sábado, 23 de marzo de 2013

¿Quiénes son los 144.000 que menciona Apocalipsis?

Los 144.000 maestros ascendidos y la energía Avatar. El papel de los trabajadores de la Luz.Amados trabajadores de la luz. Venimos ahora para ayudarles desde los planos superiores de la conciencia, su propia conciencia en un plano, en una dimensión que trasciende el simple mundo material de lo que hemos llamado 3ª dimensión, pero que no deja de ser ustedes mismos en un reino superior. Recuerden las palabras de su maestro que caminó por la Tierra hace 2.000 años para enseñarles la realidad de la Ascensión que transciende la falsedad de la muerte también en el plano material: "Mi Reino no es de este mundo". Palabras difíciles de entender, por toda la grandeza de su profundo significado, para la mente limitada atada a la ilusoria percepción de una sola realidad captada por los sentidos del cuerpo material. Palabras, sin embargo, que contenían todo el significado multidimensional que ahora están ustedes viviendo en sus experiencias internas y que su ciencia está ratificando de manera asombrosa y desconcertante también para esa vieja mente limitada que ahora se enfrenta a su final, la mente que sus maestros y tradiciones espirituales referenciaron con el término "ego", para referirse a esa entidad individualizada y ilusoriamente separada de su propia realidad divina espiritual. El mesías colectivo es la Energía Crística manifestada en la conciencia colectiva humana. Muchas veces les hemos hablado del concepto de "masa crítica". La masa crítica es el número de mentes individuales conectadas a su esencia Divina necesario para que el nuevo paradigma de la Conciencia Crística quede implantado en el mental colectivo de la Tierra. Amados trabajadores de la luz, esa masa crítica no se ha alcanzado todavía en la Tierra debido a la enorme inercia de la vieja conciencia y de su viejo mundo, pero tendrá que alcanzarse de una manera muy rápida y acelerada en lo que va desde el actual solsticio de junio del 2011 hasta el equinoccio de marzo de 2013 para que la conciencia humana quede en equilibrio y al mismo nivel que la nueva energía del planeta y del Sistema Solar. La ascensión de la Tierra es un evento cósmico que corresponde a un ciclo y al plan divino del Creador que se decretó al comienzo del tiempo. Es la energía Avatar a través de la cual han encarnado en la Tierra todos los maestros y mensajeros de la conciencia Crística en todas las tradiciones y vías espirituales desde el comienzo de la creación y la energía a través de la cual ese despertar colectivo ahora en la Tierra se tendrá que producir en la forma del número mínimo de 144.000 maestros ascendidos, seres humanos que hayan transcendido la muerte y la dualidad, caminando sobre la Tierra en unión a su Conciencia Divina. Esa es la masa crítica necesaria para que la nueva realidad física de 5ª dimensión sea visible para la mayoría de los seres humanos encarnados actualmente sobre la Tierra y que garantizará la aparición de esa Nueva Tierra sin la necesidad de una gran convulsión ni destrucción masiva. El papel de los trabajadores de la Luz Ustedes, los trabajadores de la luz, son los "voluntarios". Los voluntarios del Espíritu que eligieron encarnar bajo la energía Avatar en estos momentos estelares sobre la Tierra para hacer el gran trabajo de limpiar sus mentes y su cuerpo energético y emocional de toda la carga del pasado acumulada por la experiencia humana sobre la Tierra. Es por eso por lo que todos ustedes sintieron la "dureza" de esta encarnación y la aparente dificultad de sus vidas y situaciones. Ustedes son los guerreros de la luz, los guerreros del corazón con la suficiente energía, experiencia y compromiso espiritual como para elegir venir a este mundo de oscuridad con el total compromiso de utilizar sus mentes y su energía para "ensoñar" un nuevo mundo de luz y de amor y que ese nuevo mundo se pudiese plasmar así en la realidad manifestada. Son los voluntarios que vinieron con el total compromiso de despertar en esta misma encarnación y crear ese mesías colectivo que llevaría su mundo a la deseada experiencia de la restauración del Plan Divino de luz y de amor sobre la Tierra. Amados trabajadores de la luz, hicieron ustedes un gran trabajo durante este tiempo de limpieza de la Tierra y de la conciencia humana. Realmente un trabajo de héroes en el que se enfrentaron a todas las ilusiones y creaciones erróneas que la mente humana había fabricado en el pasado y que vieron reflejadas en sus propias vidas y experiencias. Un trabajo que era necesario para preparar la conciencia humana y ponerla al nivel suficiente donde pudiese aceptar la verdad del Espíritu descendiendo sobre la Tierra. Ahora ese trabajo ya ha finalizado y lo que se les está pidiendo, a todos aquellos de ustedes que estén preparados para ello, es un último paso final. Un último paso final que es una rendición completa al Espíritu, a su Ser Crístico, para que puedan convertirse en el próximo año y medio en ese mesías colectivo, en esos 144.000 maestros ascendidos que elevarán a la Tierra y a la mayoría de los seres vivientes en ella a la experiencia de la Era de la Luz, del Cielo en la Tierra. .../... Recuerden ustedes que no están solos en este viaje y en esta maravillosa aventura de luz por el planeta Tierra. Nosotros, sus guías espirituales, esa parte expandida de ustedes mismos, estamos siempre a su servicio sólo con que nos invoquen. Les dejamos ahora deseándoles toda la dicha en la experiencia de su viaje por la amada Gaia, la Madre Tierra. Toda la dicha que es su esencia y su derecho de creación como almas nacidas a imagen y semejanza de su Creador, Dios Padre/Madre, el Espíritu Uno que es Todo y que está en Todo y que son ustedes mismos. Yo Soy el Arcángel Miguel portador del rayo del fuego azul de la protección y la verdad y les saludo y les abrazo desde el corazón de Dios. La Biblia enseña que después del arrebatamiento de la iglesia, cuando Cristo venga en las nubes a buscar su iglesia, cuando la haya sacado del escenario de este mundo y la traslade a las mansiones celestiales; entonces comenzarán los juicios de Dios sobre aquellos que rechazaron o fueron indiferentes con la oferta de salvación del Señor Jesucristo. Ese período de los siete años donde Dios volcará las copas de su ira, se conoce en la Biblia como la Gran Tribulación (Mt.24: 21), que concluirá con la guerra del Armagedón, cuando Cristo venga con sus huestes celestiales a tomar el reino que le corresponde (Ap.19: 11-19). Entonces pondrá sus pies sobre el monte de los Olivos (Zc. 14:4). Cuando viene por Su iglesia antes que comience la Gran Tribulación, lo hace secretamente, como ladrón en la noche (Ap.3: 3), como la estrella resplandeciente de la mañana (Ap.22: 16). Allí no desciende hasta la tierra, sino que solamente viene en el aire y se lleva su iglesia. 1Ts. 4:16 “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. Con ese acontecimiento glorioso que asombrará al mundo entero por la gran cantidad de personas que se desvanecerán de la faz de la tierra, se cerrará la puerta de la salvación para todos los gentiles (todos aquellos que no son judíos). Mt. 25:10-12 “vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco”. Lo mismo sucedió en el juicio universal que Dios mandó en los días de Noé, cuando él y su familia hubieron entrado en el arca, Dios cerró la puerta y nadie más pudo entrar para obtener salvación. Gn. 7:16 “y Jehová le cerró la puerta” vr. 23 “y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca”. En Mt.24: 37-38 dice: "Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca". La puerta de la salvación se cerrará para los gentiles porque su número esté completo. Habrá llegado entonces la plenitud de la iglesia, es decir, nadie más se podrá añadir a ese cuerpo que constituye la esposa de Cristo. Pero será en ese momento, cuando la iglesia completa es llevada por el Señor al cielo, que comenzará la Gran Tribulación aquí en la tierra y Dios nuevamente entrará en tratos con la nación de Israel. Rm. 11:25-26 “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo”. Durante ese período de los juicios de la Gran Tribulación, Dios traerá al arrepentimiento a Su pueblo terrenal Israel, los “amigos del esposo” (Jn.3: 29). Y lo hará por medio de la predicación del evangelio del reino (Mt.24: 14), que no es el mismo evangelio de la gracia que predica la iglesia. Esa predicación que se esparcirá por todo el mundo estará a cargo de los 144.000 que indica en Ap. 14: 3 “Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra”. En esto no existe ningún misterio, porque la Biblia enseña claramente que estos 144.000 serán de las doce tribus de Israel, doce mil de cada una. Son judíos que saldrán a predicar el evangelio del reino a los judíos que están esparcidos por todo el mundo durante la Gran Tribulación. Ap. 7:2-8 "Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel. De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados. De la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil sellados. De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados". El Fruto de su labor evangelística se menciona en Ap. 7: 9 “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos”. No existe ninguna duda que todos estos que se salvarán durante la Gran Tribulación son israelitas, porque el mismo contexto aclara que son judíos que estaban esparcidos en todas las naciones, de todas las tribus y hablando diferentes lenguas de los lugares que pertenecían. Por lo demás, el número de gentiles salvados se completó cuando vino Cristo y se llevó Su iglesia (1Ts.4: 17, Rm.11: 25-26). Ap. 7:13-15 “Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos”. Aquellos que se salvan durante la Gran Tribulación le servirán día y noche en su templo. La iglesia ya estará en el cielo, donde no existe día ni noche ni templo. Ap. 21:9 “Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.” Vrs. 22-23 “Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera”. Los gentiles nunca tuvieron acceso al templo (Nm.3:38 "y el extranjero que se acercare, morirá") ni lo tendrán durante el milenio cuando el Señor levante Su templo aquí en la tierra, Ez. 44: 6-7 “Así ha dicho Jehová el Señor: Basta ya de todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel; de traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario y para contaminar mi casa”. Porque el templo es el centro exclusivo del pacto de Dios con Su pueblo terrenal, Israel. Los judíos consideraban abominable hasta relacionarse con los gentiles en su vida cotidiana, incluso el apóstol Pedro dice en casa de Cornelio (Hch. 10: 28) “Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero”. El templo al cual hace referencia Ap. 7 y donde estarán aquellos que se salvarán durante la Gran Tribulación, será el que levante el Señor Jesucristo durante Su reinado de mil años aquí en la tierra. Es el que se menciona en Ezequiel caps.40 al 44, y allí establece el Señor que: Ez. 43:7 “y me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde posaré las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre; y nunca más profanará la casa de Israel mi santo nombre”. Los de entre todas las naciones que vendrán a adorar a Jerusalén después de la guerra del Armagedón, luego del juicio de las naciones (Mt. 25: 32), cuando el Señor haya establecido Su reino en la tierra y edificado el templo, a la luz del desenlace final de ese período de mil años de paz y prosperidad; queda de manifiesto que todos esos gentiles eran falsos adoradores, como también los hay hoy en día en las iglesias. Zac. 14:16-17 “Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia”. Irán a “adorar” buscando solamente algún bien material, como muchos en el día de hoy, para pedirle a Dios un favor, la solución de un problema familiar, sanidad, trabajo, etc. Porque después del juicio de las naciones, serán gobernados con vara de hierro por el Señor (Ap.19:15) para controlar el pecado que continuará morando en ellos y no interfieran con la paz de Su reinado. También Satanás será atado durante ese período (Ap.20:2). Pero inmediatamente que Satanás sea suelto nuevamente, reunirá a esos “adoradores” de entre todas las naciones y procurarán derrocar al Señor y Su gobierno de paz. Todas las naciones rodearán Jerusalén con sus ejércitos intentando dar un golpe de Estado al Señor. Pero esa insolencia e insensatez será duramente sancionada por la justicia divina. Ap. 20:7-14 “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”.

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