Senenmut fue uno de los personajes más cercanos a la famosa reina Hatshepsut. Su impresionante tumba alberga misteriosas pinturas que sugieren que no solo era arquitecto y alto funcionario del gobierno, sino también astrónomo.
La tumba fue descubierta en la primera mitad del siglo XX por un equipo encabezado por el arqueólogo estadounidense Herbert Winlock. Winlock era director de la Expedición Egipcia del Museo Metropolitano de Arte. Su equipo trabajó en la tumba entre los años 1925 y 1927.
La tumba es conocida habitualmente como TT353. Aunque por lo general se considera que está vinculada a Senenmut, podría no ser el lugar donde se dio a este misterioso personaje una sepultura digna de la realeza. Probablemente fue enterrado en otra tumba tebana: TT71. Sin embargo, esta segunda hipótesis tampoco es segura, por lo que algunos investigadores han planteado la posibilidad de que fuera enterrado en una tercera tumba, desconocida hasta el momento.
La tumba TT353 se encuentra en el yacimiento arqueológico de Deir el-Bahari, muy cerca del templo de Hatshepsut, considerado por algunos especialistas obra de Senenmut. Aunque sus cámaras funerarias no albergan los más increíbles tesoros del antiguo Egipto, las decoraciones de su techo son realmente impresionantes.
Ostracón hallado entre los desechos que se encontraron bajo la capilla funeraria de la tumba de Senenmut
Una tumba en la que se observan los Cielos
La tumba ha sido datada en la época de la Dinastía XVIII, hacia el 1473 a. C. No constituiría un hallazgo de gran interés de no ser por sus techos y bellas pinturas. Las paredes de la tumba se encuentran decoradas con impresionantes diagramas celestiales. En los paneles norte y sur se observan constelaciones circumpolares, representadas bajo la forma de discos. Cada una de ellas presenta las 24 horas del día, deidades egipcias y los ciclos lunares. Es interesante destacar que las constelaciones que figuran en estos diagramas son bien conocidas por los estudiosos actuales. Por ejemplo, en uno de ellos se puede observar la Osa Mayor. Las pinturas de esta tumba demuestran que los antiguos egipcios ya conocían esta constelación.
Los egiptólogos también descubrieron que la decoración de la tumba representa el círculo de la vida en relación con las estaciones del año. Los cuatro círculos de la parte superior de la pintura, por ejemplo, hacen referencia a Akhet: un período del año que abarcaba desde julio hasta octubre.
Otros dos círculos nos muestran la estación de la siembra, denominada Peret, que empezaba en noviembre y acababa en febrero. Los últimos cuatro círculos representan la estación de la cosecha, que recibía el nombre de Shomu e iba de marzo a junio. Además de todos estos elementos, en el diagrama también figuran las estrellas del Dragón (pintadas como un hipopótamo), la Osa Mayor, Sirio y Orión. Pero lo que más llama la atención de estas pinturas es la ausencia del planeta Marte.
Sección inferior de la carta celeste que decora la tumba de Senenmut.
En busca de Marte
Según los especialistas en astroarqueología, el lado sur del techo de la tumba fue decorado con un mapa celeste datado en el año 1534 a. C. En este mapa se observan diversos planetas como Mercurio, Venus, Júpiter y Saturno. Sin embargo, no aparece ninguna representación clara y reconocible de Marte.
Es posible que Marte aparezca pintado como la barca vacía que se observa por el oeste. De ser así, podría tener relación con el hecho de que el movimiento de Marte era retrógrado (no estaba alineado con los demás planetas) por aquel entonces. En opinión de los astroarqueólogos este hecho tuvo lugar hacia el 1534 a. C.
Pinturas con las que se decoró el techo de la tumba de Senenmut
La posible explicación podría estar relacionada con este movimiento planetario, que aparentemente se desarrolla “a la inversa” de lo habitual. Se trataba de un fenómeno bien conocido en el antiguo Egipto, por lo que el símbolo de la barca vacía es posible que pueda identificarse con la posición de Marte en aquellos días.
¿Decoración o representación de la realidad?
Los investigadores suponen que la decoración astronómica de la tumba fue además copiada de un papiro. Quizás un documento creado por el propio Senenmut en el que el antiguo funcionario presentaba los resultados de sus propias observaciones.
Fragmentos de las pinturas que decoraban los techos de la tumba de Senenmut (SAE 71). (
Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con esta hipótesis. Según Juan Antonio Belmonte y Mosalam Shaltout, es un error analizar las pinturas de estos techos como si se tratara de un estudio científico realizado por Senenmut:
Podemos concluir que las pinturas astronómicas del techo de la tumba de Senenmut, situada en Deir el Bahari (TT353), no representan ningún acontecimiento astronómico real, sino más bien un diagrama celeste esquemático que podría haber sido utilizado con anterioridad para decorar relojes de agua (en los que no aparecía Marte entre los planetas exteriores porque Horakhty ya había sido representado en algún otro lugar como manifestación del dios del sol Ra). Este diagrama fue copiado en el techo de la primera cámara de la tumba 353, incorporándose nuevos elementos que resultaban relevantes para la situación personal de Senenmut, como el “nuevo” nombre femenino del planeta Saturno, la imagen aparentemente fuera de lugar del “hombre erguido” (¿la constelación Nekht?) o los círculos horarios mensuales (¿primer e infructuoso intento de representar las cartas estelares de los relojes ramésidas?), elementos que no se repiten en ningún otro diagrama celeste.
Pinturas decorativas del techo de la tumba de Senenmut
La importancia de unas pinturas decorativasLos secretos de Senenmut
Se desconoce por qué nunca se acabó la tumba, y si su propietario tuvo que ser enterrado en otro lugar. Cuando se exploró la tumba TT353, sus pinturas ya estaban estropeadas, pero aún eran fáciles de identificar. El descubrimiento de estas pinturas ha ayudado a los investigadores de muy diferentes maneras. En primer lugar, la tumba es uno de los más grandiosos ejemplos que documenta la astronomía egipcia, un campo científico de gran importancia desde las primeras dinastías.
En segundo lugar, este techo nos muestra cómo los antiguos egipcios interpretaban la relación entre mitología y astronomía, y también qué detalles eran importantes a la hora de describir las fases de la luna, las estaciones del año, y la comprensión de los cielos que se encontraban aún más allá.
Los secretos de Senenmut
En la literatura se menciona habitualmente a Senenmut como un noble de la corte de Hatshepsut, o incluso como personaje de una historia de amor aludiendo a su posible relación con la reina-faraón. Esta hipótesis nunca ha sido confirmada, aunque cuenta con numerosos defensores, así como con gran cantidad de detractores.
Estatua de Senenmut arrodillado.
De cualquier manera, el más grandioso legado de Senenmut sigue en el interior de una de sus tumbas. El alto funcionario egipcio dejó al mundo un impresionante mensaje que nos cuenta cómo interpretaba su sociedad el paso del tiempo, las estaciones y el universo. Esta decoración aporta también información sobre el calendario de los antiguos egipcios y su representación de los dioses relacionados con aspectos específicos de la astronomía del antiguo Egipto.
Autor: Natalia Klimczak
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