Hallados nuevos restos de un embarcadero romano en la Isla de Lobos (Fuerteventura)

HAN SACADO A LA LUZ UNA PLATAFORMA DE PIEDRA QUE PODRÍA HABER SIDO UTILIZADA POR LOS ROMANOS COMO ZONA DE EMBARCADERO 
Las últimas excavaciones arqueológicos en Isla de Lobos han sacado a la luz «una plataforma limítrofe a la costa» que podría haber sido usada como el embarcadero a través del cual se cargaban de púrpura los navíos romanos para su distribución por el Imperio. Los yacimientos de Lobos están datados entre los siglos I a. C. y I d. C.

El equipo de arqueólogos que trabaja en las tres excavaciones arqueológicas que, hasta ahora, se han localizado en elislote de Lobos no descarta la existencia de un área de embarcadero. “Uno de los sondeos corresponde a un área de plataformas limítrofe a la costa, que es una zona de sotavento, que se utiliza en la actualidad y tradicionalmente para amarrar los barcos y que, por tanto, hemos de pensar que funcionaba también así en la época romana. En ese espacio aparece material de tipo fundamentalmente anfórico, con lo cual parecería corresponder, en principio, a un área de embarcadero”, según dijo Carmen del Arco, directora de la excavación y catedrática de Prehistoria de la Universidad de La Laguna.
En el yacimiento bautizado como Lobos 1, situado en la playa de la Calera o La Concha, destaca "la apertura de un espacio amplio que define unas estructuras arquitectónicas complejas, formadas por varios recintos que se adosan, tienen paredes medianeras y que terminan por besar con el afloramiento volcánico en la trasera de la playa, lo que se conoce geológicamente como un hornito".
Dentro de estas estructuras, se han localizado "dos nuevos cúmulos de concheros de Stramonita especializadas, con patrón de fractura, con el instrumental específico del trabajo de este molusco, consistente en yunques de piedra con sus mazas, igualmente anzuelos de bronce, pesas de red de plomo, es decir, un conjunto que habla con efectividad de las tareas extractivas y del procesado de la púrpura".
Del Arco asegura que estos últimos hallazgos confirman que se trata de "un yacimiento único en los territorios más meridionales del Imperio y que termina por consolidar la idea de que la geografía y los recursos económicos de estos territorios se imbricaron en las pautas económicas de explotación en la época alto-imperial".
Además, se han hecho sondeos en otros tres puntos, en concreto en el tramo de litoral entre la playa de La Concha y el muelle. Uno resultó estéril y los otros dos "prometen muchísimo". Entre ellos se encuentra la zona de embarcadero que se ha descrito al principio.
El otro sondeo fructífero está en una zona al abrigo de los vientos, entre dos conos volcánicos: "Todos los indicios en el sector excavado por ahora son elementos domésticos: estructuras de combustión, ajuar de mesa, ajuar de cocina, algunos restos de fauna terrestre, con lo cual hablo de un área de procesado de alimentos2. Del Arco añade que en esta área también "hay en superficie abundantes restos de Stramonita procesados, con lo cual en algún momento, cuando sigan los trabajos, con probabilidad se podrá encontrar en ese entorno focos de concheros".
En las excavaciones de Lobos han participado un equipo de 12 arqueólogos trabajando al mismo tiempo. Desde que comenzaron los trabajos se han hallado una gran cantidad de objetos de época romana: yunques, machacadores de piedra, punteros de bronce, ajuares de cocina y mesa, lucernas, ánforas y hasta una fíbula.
Hasta ahora sí se habían localizado en Canarias de forma puntual otros restos de cerámica de torno relacionada con las culturas clásicas del Mediterráneo, pero la singularidad del yacimiento de Lobos radica en que la cerámica aparecería ya contextualizada en un emplazamiento concreto y con actividad también relacionada con la obtención de tintes para su posterior comercialización.
Los tejidos teñidos de púrpura gozaron de gran popularidad en todo el mundo antiguo, desde los fenicios hasta los romanos. Eran considerados objetos de lujo y signo de distinción social, hasta el punto de que el propio Estado controlaba su monopolio y se organizaban expediciones comerciales y militares en busca de los productos necesarios para su elaboración. También se establecieron bases en la costa africana atlántica para su extracción.
El proyecto de excavación afronta su cuarta campaña y se desarrolla en virtud de un convenio entre los cabildos de Fuerteventura y de Tenerife y la Universidad de La Laguna. 



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