lunes, 31 de mayo de 2021

La Gran Madre Isis: una diosa egipcia que extendió sus alas por toda Europa

 


Cuando los romanos entraron en Egipto, se encontraron con una nación de magníficos templos, monumentales e impresionantes estatuas, y un simbolismo que no comprendían. Los griegos sintieron lo mismo cuando exploraron aquellas tierras a orillas del Nilo. La belleza y la misteriosa sonrisa de Isis robó el corazón a muchos de sus visitantes no egipcios, que decidieron exportar su culto al extranjero y hacer de ella una importante diosa en muchas regiones de Asia y Europa.

Isis era una de las más importantes deidades del antiguo Egipto. Era la esposa de Osiris y un arquetipo de la madre y la buena esposa. Esta diosa era patrona de la naturaleza y la magia, y un auxilio para las mujeres y sus familias. Isis era una de las deidades más veneradas de Egipto, y su culto era tan abierto que prácticamente cualquier persona podía encontrar alguna razón para seguirla.

 

 

Estatua romana de Isis en mármol blanco y negro, siglo II d. C. (Public Domain)

Estatua romana de Isis en mármol blanco y negro, siglo II d. C. (Public Domain)

La diosa extiende sus alas

Se han descubierto templos dedicados a Isis en muchas regiones del antiguo Imperio Romano, entre ellas Roma, Pompeya, España y las islas griegas. La mayor parte de ellos fueron construidos en los siglos I d. C. o II d. C., lo que sugiere que la diosa se popularizó en el extranjero tras la caída del último faraón egipcio: Cleopatra VII. Las descripciones del palacio en el que vivía la última soberana de Egipto incluían algunas descripciones que la presentaban como una reina-diosa asociada a Isis. De cualquier modo, no está claro que Cleopatra fuese responsable de llevar el culto de Isis hasta Roma.

Poco más tarde, el Imperio Romano se convirtió en el canal que condujo a la diosa Isis a alcanzar la fama también en Europa.

Estatua romana de Isis en la que aparece portando un sistro y un enócoe. (Public Domain)

Estatua romana de Isis en la que aparece portando un sistro y un enócoe. (Public Domain)

Isis también se volvió muy popular en los templos grecorromanos. Aparte de los propios templos de Alejandría, entre los que se encontraban los construidos por los romanos dedicados a la trinidad de Isis (Isis, Serapis y Harpócrates), había templos dedicados a la diosa en otras regiones del Mediterráneo, como por ejemplo en Delos, una isla griega conocida por ser el lugar de nacimiento de la diosa Artemisa y el dios Apolo. El templo de Isis en Delos se convirtió en el tercero más popular de la isla.

El templo de Isis en Pompeya es famoso por su buen estado de conservación, y existen otros documentos,  hallados en diversas localizaciones que nos hablan de un culto a la diosa en Londres. Uno de los lugares más sorprendentes de culto a Isis era la antigua ciudad romana de Iria Flavia, situada en lo que hoy es Galicia (España), en la actual población de Padrón, muy cerca de Santiago de Compostela. Los investigadores consideran habitualmente que ésta era una región en la que predominaban las deidades de las culturas romana y prerromana, entre ellas también las de origen celta.

Pintura mural en la que Isis da la bienvenida a Ío a su llegada a Egipto. Fresco romano del templo de Isis de Pompeya. (Public Domain)

Pintura mural en la que Isis da la bienvenida a Ío a su llegada a Egipto. Fresco romano del templo de Isis de Pompeya. (Public Domain)

En opinión de Francesco Tiraditti:

Excepto por algunos ligeros cambios añadidos por la tradición popular, la historia de la muerte y la resurrección de Osiris se mantuvo inalterada hasta la época romana, e incluso hasta más tarde. El mito fue reescrito por Plutarco (45 d. C. – 125 d. C.) en su obra titulada “De Iside et Osiride” (‘De Isis y Osiris’). Según explica el propio Plutarco, escribió este libro cuando era sacerdote en Delfos (hacia el 100 d. C.). Su prólogo está dedicado a Clea, una sacerdotisa isíaca amiga del autor. El papel de Isis, consolidado por una larga tradición, permanece inalterado en la narración de Plutarco. Sin embargo, el episodio en el que el ataúd que contiene los restos de Osiris es arrojado al mar por Seth y llega hasta Byblos, es mencionado únicamente por Plutarco. La versión de Plutarco del mito de Osiris ejerció una enorme influencia en el mundo occidental como fuente literaria, especialmente durante el Renacimiento. Como ejemplo, citaremos que la decoración de Pinturicchio en la ‘Sala dei Santi’ de los aposentos Borgia del Palacio Vaticano, está totalmente inspirada en la leyenda de Plutarco.

Ruinas del templo de Isis en Delos, Grecia. (Bernard Gagnon/CC BY SA 3.0)

Ruinas del templo de Isis en Delos, Grecia. (Bernard Gagnon/CC BY SA 3.0)

¿Isis o la Virgen María?

Los investigadores también han desenterrado algunos objetos relacionados con la antigua civilización egipcia en lo que hoy es territorio polaco. Las piezas más sorprendentes de este descubrimiento eran varias estatuillas de la diosa Isis. Según diversas fuentes, los investigadores realizaron dos o tres hallazgos como éste a lo largo del siglo XIX. Desgraciadamente, se perdieron durante la Segunda Guerra Mundial. No obstante, sus descripciones y algunas fotografías nos permiten suponer que estas piezas protagonizaron una historia fascinante. Parece que no se trataba sencillamente de souvenirs que hubieran llegado a Europa central desde tierras lejanas.

Una de estas estatuillas de bronce descubiertas en Polonia Occidental presentaba los habituales cuernos y el disco solar de Isis, recortados de forma muy precisa. ¿Pero por qué aparecían en una estatuilla europea estos rasgos, tan característicos de la diosa egipcia? La explicación es sencilla. En la época en la que el cristianismo empezaba a implantarse en Europa Central, la gente se dio cuenta de las similitudes que existían entre Isis y Horus / Harpócrates, y la Virgen María y Jesús.

Dibujo de una estatuilla de Isis con su hijo Horus en su regazo (1888). (Public Domain). A la derecha, ‘Madonna Lactans’ (siglo XVI), obra de un artista desconocido de Brujas. Museu de Aveiro, Portugal. (Public Domain)

Dibujo de una estatuilla de Isis con su hijo Horus en su regazo (1888). (Public Domain). A la derecha, ‘Madonna Lactans’ (siglo XVI), obra de un artista desconocido de Brujas. Museu de Aveiro, Portugal. (Public Domain)

Fue también una época en la que resultaba muy costoso fabricar una estatuilla, por lo que los comerciantes que las vendían empezaron a reciclar antiguas figuritas. Empezaron por recortar los cuernos y el disco solar de las estatuillas de Isis, obteniendo así un nuevo producto listo para la venta: una magnífica imagen de la Virgen María con el Niño Jesús.

La “nueva” estatuilla era entonces probablemente puesta a la venta como un objeto que atraía la buena suerte, paz y bendiciones al hogar del comprador. Este proceso quizás fue asimismo habitual en otras regiones de Europa. Sin embargo, algunos investigadores de antes de la Segunda Guerra Mundial se preguntaban si habría sido posible que el culto a Isis alcanzara por sí mismo el territorio polaco.

El mito de la diosa resiste el paso del tiempo

La diosa Isis es una de las más misteriosas y veneradas deidades del antiguo Egipto. Existen algunos documentos que demuestran que su culto se extendió también por Asia, habiéndose encontrado por ejemplo vestigios de la adoración de esta diosa en la India. Por otro lado, su nombre ha seguido vivo en Europa, oculto bajo las formas griegas Isidoro e Isidora (además de Isidro e Isidra), que significa “don de Isis”. Isidoro fue el nombre de algunos santos cristianos, y también un nombre especialmente popular en la época medieval. De hecho, aún se utiliza en la actualidad. Con el paso del tiempo, Isis se convirtió en un icono de la cultura popular, y sigue siendo a día de hoy uno de los símbolos más conocidos del antiguo Egipto.

Templo de Isis en File, Egipto (c. 1923). Archivos del Museo de Brooklyn. (Museo de Brooklyn)

Templo de Isis en File, Egipto (c. 1923). Archivos del Museo de Brooklyn. (Museo de Brooklyn)







Autor: Natalia Klimczak

https://www.ancient-origins.es/origenes-humanos-religiones/gran-madre-isis-diosa-egipcia-003655


Jeroglíficos Egipcios: El Lenguaje de los Dioses

 

Los jeroglíficos egipcios se cuentan entre los sistemas de escritura más antiguos del mundo, datando de hace alrededor de 5.200 años. Conocidos en el antiguo Egipto como el "lenguaje de los dioses", se dice que fueron creados por el dios del conocimiento Thot. Los jeroglíficos fueron vitales en el cumplimiento de las normas reales y fueron utilizados por faraones y escribas para dejar un registro de todos los logros obtenidos durante los diferentes reinados. Hoy en día permanecen millones de jeroglíficos en textos sagrados, sarcófagos, tumbas y monumentos como recuerdo vivo de una de las épocas históricas más apasionantes que hayan podido existir.

El antiguo sistema de escritura egipcia desarrolla una escritura pictórica con gran número de personajes: 24 de los cuales se han reconocido como letras y otros representan palabras completas o combinaciones de consonantes. Existen entre 700 y 800 símbolos básicos, llamados glifos, no hay signos de puntuación ni tampoco indicaciones del comienzo o final de palabras ni ffrases. Los glifos generalmente se leen de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo y no utilizan espacios ni puntuación alguna. Por lo general aparecen en paredes y columnas de templos y tumbas del Antiguo Egipto.

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Estela de Minnakht, jefe de los escribas durante el reinado de Ay, c. 1321 AC (Wikimedia Commons)

Los sacerdotes utilizaban los jeroglíficos para escribir oraciones y textos relacionados con la vida después de la muerte y la adoración de los dioses. En la preparación de sus tumbas, muchos ciudadanos egipcios copiaban jeroglíficos vinculados con el más allá por escrito, tanto sobre las paredes de dichas tumbas como en el interior de sus ataúdes.

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Jeroglíficos bien detallados se encuentran con frecuencia en los sarcófagos. Detalle de la tapa del ataúd exterior de Nesyamun, que vivió en Tebas hace más de 3.000 años. La tapa está pintada con textos jeroglíficos del Libro de los Muertos, que contienen oraciones sobre el paso a la otra vida. Museos de Leeds  (Imagen de dominio público)

Los cartuchos eran un tipo de jeroglífico utilizado en los sarcófagos, a menudo reservado para la realeza, con forma oblonga y que también podía encontrarse tanto en monumentos como en documentos y papiros.


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Cartuchos de Ramsés II en Tanis (Wikimedia Commons)

Asimismo numerosas inscripciones jeroglíficas fueron utilizadas sobre los muros de los templos tanto con fines meramente decorativos como sagrados. Partes del Libro de los Muertos -una recopilación de oraciones que los antiguos egipcios creían que les ayudaban a realizar el tránsito hacia la otra vida- eran inscritas sobre los sarcófagos. De este modo, las inscripciones halladas sobre las paredes de los templos, tumbas y monumentos estaban destinadas a "la eternidad." Los jeroglíficos poseían suma importancia al ser el medio de comunicación con los dioses. Los egipcios creían que eran un regalo de Thoth, dios luna de la sabiduría, así como de la diosa Seshat.

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Los jeroglíficos frecuentemente adornaban paredes de templos y tumbas. Cámara funeraria. Pirámide de Unas. Quinto Dyn. Sakkara (Wikimedia Commons)

En comparación con otros sistemas de escritura antigua, como la escritura cuneiforme, los jeroglíficos no disponen de un claro precursor identificado, siendo de origen desconocido. También se diferencia de la forma cuneiforme de la escritura sumeria en que sólo representan consonantes mientras que la escritura cuneiforme representa sílabas enteras, incluyendo vocales. Los antiguos egipcios rechazaron el uso de la abstracción en su idioma y los jeroglíficos se alimentan de muchos elementos del mundo físico que les rodeaba. Los glifos más completos y evidentes conservados son los que se dedican a personas y partes del cuerpo humano.

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Detalle de un jeroglífico abeja en el complejo de la tumba de Sesostris I (Wikimedia Commons)

Existen también secciones de glifos para herramientas, armas, joyas etc. No todo el mundo en el Antiguo Egipto podía leer y escribir jeroglíficos, haciendo así su significado incomprensible para el ciudadano común. Sólo un grupo disponía de este conocimiento: los llamados escribas. Para llegar a ser escriba se debía recibir una determinada educación en una escuela especial, que podría tardar varios años en completarse. Una educación que solía comenzarse sobre los seis o siete años de edad. Los escribas eran indispensables para los faraones. Ellos, los escribas, tuvieron mucho que ver con el hecho de que la lengua egipcia fuese capaz de sobrevivir al paso del tiempo, ya que los jeroglíficos eran vistos como un regalo de los dioses y su modificación o abandono para ellos suponía un acto sacrílego.

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El escriba sentado, fechado en torno a los años 2600-2350 AC.(Wikimedia Commons)

Alrededor del año 2700 a. C., la escritura hierática (que significa 'sacerdotal' para los griegos)  se introdujo como una forma de escritura más afín a las letras del alfabeto. La escritura hierática finalmente llegó a ser ampliamente utilizada de modo más rápido y funcional, utilizándose para las inscripciones monumentales. La escritura egipcia se mantuvo durante unos dos milenios hasta que la escritura demótica se introdujo en el siglo VII antes de Cristo. La escritura demótica fue desarrollada a partir de la hierática y se caracterizaba por un sistema más simple y legible con lo que se extendió por todo Egipto. Fue utilizada para fines administrativos, textos literarios, tratados científicos, documentos legales y contratos comerciales. Además, marcó un nuevo desarrollo en el lenguaje del saber, porque era una especie de dialecto con su propia gramática. Durante el período grecorromano la demótica se convirtió en la escritura de uso cotidiano, mientras que el hierático mayor estaba reservado para los escritos sagrados. Es imposible saber exactamente cómo sonaba la antigua lengua egipcia, pero estudiando el copto, la primera escritura alfabética de la lengua egipcia, es posible obtener una idea aproximada.

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De izquierda a derecha, ejemplos de hierático, demótico y escritura copta. Fuente de la foto: Wikimedia

El copto está escrito con el alfabeto griego y seis signos son de escritura demótica. Era el lenguaje de la época cristiana en Egipto desde el 395 d. C hasta el 641 d. C. Sin embargo finalmente fue reemplazado por el demótico que, a su vez, se compone de una serie de dialectos de los cuales, al menos seis, tenían el estatus de lengua escrita. Pasó de moda en torno al siglo XIV cuando los árabes conquistaron Egipto y el árabe se convirtió en el idioma predominante. El copto se restringió a fines litúrgicos de la Iglesia Ortodoxa Copta.

Después de que el Imperio Romano comenzase su dominio sobre la nación egipcia, los jeroglíficos empezaron a desaparecer del uso popular. En el siglo IV de nuestra era, Egipto se había convertido al cristianismo y tenía adoptados ya tanto el alfabeto griego como la escritura copta, por lo que las formas tradicionales de escritura autóctonas cayeron en desuso. La última inscripción fechada en lengua jeroglífica que se conserva se inscribió en el poste de la puerta de un templo en Philae, en el año 396 d. C..

Los jeroglíficos fueron indescifrables durante 1400 años hasta que el erudito francés Jean-Francois Champollion, considerado el padre de la egiptología, decodificó la Piedra de Rosetta en 1822. La misma Rosetta es un documento donde se refleja un decreto del año 196 a. C. de los sacerdotes de Memphis. Sobre la piedra aparece un texto escrito por ese concreto grupo de sacerdotes egipcios en honor del faraón. Dicho decreto aparece en tres idiomas, incluyendo los jeroglíficos egipcios, utilizados para documentos religiosos, el griego, que era la lengua de los gobernantes de Egipto en ese momento y el demótico. Se necesitaron veinte años hasta que la piedra de Rosetta pudo ser descifrada después de haber sido descubierta durante la invasión de Egipto por parte de Napoleón, en el año 1799.

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La Piedra de Rosetta (Wikimedia Commons)






Por Bryan Hilliard

https://www.ancient-origins.es/artefactos-escritos-antiguos/jeroglificos-egipcios-002474

domingo, 30 de mayo de 2021

Misterioso camino de piedras gigantes emergió de debajo del Océano Pacífico

 


Un camino hecho de cantos rodados gigantes apareció de repente frente a la isla Sajalín, a mediados de mayo de 2021. [Ver video]

Tras una marea inusualmente fuerte, la enorme estructura de piedra salió a la superficie desde las aguas del Océano Pacífico, en el extremo oriental de Rusia, cerca del archipiélago japonés.

El misterioso suceso no duró mucho, pero fue suficiente para que los vecinos de la zona inmortalizaran la estructura para que todo el mundo pueda apreciarla.


El camino de piedra, como lo llaman los lugareños, y que parece haber sido hecho de adoquines gigantes, formaría parte de una estructura mucho más larga. Por lo largo de la estructura y la dispocisión de las piedras, los lugareños no dudan de que sea de origen artificial. Si ese fuera el caso, ¿quién habría sido capaz de mover todos esos enormes bloques de piedra en la antigüedad, y con qué propósito?


Como ya se sabe, la isla de Sajalín es la mayor de la Federación Rusa y está situada en el Océano Pacífico Norte y limita con las islas japonesas al sur.

Otras extrañas formaciones submarinas se encuentran en la misma línea de costa, y que no han sido investigadas a profundidad.


¿Podrían estas estructuras haber formado parte de una antigua civilización perdida que la historia oficial no lo tiene registrada?

¿O solo se trata de otra obra de arte de la madre naturaleza?

Estas preguntas deben ser respondidas por especialistas.

Aunque es probable que no se muestre el interés debido, y simplemente este descubrimiento quedará en el olvido como muchas otras extrañas estructuras que cambiarían el paradigma de nuestra historia.










https://www.helium-24.com/2021/05/Misterioso-camino-de-piedras-gigantes-emergio-de-debajo-del-Oceano-Pacifico.html

Descubren nuevas ciudades mayas en Yucatán gracias a la tecnología LiDAR

 

Tras el mapeo y el trabajo de campo se han identificacado 8.134 estrucutras. Foto: PLOS One William M. Ringle.

La península de Yucatán es mundialmente famosa por sus ruinas mayas, pues es la zona que ocupó esta antigua civilización durante más de 3.000 años. Sin embargo, a pesar de conocer muchos datos sobre ellos, esta cultura esconde todavía muchos enigmas sobre su forma de vida, su declive, las zonas exactas que ocuparon... Ahora, gracias la tecnología LiDAR (Light Detection And Ranging), los investigadores han conseguido descubrir muchas estructuras ocultas hasta ahora por la espesa vegetación de la zona. Gracias a esta tecnología pionera es posible elaborar un mapa aéreo de la zona con el que no solo identificar nuevos yacimientos arqueológicos, sino también descubrir la evolución urbanística de una zona concreta e incluso conocer como era la gestión de los recursos.

Con el fin de subvencionar la aplicación de esta revolucionaria técnica a la investigación científica se creó en Estados Unidos el NCAM (National Center for Airborne LiDAR Mapping), que ha colaborado con numerosos arqueólogos en el mapeo de extensas áreas repartidas por todo el mundo. En 2017 esta institución seleccionó la región de Puuc para un escaneo, pues era una zona de inmenso potencial que además estaba siendo excavada por el arqueólogo americano William M. Ringle (izquierda) desde hacía veinte años.

EL FUNCIONAMIENTO DEL LIDAR

A bordo de una pequeña avioneta bimotor, el LiDAR sobrevoló durante dos días la jungla de Yucatán a 600 metros de altura, cubriendo un área de 237,23 kilómetros cuadrados. Para obtener unos mejores resultados el vuelo se llevó a cabo en mayo, un mes muy seco en el que habría menos vegetación que interferiera con el láser y obstaculizara el paso de los arqueólogos.

La región de Puuc (recuadro) era una de las más pobladas del Imperio Maya. Foto: PLOS One. William M. Ringle

Este tipo de escaneado consiste en lanzar un haz triangular de rayos láser contra el suelo  que, tras atravesar la vegetación, rebotan en la roca madre o las estructuras y son recogidos por el aparato. De este modo se registra la distancia exacta entre el avión y el punto de resistencia, con lo que se obtiene un mapa muy detallado de la superfície en muy poco tiempo. Al tratarse de elevaciones de roca artificiales, las estructuras hechas por el hombre sobresalen sobre el terreno circundante.

Una vez terminada la prospección aérea los datos fueron entregados a Ringle, quien los ha estudiado y corroborado con excavaciones sobre el terreno a lo largo de los últimos cuatro años. Sus conclusiones, recientemente publicadas en PLOS One, muestran un área densamente poblada con centros urbanos muy juntos entre sí (separados por 4 kilómetros o menos). Entre ellos destacan cuatro grandes acrópolis datadas entre 700 y 450 a.C., las cuales anteceden a las grandes ciudades de Uxmal, Kabáh, Sayil y Labná, consideradas hasta ahora como los mayores asentamientos de la zona.

La zona mapeada con las concentraciones de plataformas de construcción. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

Asimismo, entre los nuevos complejos identificados por Ringle hay unos imponentes palacios que fueron ocupados entre 600 y 750 d.C., durante el Período Clásico Tardío, junto a multitud de pequeños pueblos repartidos por todo el territorio de Puuc y también algunas canchas de pelota. Del mismo modo el escáner ha sacado a la luz numerosas infraestructuras esenciales para la población: canteras, cisternas de agua, canales de alimentación e incluso algunos caminos.

CASAS Y PALACIOS OCULTOS

Hasta el momento se creía que la región no había sido extensamente poblada hasta el año 600 d.C., pues la mayoría de estructuras identificadas eran de ese período. No obstante el mapa ha desvelado nuevos centros urbanos entre la maleza, que han permitido comprobar que en el siglo VI a.C. ya existían importantes ciudades rodeadas de centros menores dedicados al cultivo de la tierra.

Las mansiones de la nobleza fueron construidas en piedra sobre una plataforma, reconstrucción 3D de una de las estructuras excavadas. Foto: Proyecto Arqueológico Regional de Bolonchén.

Los edificios localizados se pueden dividir en dos grandes categorías: los construidas sobre una plataforma rectangular de piedra están repartidos por toda la zona, mientras que los levantados sobre un simple montículo de tierra y rocas (apenas un 34 % del total) se agrupan en el área central de las tierras bajas. Ambos tipos se construyeron siempre en los bordes de un patio rectangular, formando así centros urbanos fácilmente identificables desde el aireEn total plataformas y montículos suman 7.902, aunque como veremos más adelante no todos estaban reservados a uso residencial o religioso.

Pese a la presencia de algunas ciudades, estos núcleos urbanos se encuentran repartidos equitativamente por toda la región, con una mayor concentración en el fértil Valle de Santa Elena en el norte. Otro rasgo interesante es la ausencia de murallas y fortificaciones, indicio de una región tranquila que no se vio invadida ni sufrió el azote de la guerra civil, hasta ser abandonada en el siglo X durante el enigmático final del Imperio Maya.

Por lo que respecta a su localización, las poblaciones fueron construidas mayoritariamente en la llanuraya que solo la mitad de las elevaciones están habitadas y apenas un 11.7% fueron convertidas en núcleo urbano. Esto se pude deber a los problemas de aprovisionamiento de agua que afectaron siempre a la región, que convertían las colinas en lugares extremadamente áridos cuando no llovía.

Mediante el trabajo de campo se pudieron dibujar las estructuras sobre el mapa. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

CULTIVO EN LAS LADERAS

Tras cuatro años de investigación, el descubrimiento que más ha sorprendido a los investigadores ha sido la presencia de terrazas dedicadas al cultivo en la base de algunas colinas. Estas estructuras no tenían precedente alguno en Puuc, por lo que se ha llegado a la conclusión de que eran una respuesta local a los desafíos que presentaba la zona para la agricultura.

La escasez de agua era sin duda el mayor impedimento a la colonización de la zona, pues al estar su sustrato formado por roca caliza de naturaleza porosa, el agua se filtraba directamente a través de ella y no formaba ríos ni lagos de los que pudiera aprovisionarse la población. Así pues, los habitantes del lugar tuvieron que idear algún sistema para almacenar la lluvia de cara a la estación seca.

Las terrazas surgieron como respuesta a la falta de agua, según han descubierto los investigadores. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

LUCHAR CON LA TIERRA

El LiDAR ha revelado numerosas cisternas y aguadas construidas como respuesta a la sequía. Las primeras se encuentran repartidas por campos y poblaciones, y consisten en una cámara subterránea impermeabilizada con cal a la que se accede por un estrecho cuello de botella de 50 centímetros de largo. A veces estas cisternas se excavaron en una plataforma construida expresamente para recoger el agua en su superficie cóncava y encalada, mientras que otras compartían el espacio con casas, templos y palacios.

Pese a la abundancia de lluvia, la región sufría también períodos crónicos de sequía. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

Por su parte las aguadas solían aprovechar las concavidades del terreno para recoger de forma natural el agua en un depósito rodeado por muros artificiales, que en ocasiones era alimentado también por una serie de canales impermeabilizados de cientos de metros de largo. Estas albercas podían ser enormes (la más grande tiene capacidad para 22.000 m3) aunque en su mayoría eran de tamaño modesto, además al hallarse todas a 2 kilómetros o más de cualquier centro urbano los estudiosos opinan que su uso sería mayoritariamente agrícola.

A pesar de su alta densidad de población la zona presenta muy pocos caminos, todos de no más de kilómetro y medio, que conectan entre sí poblaciones vecinas. Esto se debe según Ringle a que, al haber poca distancia entre los asentamientos, existiría una gran cantidad de caminos que hoy se ha tragado la selva. Para tratar de recuperar estas carreteras, el equipo ha calculado las rutas que requerían menos esfuerzo y elaborado un mapa de carreteras hipotético.

Caminos teóricos desde las ciudades de Kiuic y Huntichmul. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

Sin embargo, estas vías de comunicación no se han podido confirmar mediante su paso por estructuras, pues si bien algunas atraviesan los poblados otras los evitan, y aunque algunas cisternas aisladas al borde del camino se podrían interpretar como áreas de descanso, también pueden ser simplemente la reserva de algún agricultor.

CANTERAS DE PIEDRA

Aunque no era el mejor lugar en el que arar la tierra, la región era en cambio un lugar perfecto para la construcción. Buena muestra de ello son las numerosas canteras que se han identificado por toda la zona, de las que se extraía piedra y cal para levantar las estructuras.

Dada la gran abundancia de piedra caliza en la región, su obtención se realizaba siempre en superfície. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

Estas minas son poco profundas y abiertas cerca de los núcleos de población, de hecho algunas de ellas se reutilizaron incluso para cimentar algún palacio, que apoyaba su base en el corte hecho sobre de la colina. Vinculadas a ellas se encontraron asimismo numerosos hornos de leña, que convertían la piedra en cal para su uso como encalado o mortero en la construcción.

Fueron estos hornos (que suman 1.232) los que más llamaron la atención de los arqueólogos en un primer momento, pues en el mapa se veían como unos curiosos anillos hechos con piedras de finalidad desconocida. Su excavación desveló el misterio, pues se trataba de estructuras circulares de 10 metros con restos carbonizados de leña en su interior, que junto a polvo de piedra caliza y la poca cerámica encontrada confirmaron que se trataba de quemadores de cal.

El palacio de Labna fue construido encima de una cantera cortada en la colina. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

Para optimizar el trabajo los mayas levantaron sus hornos cerca de las canteras por lo que la mayoría se han encontrado al pie de los montes, lugar del que también obtenían madera para el fuego. Sin embargo otros fueron levantados cerca de palacios y centros urbanos, seguramente como pare de su proceso de construcción.

Aunque la cal era indispensable para la construcción, los antiguos mayas la empleaban también para aumentar la carga alimenticia del maíz al mezclarla en el agua donde se remojaba antes de su consumición, un proceso todavía en uso actualmente. Al ser sumergida durante unas horas, la mazorca de maíz se reblandece y es más fácil de cocer o moler, y si además se le añade cal se liberan sus nutrientes, que así son absorbidos más fácilmente por el cuerpo.

Los más de mil hornos encontrados son prueba visible del importante papel que tenía la cal en Puuc.

Foto: PLOS One. William M. Ringle.

LOS HABITANTES DE PUUC

El último aspecto que los investigadores intentaron reconstruir fue el número de habitantes del lugar en su momento de máxima expansión, algo ciertamente difícil dada la dificultad de establecer los períodos de ocupación de cada área. Para elaborar esta hipotética demografía se tuvieron en cuenta tanto las estructuras como el número máximo de personas que podían abastecer campos y reservas de agua.

Estos cálculos arrojaron una cifras que iban desde los 18.700 hasta los 92.000, por lo que Ringle y sus colegas creen que la región rondaría probablemente los 70.000 habitantes. Sin embargo la población todavía habría podido crecer más, pues las numerosas áreas deshabitadas y sin cultivar se podrían haber colonizado mediante la construcción de nuevas cisternas y aguadas.

En el siglo VI a.C. los palacios de la nobleza se codeaban en las llanuras con los pueblos de los campesinos. Foto: Proyecto Arqueológico Regional de Bolonchén.

La tecnología LiDAR ha demostrado una vez más su gran utilidad para descubrir los detalles del pasado. Sin embargo su uso no solo se limita a la elaboración de mapas, pues gracias a él se puede reconstruir a grandes rasgos la evolución de un yacimiento, sus dinámicas económicas e incluso la cantidad de habitantes que poblaban el territorio cientos de años atrás.








Fuente: National Geographic 

https://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/descubren-nuevas-ciudades-mayas-en-yucatan-gracias-a-la-tecnologi