La República de Mauricio es un país insular localizado en el suroeste del océano Índico, a unos 900 kilómetros de Madagascar y a 3.800 kilómetros del extremo sur de la India. Además de la isla de Mauricio, la república incluye las islas de San Brandón o Cargados Carajos, Rodrigues y las islas Agalega.
Originalmente, durante la Edad Media, Mauricio fue llamada Dina Arobi por navegantes árabes, los primeros en visitarla. Posteriormente, a comienzos del siglo XVI, marineros portugueses la encontraron deshabitada, y en 1598 una escuadra holandesa al mando del almirante Wybrand Van Warwijck la denominó isla Mauricio en honor al príncipe Mauricio de Nassau.
De origen volcánico, Mauricio es, geológicamente hablando, una isla muy joven con una edad que gira “solamente” entre los 7 y los 10 millones de años. Sin embargo, según informaciones publicadas por el diario español ABC, un equipo de expertos ha descubierto que en algunas de sus rocas pueden encontrarse pequeños fragmentos minerales datados en hasta 3.000 millones años de antigüedad. Esto es posible porque procederían de un continente perdido ubicado bajo la isla y que los investigadores, miembros de la sudafricana Universidad del Witwatersrand, han bautizado como Mauritia. Sus conclusiones han sido publicadas en la prestigiosa revista Nature Communications y, según ellas, dichos fragmentos minerales son la prueba de la presencia de una antigua placa continental bajo la isla.
Localización de posibles fragmentos continentales en el Océano Índico. Entre ellos estarían Mauritia (de color castaño en el mapa), y la dorsal de Laxmi junto con las Seychelles (en amarillo).
«Estamos estudiando el proceso de separación de los continentes para entender la historia geológica del planeta. La Tierra está formada por dos partes: los continentes, que son antiguos, y los océanos, que son más jóvenes. Sobre los continentes encuentras rocas de 4.000 millones de años, pero no hay nada parecido a eso en los océanos, que son el lugar donde se forman las nuevas rocas», ha explicado en un comunicado Lewis Ashwal, principal autor del estudio.
Durante el año 2013 los investigadores ya comenzaron a sospechar que bajo Mauricio existía un continente perdido. Por aquel entonces descubrieron la presencia de pequeñas trazas de minerales antiquísimos en la arena de las playas. Pero en esta ocasión, los han detectado en el interior de las rocas, de modo que han podido descartar que esos minerales hubieran llegado hasta allí a través del viento.
«Mauricio es una isla, y sobre ella no hay ninguna roca que tenga más de nueve millones de años. Sin embargo, al estudiar algunas de sus rocas hemos encontrado zircones de hasta 3.000 millones de años. El hecho de que hayamos encontrado circones con esa antigüedad prueba que bajo la isla hay una corteza mucho más antigua que solo pudo originarse a partir de un continente», apunta Ashwal en declaraciones recogidas por ABC.
El investigador Lewis Ashwal recogiendo muestras de las rocas de la isla.
Los circones son los minerales más antiguos conocidos de la Tierra y uno de los minerales más abundantes en la corteza terrestre. Tanto es así que se ha conseguido recuperar un circón datado en unos 4.400 millones de años de antigüedad, alzándose así como el objeto más antiguo de origen terrestre que se conserva en la actualidad.
Además, ahora los científicos han sugerido que aquel pedazo de corteza terrestre formaba parte del supercontinente de Gondwana. Al menos así habría sido hasta que hace unos 200 millones de años esta colosal formación comenzó a separarse en porciones menores como consecuencia de las tensiones de las placas tectónicas. Una división que provocó el nacimiento del océano Índico y la aparición de los bloques continentales que originaron India, África, Australia y la Antártida.
De este modo, hace unos 85 millones de años Mauritia era un pequeño continente de un tamaño cuatro veces inferior a la actual Madagascar, y encajado precisamente entre esta isla y el continente indio. Pero a medida que estas dos masas se separaron, Mauritia también comenzó a estirarse y a romperse. Por eso sus restos quedaron fragmentados y dispersos por el Índico, mientras que sus vecinos, mucho mayores, sobrevivieron en la superficie.
Situación de los supercontinentes de Laurasia y Gondwana hace 200 millones de años.
«Según nuestros resultados, esta ruptura no consistió en una simple separación del antiguo supercontinente de Gondwana, sino en un complejo astillamiento que implicó que muchos fragmentos de corteza continental, de tamaños muy variables, quedaran a la deriva en la cuenca del Océano Índico», ha explicado finalmente Lewis Ashwal.
Autor: Mariló T. A.
articulo publicado en...http://www.ancient-origins.es/noticias-ciencia-espacio/encuentran-rastros-mauritia-la-desaparecida-atl%C3%A1ntida-oc%C3%A9ano-%C3%ADndico-004010?nopaging=1
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