en las otras tradiciones no apostólicas, a diferencia de los otros evangelistas que recuerdan y se preocupan de las tradiciones apostólicas porque la Iglesia mira a los apóstoles como testigos de la resurrección de Jesús. La quinta aparición fue a los apóstoles sin tomas a media noche. El domingo de la resurrección fue un día terrible en la vida de los apóstoles; diez de ellos pasaron la mayor parte del día en el aposento alto tras puertas aseguradas. Estaban hablando, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz sea con vosotros».  Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero él les dijo: « ¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón?». Posteriormente darán testimonio de su propia experiencia. Aportarán su vivencia de los hechos como testimonio de que Jesús está vivo. La sexta aparición a Tomás. Una semana después Jesús apareció de nuevo en el aposento alto en Jerusalén a los apóstoles, pero esta vez ya estaba Tomas quien no había creído de la resurrección de Jesús. La séptima aparición a 7 de sus discípulos al amanecer sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el mellizo, Natanhael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos pescando y lo reconocieron por que no habían pescado nada y Jesús les dio buena pesca y había hecho una hoguera para preparar la cena. Lo que nos lleva a deducir es que el Señor se aparece junto al mar de Tiberíades, el lugar es el mar, la escena que nos lleva a Galilea y los discípulos han vuelto a sus actividades normales. La octava  aparición fue la gran comisión en galilea. Según Mateo, Jesús se dio cita con sus discípulos en un cerro de Galilea. Cada uno de los once apóstoles estuvo presente y le adoró, pero otros todavía dudaban. Sin embargo, Jesús en cuerpo glorificado (holograma) se les acercó y les dio una especie de mensaje de despedida que envolvía una afirmación definitiva de su poder universal, un mandato sobre la misión universal de ellos en lo que les quedaba de vida y unas palabras de consuelo prometiendo siempre acompañarles dondequiera hasta la consumación de la edad. Evidentemente, éste fue el momento cuando Jesús apareció a más de quinientos hermanos, la mayoría de los cuales todavía vivían cuando Pablo escribió su primera carta a los Corintios. De manera que muchos de ellos todavía podían dar fe de que Jesús vivía. La novena aparición a Jacobo y a los discípulos. Esta aparición es una de las más olvidadas. La aparición corporal a Santiago (Jacobo) (1 Cor 15:7). Según Pablo, el Señor apareció a Santiago (Jacobo), el hermano de Jesús. Es de suponerse que se llevó a cabo en algún sector de Galilea y que era la experiencia que le convenció terminante de que Jesús era el Mesías vivo. La aparición corporal a los dicipulos y otra comisión misionera (Lu 24:44-49; Hch 1:3-8). En esta aparición corporal Jesús les recordó de sus predicciones en varias ocasiones acerca de Su muerte y resurrección y que todo eso era necesario para cumplir las profecías mesiánicas en todo el Antiguo Testamento. Además, recalcó su mandato misionero. Comenzando en Jerusalén pero llevando el evangelio de Jesús a todas las naciones, tenían que pregonar el arrepentimiento del pecado y su perdón a base de la muerte y la resurrección de Cristo. Evidentemente con la secuencia de apariciones antes expuesta, la misión había logrado disipar dudas y afianzar la creencia en el consiente colectivo de que Jesús había resucitado, dando origen a la fe cristiana en la resurrección. La décima aparición y última, ocurrió ante los dicipulos. Un gran acontecimiento tuvo lugar en la última aparición a sus discípulos y fue la ascensión. La última aparición corporal y la ascensión de Jesús al cielo ([Mr 16:19-20]; Lu 24:50-53; Hch 1:9-12). Según Lucas, Jesús llevó a los discípulos de Jerusalén a Betania; con sus manos alzadas los bendijo a la vez que subió al cielo. Según los Hechos, Jesús ascendió al cielo hasta ser escondido en una nube, es decir fue abducido mediante energía antigavitacional e introducido en la nave nodriza que lo sacaría para siempre de la atmosfera de la tierra, planeta en el cual había terminado su misión junto a los Elohim. Mientras los dicipulos miraban, dos seres semejantes a los hombres les comunicaron la promesa del regreso del Señor a la tierra de igual manera para el año 2000, hecho que no ocurrió, tal vez porque la religión judeocristiana ha sido el más exitoso medio de dominación en masas desde hace más de 2000 años. Conforme a los evangelios esta ascensión puso fin definitivo a las apariciones de Jesús que a la vez daba paso a la venida del prometido Consolador. Así que la partida para siempre de la presencia física de Jesús es definitiva, pues entró en una vida imperecedera, eterna, celestial, invisible, incomprensible y totalmente diferente; esta caracterización define claramente la vida en el espacio, la cual para aquella época, era incomprensible para los humanos. En consecuencia, para el éxito de la dominación masiva, se crea la creencia de que los más bendecidos son los que creen sin verle físicamente. Su ascensión también induce a la conclusión lógica de que un cuerpo glorificado espiritualmente, que haya vencido la muerte para siempre. Hace quedar en claro que el Ascendido vive por la eternidad intercediendo y ayudando a su pueblo. Y en eso pasa la vida el ser humano invadido por un conformismo celestial, esperando el regreso del mesías.














RECOPILACION INVESTIGATIVA: ING. REYNALDO PEREZ MONAGAS

articulo publicado en...https://rey55.wordpress.com/2014/09/