Manantial ceremonial relacionado con el tesoro escita de Witaszkowo |
Hace más de 130 años, en la zona de Witaszkowo, en la actual provincia polaca de Lebus, un agricultor descubrió decenas de piezas de oro que databan del siglo VI a. C. y que pronto se asociaron a la presencia de los escitas en esas tierras. Sin embargo, hasta hace poco los arqueólogos no han conseguido determinar la ubicación exacta del descubrimiento ni de poner un contexto.
El tesoro, que pesaba casi 5 kilos, estaba compuesto por un adorno con forma de escudo, un colgante, una aljaba con forma de un pez decorado con escenas de caza, un acinaces (espada corta) escita, una daga y otros accesorios relacionados. En la actualidad, la mayoría de las piezas se encentran en la Colección de Antigüedades Clásicas (Antikensammlung) de Berlín. Los científicos asumieron que presuntamente los artículos pertenecían a un líder escita que murió durante una lucha contra la población local de la cultura lusaciana.
Pez de oro del tesoro escita de Witaszkowo |
Durante mucho tiempo, desde finales de la Segunda Guerra Mundial, los arqueólogos polacos buscaron infructuosamente el lugar del descubrimiento del tesoro. Pero no ha sido hasta los años del 2001 al 2004, en el área de Witaszkowo, cuando se ha llevado a cabo un estudio que, como veremos, ha sido crucial.
La investigación, que ha sido dirigida por el profesor Zbigniew Kobyliński y el doctor Louis Daniel Nebelsick, ha concluido con la divulgación de un libro, llamadoContextualización del Tesoro de Vettersfelde / Witaszkowo, publicado por la Fundación Arqueológica de Zielona Góra, en el que se exponen los resultados obtenidos.
En el estudio, que ha conllevado el análisis de varios documentos extraídos de los archivos de los museos de Berlín y un exhaustivo trabajo de campo, se ha identificado el lugar original del descubrimiento del tesoro. Se trata de un terreno de una granja situada entre las actuales poblaciones de Witaszkowo y Kozów.
Durante las excavaciones descubrieron una especie de manantial ceremonial amurallado con piedras, en el que había numerosos cuencos con omphalos, u “ombligos” convexos en la parte inferior, supuestamente consagrados e inspirados en los antiguos vasos de libación de los rituales griegos. La celebración se llevaba a cabo vertiendo allí ciertos líquidos como sacrificios para los dioses. En Polonia, los hallazgos de este tipo sólo se conocían asociados al mundo funerario.
En el mismo lugar, los arqueólogos han descubierto cuentas de vidrio únicas, probablemente procedente de las estepas del Mar Negro. Además, el espacio cercano al manantial apareció cubierto de adoquines y una parte de la superficie estaba quemada. Incluso se ha encontrado los restos de un puente de madera que conducía de esa gran hoguera al manantial.
El análisis metalográfico de objetos de oro demostró que nunca se habían utilizado, aunque tenían signos de fuego. Según los investigadores, todo apunta a que se trataba de un lugar de adoración a las deidades del agua. Los rituales que allí se celebraban conllevaban libaciones y quema de objetos de valor, que luego eran colocados en el manantial. Entre ellos estaba el “Tesoro de Witaszkowo”, que fue ofrecido por los escitas como un regalo diplomático a los jefes locales, según especulan los especialistas.
Se puede concluir, por tanto, que los escitas no sólo destruían y saqueaban, sino que también trataban de asegurar el control de las rutas comerciales y de establecer unas buenas relaciones con las poblaciones locales. Según el profesor Kobyliński, este hallazgo les permitió rechazar la anterior creencia de que el “Tesoro de Witaszkowo” era un botín de guerra capturado por la población local durante una batalla contra sus invasores o la tumba de un jefe escita.
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